"El Dictador y el espejo tunecino"
ROMER A. ROMERO-MARTÍNEZ | EL UNIVERSAL
jueves 20 de enero de 2011 02:54 PM
"Toda autoridad usurpada es Ineficaz y sus actos son nulos"
Artículo 350 Constitucional. "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
Final y felizmente cayó Ben Alí, luego de un poco más de 2 décadas de una dictadura ladrona, hambreadora del pueblo tunecino y compinche de los asesinos Castro brothers y del Dictador. Se necesitó un mes de protestas callejeras continuadas -y cientos de muertos- para que el maldito dictador se largara a Arabia Saudí, puesto que ningún otro gobierno civilizado osó darle asilo.
Dejó Túnez sin alimentos esenciales para una digna existencia humana, con desempleo desorbitante y corrupción sui géneris. El pueblo tunecino se hartó de quien se caracterizó -como todo buen dictador que se aprecia de serlo- por fundamentar "legalmente" cuanto desmadre cometía. Ello, independientemente de que contrariara los cánones constitucionales que él enmendaba a gusto y capricho.
Todas las elecciones -hacía muchas para mimetizarse con la democracia- las ganaba con no menos del 85% de los votos, para lo cual contaba con su CNE climatizado. Reformó la Constitución de Túnez para justificar su reelección permanente y dar visos de legalidad a su dictadura. Así, algunas naciones double-faced -como EEUU y Francia- justificaban sus abusos con el cuento de la soberanía tunecina y la legitimidad de origen de un dictador prístinamente injuriante de los derechos humanos de su pueblo.
Aquí, obligatoriamente refiero que la "ceguera" internacional hacia los dictadores tiene orígenes económicos, geo-estratégicos y religiosos, entre otras gamas de conveniencias que avalan la inacción ante las dictaduras cubana, norcoreana y la de aquí, por ejemplo. Obviamente, cuando las naciones -de pantalones largos- se sienten acosadas por el reclamo cierto de las organizaciones tutelantes de los derechos humanos, no hay Yugoslavia que valga ni Slobodan Milosevic que se salve de la condena ante la CPI.
Presumo que el Dictador sabanetero aprovechará pensar en su pronto futuro, ya que los ingredientes aceleradores de la caída de Ben Alí están magnificados en este paisito. Socio-económicamente, Túnez aparenta condiciones comparables -en su dimensión- a las de Venezuela: una decreciente producción petrolera, de menos de 80 mil barriles diarios de petróleo; explotación minera en crisis; y un tercio de la población venezolana.
De allí que lo peculado por Ben Alí quizás sea infinitamente menor que el billón 100 mil millones de dólares ($1.100.000.000.000) que -en 12 años- el Dictador y sus pretty-eye-ymca boys han ido sustrayendo, puniblemente. ¿Méritos propios? El Dictador ha cosechado: más de 9 millones de venezolanos desempleados; viviendas inconstruidas que rondan los 4 millones; y unos 200 mil muertos, superando las guerras de Irak y Afganistán.
Adicionalmente, "Ineficaz" et al. han robado millones de hectáreas, otrora productivas y hoy convertidas en espacios muertos; destruyeron más de 7 mil empresas generadoras de bienes y servicios. Y la golden medal robolucionaria lo constituye, sin dudas, las eficientes quiebras de la ex PDVSA y la ex CVG.
En pocas palabras, el de Túnez es un criollito de pequeñas ligas frente a Derek Jeter.
Ahora bien: Ben Alí huyó, con los tunecinos pegados a sus talones; el hondureño, enpijamado. Y el Dictador, ¿perdiendo en el 2012? Yes, Louis!
La única salida es el 350.
Artículo 350 Constitucional. "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
Final y felizmente cayó Ben Alí, luego de un poco más de 2 décadas de una dictadura ladrona, hambreadora del pueblo tunecino y compinche de los asesinos Castro brothers y del Dictador. Se necesitó un mes de protestas callejeras continuadas -y cientos de muertos- para que el maldito dictador se largara a Arabia Saudí, puesto que ningún otro gobierno civilizado osó darle asilo.
Dejó Túnez sin alimentos esenciales para una digna existencia humana, con desempleo desorbitante y corrupción sui géneris. El pueblo tunecino se hartó de quien se caracterizó -como todo buen dictador que se aprecia de serlo- por fundamentar "legalmente" cuanto desmadre cometía. Ello, independientemente de que contrariara los cánones constitucionales que él enmendaba a gusto y capricho.
Todas las elecciones -hacía muchas para mimetizarse con la democracia- las ganaba con no menos del 85% de los votos, para lo cual contaba con su CNE climatizado. Reformó la Constitución de Túnez para justificar su reelección permanente y dar visos de legalidad a su dictadura. Así, algunas naciones double-faced -como EEUU y Francia- justificaban sus abusos con el cuento de la soberanía tunecina y la legitimidad de origen de un dictador prístinamente injuriante de los derechos humanos de su pueblo.
Aquí, obligatoriamente refiero que la "ceguera" internacional hacia los dictadores tiene orígenes económicos, geo-estratégicos y religiosos, entre otras gamas de conveniencias que avalan la inacción ante las dictaduras cubana, norcoreana y la de aquí, por ejemplo. Obviamente, cuando las naciones -de pantalones largos- se sienten acosadas por el reclamo cierto de las organizaciones tutelantes de los derechos humanos, no hay Yugoslavia que valga ni Slobodan Milosevic que se salve de la condena ante la CPI.
Presumo que el Dictador sabanetero aprovechará pensar en su pronto futuro, ya que los ingredientes aceleradores de la caída de Ben Alí están magnificados en este paisito. Socio-económicamente, Túnez aparenta condiciones comparables -en su dimensión- a las de Venezuela: una decreciente producción petrolera, de menos de 80 mil barriles diarios de petróleo; explotación minera en crisis; y un tercio de la población venezolana.
De allí que lo peculado por Ben Alí quizás sea infinitamente menor que el billón 100 mil millones de dólares ($1.100.000.000.000) que -en 12 años- el Dictador y sus pretty-eye-ymca boys han ido sustrayendo, puniblemente. ¿Méritos propios? El Dictador ha cosechado: más de 9 millones de venezolanos desempleados; viviendas inconstruidas que rondan los 4 millones; y unos 200 mil muertos, superando las guerras de Irak y Afganistán.
Adicionalmente, "Ineficaz" et al. han robado millones de hectáreas, otrora productivas y hoy convertidas en espacios muertos; destruyeron más de 7 mil empresas generadoras de bienes y servicios. Y la golden medal robolucionaria lo constituye, sin dudas, las eficientes quiebras de la ex PDVSA y la ex CVG.
En pocas palabras, el de Túnez es un criollito de pequeñas ligas frente a Derek Jeter.
Ahora bien: Ben Alí huyó, con los tunecinos pegados a sus talones; el hondureño, enpijamado. Y el Dictador, ¿perdiendo en el 2012? Yes, Louis!
La única salida es el 350.
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