Con la robolución viene la muerte en combo
FRANCISCO RIVERO VALERA | EL UNIVERSAL
viernes 28 de enero de 2011 05:14 PM
Morir en Venezuela es fácil. En manos de la delincuencia o en los pésimos servicios públicos de salud. O sea, la muerte viaja en combo: en inseguridad y en insalubridad. Sería, en palabras de mi pueblo: si no lo agarra el chingo, lo agarra el sin nariz.
Por ejemplo, el drama de la inseguridad ha logrado ubicar a Venezuela en un lugar privilegiado: el país más violento de América Latina, con 17.600 asesinatos en el 2010, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. Y, de ñapa, a Caracas como la ciudad más violenta del mundo, con su tasa de homicidios en 233 por cada 100 mil habitantes, según nuestro Instituto Nacional de Estadística o INE. Pero, el colmo de este grave problema social de nuestro país es el mutis del gobierno cuando el Presidente simplemente se lava las manos al decir: no es ético echarme la culpa de la inseguridad y violencia en el país… Es culpa de las telenovelas que incitan a la violencia. O sea, ahora resulta que el Presidente es santo e inocente ante este fracaso de su robolución. Francamente, tanto cinismo es como para comenzar a creer en las palabras de padre Raniero Cantalamessa: nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santo.
Por su parte, el problema de la salud es como para llorar. Según el balance de Salud 2010 de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, han aumento las tasas de enfermedades crónicas y degenerativas como el cáncer, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebro-vasculares y, lo peor, los trastornos mentales. Pero, como que si eso fuera poco, Venezuela también ha tenido el mayor brote mundial de fiebre mayano; la epidemia nacional más importante de dengue, en los últimos 21 años; y de paludismo en los últimos 5; resurgimiento del cólera, aumento de la mortalidad infantil a 12.8%, sífilis congénita y aumento de las cifras de mortalidad materna a 330. Y, la ñapa: los hechos de violencia y los accidentes son la primera causa de muerte en los jóvenes venezolanos. O sea, en medio de esta patética robolución, los venezolanos sobrevivientes somos simplemente duros de matar.
Este dramático escenario tan insalubre de nuestro país también tiene su origen en la ineficiencia de este pésimo gobierno, por 2 razones. Por una parte, por haber arrasado un sistema de salud perfectible hasta la llegada de la robolución y, por otra parte, por haber entregado la atención de salud del venezolano a supuestos médicos cubanos que, ni siquiera, han cumplido con la reválida obligante en la Ley de Ejercicio de la Medicina de nuestro país. Por lo tanto, no son médicos, según la legislación venezolana. En consecuencia, tenemos centros hospitalarios en ruina estructural, tecnológica y en recursos humanos; emigración hacia distintos países de 8.000 y pico de médicos especialistas; cursos universitarios de post grado desiertos para la formación de nuevos especialistas y colapso de los centros privados por alta demanda de servicios. De paso, más de mil cubanos han usado a nuestro país como trampolín para la deserción y lograr su residencia en países democráticos.
O sea, la mortalidad por inseguridad e insalubridad del pueblo venezolano también es reflejo del fracaso de esta patética robolución. Y su slogan Patria, Socialismo o Muerte ha resultado ser una realidad pero como todo un combo contradictorio: Muerte de la Patria por el Socialismo; y Patria, Socialismo y Muerte. Tá como pá decí: qué cosa ma´ grande caballero, a lo cubano.
Por ejemplo, el drama de la inseguridad ha logrado ubicar a Venezuela en un lugar privilegiado: el país más violento de América Latina, con 17.600 asesinatos en el 2010, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. Y, de ñapa, a Caracas como la ciudad más violenta del mundo, con su tasa de homicidios en 233 por cada 100 mil habitantes, según nuestro Instituto Nacional de Estadística o INE. Pero, el colmo de este grave problema social de nuestro país es el mutis del gobierno cuando el Presidente simplemente se lava las manos al decir: no es ético echarme la culpa de la inseguridad y violencia en el país… Es culpa de las telenovelas que incitan a la violencia. O sea, ahora resulta que el Presidente es santo e inocente ante este fracaso de su robolución. Francamente, tanto cinismo es como para comenzar a creer en las palabras de padre Raniero Cantalamessa: nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santo.
Por su parte, el problema de la salud es como para llorar. Según el balance de Salud 2010 de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, han aumento las tasas de enfermedades crónicas y degenerativas como el cáncer, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebro-vasculares y, lo peor, los trastornos mentales. Pero, como que si eso fuera poco, Venezuela también ha tenido el mayor brote mundial de fiebre mayano; la epidemia nacional más importante de dengue, en los últimos 21 años; y de paludismo en los últimos 5; resurgimiento del cólera, aumento de la mortalidad infantil a 12.8%, sífilis congénita y aumento de las cifras de mortalidad materna a 330. Y, la ñapa: los hechos de violencia y los accidentes son la primera causa de muerte en los jóvenes venezolanos. O sea, en medio de esta patética robolución, los venezolanos sobrevivientes somos simplemente duros de matar.
Este dramático escenario tan insalubre de nuestro país también tiene su origen en la ineficiencia de este pésimo gobierno, por 2 razones. Por una parte, por haber arrasado un sistema de salud perfectible hasta la llegada de la robolución y, por otra parte, por haber entregado la atención de salud del venezolano a supuestos médicos cubanos que, ni siquiera, han cumplido con la reválida obligante en la Ley de Ejercicio de la Medicina de nuestro país. Por lo tanto, no son médicos, según la legislación venezolana. En consecuencia, tenemos centros hospitalarios en ruina estructural, tecnológica y en recursos humanos; emigración hacia distintos países de 8.000 y pico de médicos especialistas; cursos universitarios de post grado desiertos para la formación de nuevos especialistas y colapso de los centros privados por alta demanda de servicios. De paso, más de mil cubanos han usado a nuestro país como trampolín para la deserción y lograr su residencia en países democráticos.
O sea, la mortalidad por inseguridad e insalubridad del pueblo venezolano también es reflejo del fracaso de esta patética robolución. Y su slogan Patria, Socialismo o Muerte ha resultado ser una realidad pero como todo un combo contradictorio: Muerte de la Patria por el Socialismo; y Patria, Socialismo y Muerte. Tá como pá decí: qué cosa ma´ grande caballero, a lo cubano.
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