Chávez bajo la lupa de los intelectuales
enero 27, 2011 7:50 pm
Hugo Chávez fue sometido este jueves a escrutinio en el Hay Festival de Cartagena, donde escritores venezolanos calificaron su Gobierno como “la telenovela del petróleo” y se lamentaron del triunfo de un “salvador de la patria” que ya de pequeño jugaba con sus amigos a ser Simón Bolívar.
El Hay Festival abrió hoy sus puertas con el músico panameño Rubén Blades como figura estelar y que hasta el domingo reunirá a personalidades como Alessandro Baricco, Juan José Millás o Lydia Cacho.
En el Teatro Adolfo Mejía, sobre un escenario decorado con unos extraños árboles adornados con jaulas vacías, un grupo de escritores venezolanos sometió a un juicio intelectual a Chávez, presidente de su país desde hace once años.
Para Francisco Suniaga, autor de “El pasajero de Truman”, Venezuela ostenta “la desdicha de tener una profusión de salvadores de la política que va más allá de lo normal”.
Repasó el historial de salvadores en los últimos cien años y cómo han fracasado los intentos de normalidad democrática con líderes moderados y virtuosos. “Los que han nacido para ser presidentes se vuelven locos, y los que nacen locos se vuelven presidentes”, afirmó.
Uno de los patrones que nos identifica a los venezolanos es que “siempre buscamos un pendejo”, añadió, y el problema es que “los salvadores de la patria son normalmente muy malos gobernantes”.
Federico Vegas repasó el único magnicidio en la historia de Venezuela, el de Carlos Delgado Chlabaud, que narra en su novela “Sumario”. Era Delgado un personaje complejo, preparado, culto, que exhibió una doble característica poco común en la historia de América Latina: la duda y el desarraigo.
Consideró difícil, por tanto, escribir algún día una novela sobre Chávez, porque “los personajes de una novela tienen que dudar” y esa no es una característica del presidente venezolano, y comparó el gobierno chavista con “una telenovela, cuyos capítulos se repiten de forma parecida” y donde siempre tiene que haber algo que mantenga en vilo a la audiencia.
El régimen de Chávez es, para Vegas, “la telenovela del petróleo”. “Chávez -dijo- viene a confirmar la terrible maldición del petróleo, como única fuente de ingresos”.
En ese sentido también se expresó el ingeniero Luis Guisti, ex presidente de PDVSA, que cree que Chávez con su política energética está comprometiendo el futuro de la sociedad venezolana, y subrayó que la riqueza de Venezuela es una burbuja.
Alberto Barrera Tyszka, autor de una biografía “Hugo Chávez sin uniforme”, se lamentó de que por esta obra se sienta obligado siempre a hablar sobre el presidente, sobre su afán de notoriedad y celebridad desde que era muy joven.
“Él, de pequeño, cuando jugaba con sus amiguitos no quería ser Supermán, él quería ser Simón Bolívar”. Para Barrera, igual que para sus colegas, su figura “es incomprensible sin la condición petrolera venezolana”. En ese sentido, Venezuela sí “es muy distinta al resto de América Latina”.
En Venezuela llenar el depósito de gasolina cuesta menos de un dólar, y con esa sensación es difícil que los ciudadanos no se acostumbren a vivir del Estado. Chávez, dijo Barerra, es un ejemplo de alguien que sólo ha vivido del Estado, ya fuera en la escuela, los cuarteles, la cárcel o el Gobierno. “Él piensa que es rico”, que “la plata del Estado es suya”, añadió.
Alabó de él su persistencia, su mirada a largo plazo, su tesón y su trabajo. Chávez “está construyendo su propia autobiografía” y su comportamiento es “un síntoma de la locura de la sociedad venezolana”, agregó.
El Hay Festival lo abrió hoy una conversación de Rubén Blades con el director del diario colombiano El Tiempo, Roberto Pombo.
Blades reconoció que su vocación inicial fue la escritura. De hecho, de niño comenzó a escribir cuentos y leía a Verne y a La Ilíada por recomendación de su abuela.
Ese sustrato literario está presente en sus canciones, como en “Pedro Navaja”, capaces de encerrar un relato en dos minutos y medio. Blades, eso sí, dejó claro que no se considera un autor de canción protesta, porque en sus letras hay “propuestas” además de protestas. “Tuve mucho cuidado en no caer en la canción ideológica”, subrayó.
El músico, que ha sido candidato presidencial y ministro y reconoce que se equivocó al no dedicarle a esa actividad toda la atención que requería, dijo que la política de hoy en día sigue anclada en los paradigmas del siglo XIX.
Se mostró partidario de que en el mundo gobiernen personas ajenas a los partidos tradicionales y está dispuesto a volver a la política para defender ideas como la necesidad de contar con ciudades más sostenibles o para reivindicar la espiritualidad.
“La espiritualidad se ha perdido. Nos hemos convertido en una sociedad materialista”, dijo Blades, que piensa seguir estudiando y construyendo su argumentario político, para lo que se matriculará en la Universidad de Columbia en 2012. EFE
En el Teatro Adolfo Mejía, sobre un escenario decorado con unos extraños árboles adornados con jaulas vacías, un grupo de escritores venezolanos sometió a un juicio intelectual a Chávez, presidente de su país desde hace once años.
Para Francisco Suniaga, autor de “El pasajero de Truman”, Venezuela ostenta “la desdicha de tener una profusión de salvadores de la política que va más allá de lo normal”.
Repasó el historial de salvadores en los últimos cien años y cómo han fracasado los intentos de normalidad democrática con líderes moderados y virtuosos. “Los que han nacido para ser presidentes se vuelven locos, y los que nacen locos se vuelven presidentes”, afirmó.
Uno de los patrones que nos identifica a los venezolanos es que “siempre buscamos un pendejo”, añadió, y el problema es que “los salvadores de la patria son normalmente muy malos gobernantes”.
Federico Vegas repasó el único magnicidio en la historia de Venezuela, el de Carlos Delgado Chlabaud, que narra en su novela “Sumario”. Era Delgado un personaje complejo, preparado, culto, que exhibió una doble característica poco común en la historia de América Latina: la duda y el desarraigo.
Consideró difícil, por tanto, escribir algún día una novela sobre Chávez, porque “los personajes de una novela tienen que dudar” y esa no es una característica del presidente venezolano, y comparó el gobierno chavista con “una telenovela, cuyos capítulos se repiten de forma parecida” y donde siempre tiene que haber algo que mantenga en vilo a la audiencia.
El régimen de Chávez es, para Vegas, “la telenovela del petróleo”. “Chávez -dijo- viene a confirmar la terrible maldición del petróleo, como única fuente de ingresos”.
En ese sentido también se expresó el ingeniero Luis Guisti, ex presidente de PDVSA, que cree que Chávez con su política energética está comprometiendo el futuro de la sociedad venezolana, y subrayó que la riqueza de Venezuela es una burbuja.
Alberto Barrera Tyszka, autor de una biografía “Hugo Chávez sin uniforme”, se lamentó de que por esta obra se sienta obligado siempre a hablar sobre el presidente, sobre su afán de notoriedad y celebridad desde que era muy joven.
“Él, de pequeño, cuando jugaba con sus amiguitos no quería ser Supermán, él quería ser Simón Bolívar”. Para Barrera, igual que para sus colegas, su figura “es incomprensible sin la condición petrolera venezolana”. En ese sentido, Venezuela sí “es muy distinta al resto de América Latina”.
En Venezuela llenar el depósito de gasolina cuesta menos de un dólar, y con esa sensación es difícil que los ciudadanos no se acostumbren a vivir del Estado. Chávez, dijo Barerra, es un ejemplo de alguien que sólo ha vivido del Estado, ya fuera en la escuela, los cuarteles, la cárcel o el Gobierno. “Él piensa que es rico”, que “la plata del Estado es suya”, añadió.
Alabó de él su persistencia, su mirada a largo plazo, su tesón y su trabajo. Chávez “está construyendo su propia autobiografía” y su comportamiento es “un síntoma de la locura de la sociedad venezolana”, agregó.
El Hay Festival lo abrió hoy una conversación de Rubén Blades con el director del diario colombiano El Tiempo, Roberto Pombo.
Blades reconoció que su vocación inicial fue la escritura. De hecho, de niño comenzó a escribir cuentos y leía a Verne y a La Ilíada por recomendación de su abuela.
Ese sustrato literario está presente en sus canciones, como en “Pedro Navaja”, capaces de encerrar un relato en dos minutos y medio. Blades, eso sí, dejó claro que no se considera un autor de canción protesta, porque en sus letras hay “propuestas” además de protestas. “Tuve mucho cuidado en no caer en la canción ideológica”, subrayó.
El músico, que ha sido candidato presidencial y ministro y reconoce que se equivocó al no dedicarle a esa actividad toda la atención que requería, dijo que la política de hoy en día sigue anclada en los paradigmas del siglo XIX.
Se mostró partidario de que en el mundo gobiernen personas ajenas a los partidos tradicionales y está dispuesto a volver a la política para defender ideas como la necesidad de contar con ciudades más sostenibles o para reivindicar la espiritualidad.
“La espiritualidad se ha perdido. Nos hemos convertido en una sociedad materialista”, dijo Blades, que piensa seguir estudiando y construyendo su argumentario político, para lo que se matriculará en la Universidad de Columbia en 2012. EFE
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