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Editorial El Nacional: El chiste del bloqueo
Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano
Editorial El Nacional: El chiste del bloqueo Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano
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Los principales medios de comunicación en español se dieron banquete en diciembre pasado con un chiste del presidente cubano Raúl Castro |
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Los principales medios de comunicación en español se dieron banquete en diciembre pasado con un chiste del presidente cubano Raúl Castro. La verdad es que la salida chistosa del menor de los hermanos Castro no hubiera tenido tanta trascendencia de haber ocurrido en otro lugar que no fuera la Asamblea Nacional de Cuba y, para más señas, durante un discurso oficial en el cual se repasaban las nuevas directrices económicas y se señalaban los errores del pasado en la construcción del socialismo. Con su cara muy lavada, Raúl Castro refirió que a un representante vietnamita de visita en la isla le había intrigado el hecho de que Cuba los había enseñado a cultivar café, y que ahora, años después, la revolución estaba importando café desde Vietnam. "No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: El bloqueo", relató Raúl Castro "arrancando una carcajada al plenario". Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano. Meses atrás se armó un escándalo cuando Fidel Castro le dijo a un periodista estadounidense que lo visitó en La Habana que el modelo revolucionario cubano ya no era exportable porque "no funcionaba ni para ellos mismos". Menuda ocurrencia a estas alturas de la vida, cuando luego de cincuenta años de revolución la isla está en bancarrota. Tantos muertos, tantos perseguidos y encarcelados, millones de cubanos en el exilio y varias generaciones frustradas y sin futuro no pueden quedar reducidos a un chiste cruel de la nomenclatura fidelista. Vale la pena detenerse en el punto central del chiste de Raúl Castro: el bloqueo. Año tras año la propaganda cubana no ha hecho sino justificar las penurias de la vida diaria en la isla con un latiguillo incesante: "el bloqueo norteamericano". Los errores en la planificación centralizada de la economía no son errores sino la inevitable consecuencia del embargo de Estados Unidos. El cerco a las expresiones políticas democráticas, la negación de los derechos humanos, la desaparición de la prensa libre, la persecución de la disidencia interna, la prohibición de viajar al exterior sin permiso previo y el cerco policial a quienes usan precariamente Internet para comunicar al mundo el infierno represivo en que viven se deben al "bloqueo norteamericano" y no a los disparates de la vetusta dirigencia comunista. Como es fácil advertir, los hermanos Castro y sus colaboradores han terminado siendo los rehenes de su propia estrategia de propaganda. Ahora deben desmontar esa larga cadena de mentiras sin la cual nadie fuera o dentro de Cuba les va a creer las rectificaciones que hoy proponen como panacea de los males que ellos mismos causaron. // El Nacional |
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Editorial El Nacional: El chiste del bloqueo
Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano
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Los principales medios de comunicación en español se dieron banquete en diciembre pasado con un chiste del presidente cubano Raúl Castro |
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Los principales medios de comunicación en español se dieron banquete en diciembre pasado con un chiste del presidente cubano Raúl Castro. La verdad es que la salida chistosa del menor de los hermanos Castro no hubiera tenido tanta trascendencia de haber ocurrido en otro lugar que no fuera la Asamblea Nacional de Cuba y, para más señas, durante un discurso oficial en el cual se repasaban las nuevas directrices económicas y se señalaban los errores del pasado en la construcción del socialismo.
Con su cara muy lavada, Raúl Castro refirió que a un representante vietnamita de visita en la isla le había intrigado el hecho de que Cuba los había enseñado a cultivar café, y que ahora, años después, la revolución estaba importando café desde Vietnam. "No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: El bloqueo", relató Raúl Castro "arrancando una carcajada al plenario".
Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano.
Meses atrás se armó un escándalo cuando Fidel Castro le dijo a un periodista estadounidense que lo visitó en La Habana que el modelo revolucionario cubano ya no era exportable porque "no funcionaba ni para ellos mismos". Menuda ocurrencia a estas alturas de la vida, cuando luego de cincuenta años de revolución la isla está en bancarrota. Tantos muertos, tantos perseguidos y encarcelados, millones de cubanos en el exilio y varias generaciones frustradas y sin futuro no pueden quedar reducidos a un chiste cruel de la nomenclatura fidelista.
Vale la pena detenerse en el punto central del chiste de Raúl Castro: el bloqueo. Año tras año la propaganda cubana no ha hecho sino justificar las penurias de la vida diaria en la isla con un latiguillo incesante: "el bloqueo norteamericano".
Los errores en la planificación centralizada de la economía no son errores sino la inevitable consecuencia del embargo de Estados Unidos. El cerco a las expresiones políticas democráticas, la negación de los derechos humanos, la desaparición de la prensa libre, la persecución de la disidencia interna, la prohibición de viajar al exterior sin permiso previo y el cerco policial a quienes usan precariamente Internet para comunicar al mundo el infierno represivo en que viven se deben al "bloqueo norteamericano" y no a los disparates de la vetusta dirigencia comunista.
Como es fácil advertir, los hermanos Castro y sus colaboradores han terminado siendo los rehenes de su propia estrategia de propaganda. Ahora deben desmontar esa larga cadena de mentiras sin la cual nadie fuera o dentro de Cuba les va a creer las rectificaciones que hoy proponen como panacea de los males que ellos mismos causaron. // El Nacional |
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Los principales medios de comunicación en español se dieron banquete en diciembre pasado con un chiste del presidente cubano Raúl Castro. La verdad es que la salida chistosa del menor de los hermanos Castro no hubiera tenido tanta trascendencia de haber ocurrido en otro lugar que no fuera la Asamblea Nacional de Cuba y, para más señas, durante un discurso oficial en el cual se repasaban las nuevas directrices económicas y se señalaban los errores del pasado en la construcción del socialismo.
Con su cara muy lavada, Raúl Castro refirió que a un representante vietnamita de visita en la isla le había intrigado el hecho de que Cuba los había enseñado a cultivar café, y que ahora, años después, la revolución estaba importando café desde Vietnam. "No sé qué le habrá contestado el cubano. Seguro que le dijo: El bloqueo", relató Raúl Castro "arrancando una carcajada al plenario".
Si bien el chiste lleva años rondando por Cuba y se le acomoda a cualquier falta en el trabajo o falla en cumplir las metas en la producción, lo cierto es que llama la atención ese estilo de humor cínico en boca de quien es uno de los principales responsables de la tragedia que está viviendo el pueblo cubano.
Meses atrás se armó un escándalo cuando Fidel Castro le dijo a un periodista estadounidense que lo visitó en La Habana que el modelo revolucionario cubano ya no era exportable porque "no funcionaba ni para ellos mismos". Menuda ocurrencia a estas alturas de la vida, cuando luego de cincuenta años de revolución la isla está en bancarrota. Tantos muertos, tantos perseguidos y encarcelados, millones de cubanos en el exilio y varias generaciones frustradas y sin futuro no pueden quedar reducidos a un chiste cruel de la nomenclatura fidelista.
Vale la pena detenerse en el punto central del chiste de Raúl Castro: el bloqueo. Año tras año la propaganda cubana no ha hecho sino justificar las penurias de la vida diaria en la isla con un latiguillo incesante: "el bloqueo norteamericano".
Los errores en la planificación centralizada de la economía no son errores sino la inevitable consecuencia del embargo de Estados Unidos. El cerco a las expresiones políticas democráticas, la negación de los derechos humanos, la desaparición de la prensa libre, la persecución de la disidencia interna, la prohibición de viajar al exterior sin permiso previo y el cerco policial a quienes usan precariamente Internet para comunicar al mundo el infierno represivo en que viven se deben al "bloqueo norteamericano" y no a los disparates de la vetusta dirigencia comunista.
Como es fácil advertir, los hermanos Castro y sus colaboradores han terminado siendo los rehenes de su propia estrategia de propaganda. Ahora deben desmontar esa larga cadena de mentiras sin la cual nadie fuera o dentro de Cuba les va a creer las rectificaciones que hoy proponen como panacea de los males que ellos mismos causaron. // El Nacional
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