En: http://www.lapatilla.com/site/2014/09/14/moises-naim-y-que-mas-paso/
Moisés Naím
Siria, Ucrania, Gaza, Irak, el Ejército Islámico, el ébola. La lista
es larga. Pero durante el trágico verano de 2014 han ocurrido otros
eventos que, si bien atrajeron menos atención, podrían ser tan
importantes como las noticias que dominaron pantallas y periódicos.
Algunos de ellos son cambios inesperados, mientras que otros revelan
tendencias que, de mantenerse, tendrán grandes consecuencias.
1) Cayó el precio del petróleo. Este verano llegó a
su nivel más bajo en un año. Los precios siempre oscilan y esto no tiene
nada de especial. Excepto que esta caída ocurre cuando los precios del
crudo deberían estar por las nubes. Las guerras en Oriente Próximo y en
Ucrania y las severas sanciones a Rusia deberían haberlos hecho subir.
Pero no fue así. Estados Unidos vive una revolución energética que lo ha
convertido en el principal productor de petróleo del mundo (superando a
Arabia Saudí y Rusia). Gracias al aumento de la producción en EE UU, en
julio se alcanzó el mayor volumen de crudo producido en el mundo desde
1987. Por otro lado, la anémica actividad económica mundial no genera
tanta demanda de energía como antes. Así, la combinación de más oferta y
menos demanda empuja los precios hacia abajo. Este verano vimos una
clara manifestación de este incipiente nuevo orden energético. Si estas
tendencias se mantienen, cambiarán el mundo.
2) La peor sequía en 106 años. El oeste de Estados
Unidos, México y Centroamérica llevan tres años con muy poca lluvia y
este verano la situación se hizo crítica. El 60% del territorio de
California fue declarado zona de “sequía excepcional”, la categoría más
extrema. Con el volumen de agua que se perdió por falta de lluvia y de
nieve se podría anegar con una capa de 10 centímetros de agua el área
que va de las Montañas Rocosas a la costa del Pacífico estadounidense.
El verano estuvo plagado de accidentes climáticos extremos.
3) El frenazo económico europeo. Este verano se
confirmó que la lenta recuperación de las economías europeas se ha
detenido. Nos enteramos de que durante la primera mitad del año, la
actividad económica se redujo en Alemania e Italia y se estancó en
Francia. No todas las noticias fueron malas. En España la economía sigue
creciendo y el Banco Central Europeo ha tomado agresivas medidas para
estimular las economías de la Eurozona. Pero, lamentablemente, este
verano reapareció en Europa el fantasma de la deflación: una caída
crónica del nivel de precios que al combinarse con altos niveles de
endeudamiento resulta muy peligrosa. Una vez que se cae en esta trampa
es difícil salir de ella. Japón lleva dos décadas luchando sin éxito
contra la deflación que tiene postrada a su economía.
4) ¿Usted sabe quién es Federica Mogherini? A partir
de noviembre será la jefa de la política exterior europea. Una vez en
el cargo, la señora Mogherini, que fue nombrada en agosto, será quien
negocie en nombre de Europa las difíciles situaciones en Rusia, Ucrania,
Irán, Oriente Próximo, China, etcétera. También liderará el consejo
formado por los 28 ministros de Relaciones Exteriores europeos y
dirigirá el Servicio Europeo de Acción Exterior, una complicadísima
burocracia de 3.500 diplomáticos esparcidos por el mundo. ¿Cuál es la
principal credencial de la señora Mogherini? Haber sido ministra de
Exteriores de Italia durante seis meses. Antes de eso, su experiencia
internacional o como líder de una gran organización ha sido mínima. El
consenso entre los expertos es que no está cualificada para tan
importante cargo. El otro consenso es que su veraniego nombramiento
confirma que a los países europeos no les interesa tener una política
internacional común ni toman en serio la idea de que la influencia de
Europa en el mundo depende de su capacidad para actuar en concierto.
5) Accidente aéreo con consecuencias geopolíticas. El
vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias no fue el único siniestro
aéreo de este verano que transformó la política. El 13 de agosto, el jet
privado en el que viajaba Eduardo Campos, candidato a la presidencia de
Brasil, se estrelló al aterrizar a causa del mal tiempo. Hasta ese día,
la reelección de Dilma Rousseff parecía segura y eso garantizaba que la
élite política que ha gobernado a Brasil desde 2003 retuviese el poder
cuatro años más. Pero Marina Silva reemplazó a Campos como candidata y
las encuestas indican que podría ganarle a la actual presidenta. Si eso
sucede, es probable que cambien muchas cosas en Brasil, incluyendo su
relación con el resto de América Latina. Esto podría terminar con la
ciega solidaridad que los Gobiernos de Lula y Rousseff han tenido con
los Gobiernos latinoamericanos que socavan la democracia y violan los
derechos humanos. Y así rediseñar el mapa político de América Latina.
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