Por Medina & Arenas.- El país solo espera que alguien (un grupo, partido, propuesta) canalice sus demandas, su rabia, especialmente en este momento donde se encuentra seriamente afectadas por las políticas del gobierno.
Por Medina& Arenas.- El país esperó, especialmente los
sectores económicos; los productores que quedan en el país, dieron todo
el tiempo al gobierno y a Maduro para que presentará formalmente los
anuncios de los que tanto tiempo habló, que repetía de forma constante
en cadenas y mitines. Pero el día llego y las expectativas nuevamente se
frustraron. Hoy muchos se preguntan de qué manera ayudará esto a
combatir la fuerte crisis que el país atraviesa en estos momentos.
Muchos también quedaron claros que toda esa cadena fue para provocar un
reacomodo que le permitiera a Maduro gobernar con mayor calma y
profundizar en los cambios institucionales necesarios para el
mantenimiento del chavismo en el poder.
“El sacudón fue sentido solo a lo interno del gobierno y del PSUV pero no en la colectividad, una vez más se pone de manifiesto que la principal preocupación del gobierno es su continuidad y por tanto, sus acciones van siempre dirigidas hacia ese objetivo”.
Mientras el gobierno está desvinculado de la realidad nacional y solo se preocupa por su capacidad para mantenerse en el poder, uno podría pensar que la oposición gana terreno, y sin embargo no es así. La dirigencia opositora no logra capitalizar el descontento de los chavistas light, los neutrales y los apáticos e incluso, es bastante criticada por quienes la valoran como su opción preferida. La oposición no ha logrado consolidarse como una verdadera opción porque, al igual que el gobierno, ha perdido tiempo necesario y crucial en atajos, arranques de sentimientos y encerronas, revisándose a sí misma; se han olvidado de que comparten el mismo objetivo, aunque difieran en los medios para lograrlo. La consecuencia principal de esta ausencia de acuerdo y liderazgo es que los venezolanos se sientan desamparados y sin rumbo.
El país solo espera que alguien (un grupo, partido,una propuesta) canalice sus demandas, su rabia, especialmente en este momento cuando sus habitantes se encuentran seriamente afectados por las políticas del gobierno. Pero ante tanto silencio, lo único que ha ganado terreno ha sido la anarquía y la desesperanza. La frustración de los ciudadanos provocó las constantes protestas y guarimbas producidas en el primer trimestre del año, donde el advenimiento de un tercer liderazgo, el estudiantil, logró canalizar el descontento de muchos y transformarlo en acción. Hoy, en el último trimestre del año, las razones que iniciaron las guarimbas siguen estando vigentes y no es descabellado pensar que ante la ausencia de liderazgo surja una nueva propuesta que destrone las dos opciones vigentes, tal y como sucedió con el chiripero o con el chavismo.
Si bien todos esperamos una solución a la crisis, la ausencia de liderazgo puede abrir la puerta a radicalismos e improvisaciones que representen una respuesta al corto plazo y un problema mayor a mediano o largo plazo; es por ello que es fundamental tener una representación firme y responsable si no se quieren cometer los errores del pasado.
El chavismo ya ha contado con 16 años para demostrar su incapacidad para llevar a Venezuela hacia el progreso y tras la profundización de la crisis, se encuentra en su peor momento de popularidad. Si la oposición espera convertirse en gobierno, debe conectar con el pueblo y trascender sus luchas internas, de lo contrario un tercero puede terminar capitalizando lo que ellos han trabajado los últimos 15 años. Y esta vez no se podrá culpar al pueblo por haber escogido mal: la responsabilidad será de los que hoy dirigen el país desde sus diferentes tendencias. Conectar con el pueblo, fortalecer los liderazgos regionales y traer esperanza a los que buscan salida, es un camino y no simple opción.
“El sacudón fue sentido solo a lo interno del gobierno y del PSUV pero no en la colectividad, una vez más se pone de manifiesto que la principal preocupación del gobierno es su continuidad y por tanto, sus acciones van siempre dirigidas hacia ese objetivo”.
Mientras el gobierno está desvinculado de la realidad nacional y solo se preocupa por su capacidad para mantenerse en el poder, uno podría pensar que la oposición gana terreno, y sin embargo no es así. La dirigencia opositora no logra capitalizar el descontento de los chavistas light, los neutrales y los apáticos e incluso, es bastante criticada por quienes la valoran como su opción preferida. La oposición no ha logrado consolidarse como una verdadera opción porque, al igual que el gobierno, ha perdido tiempo necesario y crucial en atajos, arranques de sentimientos y encerronas, revisándose a sí misma; se han olvidado de que comparten el mismo objetivo, aunque difieran en los medios para lograrlo. La consecuencia principal de esta ausencia de acuerdo y liderazgo es que los venezolanos se sientan desamparados y sin rumbo.
El país solo espera que alguien (un grupo, partido,una propuesta) canalice sus demandas, su rabia, especialmente en este momento cuando sus habitantes se encuentran seriamente afectados por las políticas del gobierno. Pero ante tanto silencio, lo único que ha ganado terreno ha sido la anarquía y la desesperanza. La frustración de los ciudadanos provocó las constantes protestas y guarimbas producidas en el primer trimestre del año, donde el advenimiento de un tercer liderazgo, el estudiantil, logró canalizar el descontento de muchos y transformarlo en acción. Hoy, en el último trimestre del año, las razones que iniciaron las guarimbas siguen estando vigentes y no es descabellado pensar que ante la ausencia de liderazgo surja una nueva propuesta que destrone las dos opciones vigentes, tal y como sucedió con el chiripero o con el chavismo.
Si bien todos esperamos una solución a la crisis, la ausencia de liderazgo puede abrir la puerta a radicalismos e improvisaciones que representen una respuesta al corto plazo y un problema mayor a mediano o largo plazo; es por ello que es fundamental tener una representación firme y responsable si no se quieren cometer los errores del pasado.
El chavismo ya ha contado con 16 años para demostrar su incapacidad para llevar a Venezuela hacia el progreso y tras la profundización de la crisis, se encuentra en su peor momento de popularidad. Si la oposición espera convertirse en gobierno, debe conectar con el pueblo y trascender sus luchas internas, de lo contrario un tercero puede terminar capitalizando lo que ellos han trabajado los últimos 15 años. Y esta vez no se podrá culpar al pueblo por haber escogido mal: la responsabilidad será de los que hoy dirigen el país desde sus diferentes tendencias. Conectar con el pueblo, fortalecer los liderazgos regionales y traer esperanza a los que buscan salida, es un camino y no simple opción.
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