MARÍA CORINA MACHADO
| EL UNIVERSAL
sábado 25 de octubre de 2014 12:00 AM
La caída de los precios del
petróleo preocupa a muchos, y con razón! De Moscú a Teherán y de La
Habana a Miraflores, las implicaciones geopolíticas son profundas.
Para los venezolanos esta situación tiene consecuencias inmediatas: menos divisas para importar bienes esenciales que el régimen impide producir; más escasez e inflación.
Para el régimen, y las mafias que han proliferado a su amparo, esta caída del precio del petróleo representa 12 mil millones $ menos en un año, para malgastar; dificulta su financiamiento externo y acelera la debacle económica. Aumentarán la tensión social y la consabida respuesta: censura, persecución y represión.
Pero hay dos efectos positivos. El primero es la abrumadora demanda y presión por un urgente cambio de régimen. La inmensa mayoría de los venezolanos sabemos que cada día que pasa la destrucción se acelera; y que debemos detenerla cuanto antes. Maduro y su régimen tienen que irse.
El segundo, es la decisión impostergable de emprender un nuevo modelo de sociedad y de desarrollo, superando definitivamente la dependencia del petróleo, el estatismo, el centralismo, el populismo y, ¡por fin!, el militarismo. Edificar una Venezuela responsable, libre, solidaria y próspera.
La realidad es esperanzadora. Durante 15 años este régimen ha intentado imponer, por la fuerza, un modelo colectivista: ha denigrado de la iniciativa individual, la propiedad privada, el valor del trabajo productivo, el mérito, la productividad, etc. Ha promovido la confrontación entre ciudadanos, acusando y hostigando a productores, comerciantes y emprendedores de todo nivel.
Sin embargo, ¡la pretensión de extinguir el espíritu de superación y emprendedor del venezolano ha fracasado! Un estudio reciente del Pew Research Institute sobre valores y expectativas de la población en 44 países del mundo, revela que, 67% de los venezolanos apoya el sistema de libre mercado, y 62% considera que el éxito en la vida no depende de fuerzas que estén fuera de su control.
Nuestra lucha no se conforma con derrotar esta dictadura militarista y mafiosa, y sacar a los delincuentes del poder. Nos proponemos lograr la nueva Venezuela, instaurando plena y eficazmente la República Liberal Democrática.
Para los venezolanos esta situación tiene consecuencias inmediatas: menos divisas para importar bienes esenciales que el régimen impide producir; más escasez e inflación.
Para el régimen, y las mafias que han proliferado a su amparo, esta caída del precio del petróleo representa 12 mil millones $ menos en un año, para malgastar; dificulta su financiamiento externo y acelera la debacle económica. Aumentarán la tensión social y la consabida respuesta: censura, persecución y represión.
Pero hay dos efectos positivos. El primero es la abrumadora demanda y presión por un urgente cambio de régimen. La inmensa mayoría de los venezolanos sabemos que cada día que pasa la destrucción se acelera; y que debemos detenerla cuanto antes. Maduro y su régimen tienen que irse.
El segundo, es la decisión impostergable de emprender un nuevo modelo de sociedad y de desarrollo, superando definitivamente la dependencia del petróleo, el estatismo, el centralismo, el populismo y, ¡por fin!, el militarismo. Edificar una Venezuela responsable, libre, solidaria y próspera.
La realidad es esperanzadora. Durante 15 años este régimen ha intentado imponer, por la fuerza, un modelo colectivista: ha denigrado de la iniciativa individual, la propiedad privada, el valor del trabajo productivo, el mérito, la productividad, etc. Ha promovido la confrontación entre ciudadanos, acusando y hostigando a productores, comerciantes y emprendedores de todo nivel.
Sin embargo, ¡la pretensión de extinguir el espíritu de superación y emprendedor del venezolano ha fracasado! Un estudio reciente del Pew Research Institute sobre valores y expectativas de la población en 44 países del mundo, revela que, 67% de los venezolanos apoya el sistema de libre mercado, y 62% considera que el éxito en la vida no depende de fuerzas que estén fuera de su control.
Nuestra lucha no se conforma con derrotar esta dictadura militarista y mafiosa, y sacar a los delincuentes del poder. Nos proponemos lograr la nueva Venezuela, instaurando plena y eficazmente la República Liberal Democrática.
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