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Konzapata.com
Por Redacción.-
Tres tuits seguidos del ministro de Finanzas, Rodolfo
Marco Torres. Tres tuits como de fiesta. Para aplaudir. Los tres
resumen una misma idea. Que el país honra sus compromisos. Que Maduro
instruyó el pago de la deuda, de los intereses del bono global 2014. Y
que así el gobierno bolivariano confirma su compromiso con la patria.
Claro, también con los bonistas, con los bancos de inversión, con el
mercado. Con Wall Street. Esta vez, el ministro y jefe de la economía al
menos se le adelantaba a los banqueros de inversión, que en los últimos
meses han llevado la batuta de la información, con sus análisis, sus
declaraciones, sus informes, sobre el caso Venezuela.
Estaba cantado, en verdad. No iba a haber default. No en 2014. No en
este octubre. El problema vendrá después. Para el 2015 se prevé un
escenario más que complicado. Por lo elevado de las cifras de los
vencimiento y por la situación de un mercado petrolero en baja. De
hecho, ya este año, se ha notado el esfuerzo agónico para acumular
fondos y pagar. Hubo que recurrir al fondo de pensiones de PDVSA,
traspasar los recursos a las reservas internacionales del BCV, y luego
hacer uso de ellas. La práctica ha sido criticada por los analistas.
En todo caso, el gobierno ha hecho énfasis en el pago. Lo que pasaba
por ser rutina se convirtió en noticia. Casi en noticia bomba. Porque,
en fin, la República ha pagado. Y es que el problema era la duda. Porque
hubo semanas de duda. Dado que se consideraba que no había los fondos
suficientes.
La alharaca del gobierno fue complementada con un comunicado en el
que se siente la necesidad de aclarar que “en la actualidad, la
República Bolivariana de Venezuela mantiene un registro impecable en el
pago de cada una de sus obligaciones, honrando nacional e
internacionalmente los pasivos adquiridos para el financiamiento de
obras que permitan el máximo desarrollo y la mayor suma de felicidad
posible al pueblo venezolano, mediante la emisión de Deuda Soberana”. Y
agrega que “de esta manera, el Gobierno Bolivariano liderado por el
presidente Nicolás Maduro Moros, demuestra una vez más su compromiso con
la Patria y el apego absoluto a los principios de transparencia,
voluntad política y crecimiento económico de nuestra Nación, legado
inextinguible de nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías”.
Es el ritual de siempre. Un ritual que esconde el fondo de la
realidad. La estrechez de las finanzas. De todas maneras, las palabras
levantan los ánimos. Son necesarias. Y por ello se agrega que “fieles a
nuestro compromiso irrenunciable de apoyar a todos los sectores de la
población y bajo la premisa de mantener una economía sana, equilibrada y
en franco crecimiento, realizamos constantemente estimaciones de los
niveles de sostenibilidad de endeudamiento en armonía con los
indicadores macroeconómicos, con el propósito de contribuir con la
consolidación de la política social, productiva e incluyente, objetivo
fundamental e irreversible enmarcado en el Plan de la Patria, tratado
histórico, bitácora moral, manifestación viva de la conciencia política y
máxima expresión del modelo socialista que hoy vive Venezuela”.
Ya se nota. Palabras y más palabras. Porque la realidad interna se
manifiesta de otra manera. Se llama crisis. Y está a la vista. Por
ahora, los bonistas se tranquilizan. El gobierno prevé cumplir con los
otros pagos de este octubre de 2014. Los mercados esperan
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