Wednesday, October 1, 2014

La presidnncia por vía electoral le ha sido esquiva a generales y almirantes

En: http://konzapata.com/2014/10/la-presidencia-por-la-via-electoral-le-ha-sido-esquiva-a-generales-y-almirantes/

Por Johan Rodríguez Perozo @johanperozo.- 
 
La historia electoral de Venezuela tiene reservado un capítulo en el cual se recoge la participación de las figuras militares en campañas electorales. Por supuesto, para quienes de manera circunstancial han asumido el rol de candidatos, venidos del estamento militar, antes han declinado su rol en la actividad castrense. La figura de los militares en el poder, en el contexto histórico venezolano, ha copado de manera abundante la historiografía criolla. Ello ha sido así dada la prolongación, desde el siglo XIX hasta la primera mitad del XX, de los militares a cargo de la conducción de los destinos del país. Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, reafirmaron con sus mandatos durante cuarenta y cinco años lo anteriormente expuesto. Cierto es que la Democracia “asomó su rostro” el año 1945 en el marco de la llamada Revolución de Octubre, pero  lo hizo de la mano de militares de nuevo cuño. Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez, protagonizaron los eventos que dieron al traste con el corto período de tres años, durante los cuales se llevó a cabo el ensayo democrático, conocido como el trienio adeco. Fue ésta la ocasión en la cual se ejecutó lo que más adelante, a partir de 1958, sería una práctica cotidiana de la dinámica política venezolana, las campañas electorales y elecciones libres por el voto popular.

La apertura de la Democracia acogió desde sus inicios la participación de ex militares en la competencia por la Presidencia de la República. La primera experiencia conocida fue la del propio Wolfgang Larrazábal, quien presidió la Junta de Gobierno que sucedió a Pérez Jiménez, para luego renunciar tanto al cargo en la Junta, como a su condición de militar activo para competir como candidato por la Presidencia de la República. Larrazábal reincidió por segunda ocasión en las elecciones de 1963, esta vez con menos suerte que en la anterior, puesto que bajó  en los respaldos obtenidos en su primera presentación. En la competencia frente a Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, respaldado por los partidos URD, PCV y MENI, logró un honroso e importante tercer  lugar con aproximadamente 900.000 votos. En cambio, en su segunda presentación como candidato, no sólo llegó en lejano quinto lugar sino además, con el solitario respaldo del FDP, apenas logró la cantidad aproximada de 275.000 sufragios.

Para las elecciones de 1968 no figuró ningún candidato proveniente de las filas de las Fuerzas Armadas. Pero en las del año 1973, se presentó el General en situación de retiro, Martín García Villasmil. Siendo un militar de amplia trayectoria en la milicia, venía de haber ocupado el Ministerio de la Defensa en el primer gabinete ministerial de Rafael Caldera. Considerado como el primer gobierno “monocolor” de la era democrática, sin embargo, tuvo la confianza de Caldera para ser designado como el primer responsable de la cartera militar. Se le recuerda por el escándalo que protagonizó, a raíz de la destitución del cargo como Ministro, lo cual lo llevó a plantear un conflicto de alta factura, pues, atrincherado en su casa y metralleta en mano, se negó a aceptar tal remoción por parte del Presidente. Las reacciones del gobierno no se hicieron esperar y el General García Villasmil no sólo fue finalmente sometido y sancionado sino además, pasado a retiro definitivo de su rol como militar activo. Probablemente, el episodio del cual fue protagonista y dada la alta y significativa exposición lograda a través de los medios en tal ocasión, le sirvió de acicate para lanzar su nombre en campaña electoral, hacia la conquista de la Presidencia en las elecciones de 1973. La suerte y los votos, evidentemente no lo acompañaron. El ex General tan sólo pudo lograr el octavo lugar, con base a unos 12.000 votos en un contexto en el cual, junto a otros doce candidatos en liza, Carlos Andrés Pérez de AD y Lorenzo Fernández de COPEI, acapararon el 85% de los votos.

La experiencia fallida del segundo militar en retiro, de abordar la aventura de la candidatura presidencial, no sirvió de ejemplo para quienes más tarde transitaron por la misma senda. Para las elecciones del año 1983, otro General retirado, objeto principal de esta edición del Museo Electoral de konzapata.com, quien además fue Ministro de Defensa del gabinete del Presidente Luis Herrera Campins, Luis Enrique Rangel Burgoin, presentó su candidatura presidencial en la campaña electoral de esa ocasión. El hecho, un tanto curioso, que caracterizó la incursión política y electoral de Rangel Burgoin, fue la decisión de buscar como principal apoyo a su candidatura, el respaldo de Marcos Pérez Jiménez. Llamó la atención, por supuesto, que siendo un militar forjado en el período democrático y además Ministro del quinto Presidente de ese período histórico, haya buscado como principal soporte político a quien en el pasado representó exactamente lo contrario al hecho democrático político y electoral.

Hay que señalar en honor a la verdad, que Rangel Burgoin no fue el único en gestionar el apoyo del pérezjimenismo en medio de una campaña electoral. En elecciones anteriores, otros candidatos llevaron a cabo el mismo peregrinaje hacia la Moraleja, sin haber obtenido éxito en la diligencia. Aunque Rangel Bourgoin tampoco obtuvo respaldo expresamente, sin embargo, si logró por escrito una respuesta de Pérez Jiménez. La respuesta la utilizó como material de campaña en la búsqueda, probablemente, de despertar la reminiscencia en el sector de electores venezolanos con simpatía manifiesta hacia el ex Dictador.  Un cruce epistolar entre el ex militar candidato y el ex Dictador, fue puesto de relieve en una publicación de propaganda electoral a través de los medios impresos. En apoyo a esta afirmación, acompaña este trabajo del Museo Electoral, el ejemplar de la página  de periódico del diario El Nacional, de fecha miércoles 23 de noviembre de 1983, es decir, entonces faltaban apenas once días para las elecciones de ese año 1983.

La totalidad de la página, obviamente pagada como propaganda electoral a favor del candidato y su partido, Rescate Nacional,expresaba además del contenido epistolar, algunas consignas y referencias a la importancia de la respuesta. El diseño de la página correspondió a un llamado, acerca de una suerte de noticia extraordinaria y de impacto, con cuyo título se anuncia lo demás.¡EXTRA¡ El General Pérez Jiménez apoya al General Rangel Burgoin, rezaba el encabezado de la propaganda. En la parte inferior, en una especie de sub texto, denunciaban la persecución de la cual habían sido objeto los seguidores del ex dictador, pero quienes así actuaron no tuvieron reparo en solicitar sus votos en distintas elecciones. Sugería el aviso que la orfandad electoral en la cual había estado el electorado pérezjimenista, podría encontrar en el partido Rescate Nacional y la candidatura de Rangel Burgoin, la plataforma para la reivindicación política de quienes integraban ese sector de votantes. Al pié de la página, la propaganda cerraba con el tradicional llamado a votar por las dos tarjetas cuyo contenido fundamental eran la imagen de Rangel Burgoin, el mapa de Venezuela y la consigna: Eficiencia, Seguridad y Orden, quizás parafraseando algunas de las viejas consignas del antiguo partido de Pérez Jiménez ,el FEI.

El contenido de la carta, resumido en dos cuartillas, da cuenta de la respuesta de Pérez Jiménez al candidato. En la misma le expresó su satisfacción por haber enviado a la calificada delegación con la cual se entrevistó en la residencia de La Moraleja en Madrid. Expresó la coincidencia con las ideas políticas que Rangel representaba y valoró la solicitud de apoyo formal. No obstante la manifestación de simpatía por la candidatura, le expresó de manera contundente que no le veía ningún chance de ganar las elecciones. Dijo Pérez Jiménez en la carta, que las elecciones estaban arregladas para que ganara AD o COPEI y que los venezolanos votan pero no eligen y que en un cuadro de tal naturaleza, consideraba la candidatura como un intento fallido más. Le manifestó además las serias dudas que albergaba acerca de la posibilidad de que obtuviera con su partido, una representación digna en el Congreso Nacional. Finalmente cerró Pérez Jiménez la misiva con esta perla: “Aprovecho la oportunidad de esta carta para manifestarle a usted que no tengo en Venezuela representante político alguno, y si alguien está proclamando tal cosa es porque tiene la tendencia común de la mayoría de los políticos del Sistema, a engañar a la colectividad venezolana”.

Rangel Burgoin, haciendo caso omiso del contenido de fondo de la misiva, asumió la respuesta como una suerte de respaldo de parte del ex Dictador. En tal sentido lo manejó el comando de campaña mediante la publicación de la carta en el diario El Nacional. La candidatura llegó hasta el final y obtuvo, como era de esperarse, un lejano séptimo lugar con apenas 8.800 votos aproximadamente. En esta ocasión, tal vez en coincidencia con la visión de Pérez Jiménez acerca del posible resultado electoral, en una competencia entre trece candidatos, Jaime Lusinchi y Rafael Caldera, principales competidores en la justa electoral, se llevaron el 91% de los votos emitidos. El 0tro 7%, como es obvio señalar, se distribuyó entre el resto de los once candidatos en liza.

Luis Enrique Rangel Burgoin fue un militar de carrera destacada en el seno de las Fuerzas Armadas. La formación básica la hizo durante el período de la dictadura de Pérez Jiménez. En el marco del proyecto democrático, ocupó posiciones destacadas como oficial instructor en materia de equipos blindados y obtuvo experiencia  combate a la subversión a través de entrenamiento especializado en Estados Unidos. Además de Ministro de Defensa, también se desempeñó como Secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa durante el mismo período de Luis Herrera. Una vez retirado de las Fuerzas Armadas, fundó el Instituto Venezolano de Estudios Estratégicos, la Asociación de Generales y Almirantes Retirados y la Asociación Civil Grupo Pichincha. Finalmente, una vez que tomó la decisión de involucrarse en la actividad política, fundó el Partido Rescate Nacional, el cual le sirvió de apoyo a la candidatura Presidencial. Más adelante, en elecciones posteriores, otros militares de alta graduación en situación de retiro, imitaron la experiencia de querer alcanzar la Presidencia de la República por la vía del voto, fracasando en el intento al igual que los anteriores. Algunos de éstos candidatos fueron Nelson Ojeda Valenzuela, Radamés Muñoz León, Oswaldo Suju Raffo y Francisco Arias Cárdenas. Sólo un militar, quien curiosamente no tuvo el rango de ninguno de los mencionados y que además intentó primero llegar al poder por la vía del golpe de Estado, logró posteriormente el objetivo de alcanzar la Presidencia de la República por la vía del voto popular de manera clara y contundente, Hugo Chávez.

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