Saturday, October 25, 2014

La triste historia de un país en el que ya nada es noticia: ni la esperanza

En: http://konzapata.com/2014/10/la-triste-historia-de-un-pais-en-el-que-ya-nada-es-noticia-ni-la-esperanza/

Por Elizabeth Fuentes @fuenteseliz.-

Frente al portón principal de Venalum, bajo el sol inclemente de Guayana, se cocina la cara de la miseria. Cédula en mano, apretujados, esperando en silencio que aparezca el rostro del amo y los llame uno a uno por su nombre, se apretujan cientos de desempleados con la esperanza puesta en el “plan hallaquero”, que es como las autoridades califican a esa desvergüenza de lanzarle migajas de trabajo temporal a cientos de padres y madres de familia para que puedan medio comer en las fechas navideñas. O en las Navidades Felices, que es otra burla con la que la ironía de estos salvajes han bautizado al sencillo acto de poder comer hallacas en diciembre.

Navidades Felices que, por cierto, no lo serán para todos los que piden trabajo en Venalum, porque la Gerencia de Economía Social y Desarrollo Endógeno elaboró una lista de lo más refinada donde estarán solo 200 nombres, casualmente los nombres de quienes no protestaron frente al portón exigiendo su plan hallaquero. Al resto, los lanzarán directo al hambre, a las navidades infelices.

“Estamos pidiendo a Dios que sea así”, le dice sin embargo Ana Fuentes a una reportera del Correo del Caroni, agradecida ante la posibilidad de que ella aparezca en la lista donde le darán un trabajito a destajo para hacer limpieza. Otra, María Rondón, quien lleva nueve años de plan hallaquero en su curriculum, está segura de que la volverán a llamar, a pesar de que Leonardo Bezara, el Gerente de Economía Social y Desarrollo Endógeno, aseguró que este año no habrá plan hallaquero porque hay deficit de recursos y “los proyectos que se atienden son los presentados por consejos comunales y comunas”. Vale decir, los psuvistas con carnet, los únicos que tienen derechos no digamos ya a la ley, sino al trabajo, a la comida, a las Navidades Felices.

Al ladito de la noticia del plan hallaquero de Venalum, la sorpresa sigue intacta: El todavía Ministro de Turismo, Andrés Izarra, aparece en una foto con aquella cara de preocupación porque la minería ilegal está destruyendo el Parque Nacional Canaima. Como si su cargo no tuviese nada que ver en el asunto, Izarra se presenta en el espacio radial del presidente Maduro para, según la Agencia Venezolana de Noticias, “hacer una denuncia pública en cuanto a la depredación que existe en todo el parque, por parte de grupos que se dedican a la explotación minera en los ríos Carrao y Caroní… Hoy en día, existe una gran amenaza en la minería ilegal que está haciendo estragos en el Parque Nacional Canaima”. Y recordó que hace una semana, una comisión por parte del los ministerios del Poder Popular para el Turismo y el Ambiente, hizo una inspección por todo el parque en la que se constató “lo que es la minería ilegal y el impacto que está teniendo sobre ese Patrimonio Natural de la Humanidad”.

Así, tan tranquilo lo dijo. Constataron los estragos. Como si se tratase de Andrés Velásquez o María Corina revelando la incapacidad del gobierno de Maduro, desplegando a voz en cuello y frente a las narices del Presidente la absoluta inercia del gobierno en proteger el medioambiente y la salud de los habitantes. Porque Izarra tuvo los santos ovarios de agregar que el daño “trae muchas consecuencias, sobre todo para el Embalse del Guri, porque los ríos Caroní y Carrao vierten sus aguas en este importante embalse, y esos sedimentos afectan las turbinas que generan la electricidad para el 70% de la población”. A lo que Maduro respondió, como si fuese un analista de Telesur: “Un monstruo de mil cabezas que estamos sufriendo allí con la minería. Los planes hay que ir constantemente revisándolos. Continuar la batalla en contra de la minería depredadora que destruye este patrimonio nacional”.

Un poquito más abajo, la información sobre el aumento de 97,7 por ciento en los productos de la cesta básica, el asesinato de otro escolta de un pez gordo, o que “el gobierno creará un sistema para la venta legal de productos a Colombia” (asunto que yo juraba que existía y se llamaba comercio bilateral y es lo que tiene a Santos fascinado con Maduro porque Venezuela le compra millones de dólares a las empresas privadas de Colombia), todo eso en un solo periódico, me permitió llegar a una hipótesis rarísima que ando regando entre mis colegas: En Venezuela ya nada es noticia, porque entre tanta información sorprendente, ninguna destaca. En la Venezuela de hoy, los hombres se la pasan mordiendo a los perros. Y, como bien decía Miguel Otero Silva, la esperanza es lo primero que se pierde.

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