La falta de pruebas, la presión internacional, el desempeño de los fiscales y otros elementos más, incomodan y preocupan a Luisa Ortega Díaz.
Konzapata.com
Por Redacción.-
Preocupación. Eso es lo que está comenzando a generar el proceso contra el líder fundador de Voluntad Popular, Leopoldo López en el Ministerio Público y en particular, las denuncias sobre la negativa de ese despacho a aceptarle una sola de las pruebas que sus abogados defensores presentaron para demostrar su inocencia.
Aunque públicamente la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, ha achacado la falta de pruebas por parte de la defensa a negligencia, pues “no las presentaron en la oportunidad procesal para hacerlo”, en privado ha comenzado a exigir a sus colaboradores explicaciones de por qué López solo tendrá una prueba, la cual es compartida por la acusación; mientras que los fiscales presentarán más de 100 a lo largo del debate.
“La Fiscal ha pedido explicaciones a Joel Espinoza (director de Actuación Procesal) y a Nelson Mejías (director de Delitos Comunes) sobre esta situación y ellos han responsabilizado a los fiscales (Franklin Nieves y Narda Sanabria)”, aseguraron fuentes del Ministerio Público, las cuales también revelaron que los errores contenidas en la acusación y las contradicciones en las que han incurrido los expertos citados hasta el momento, tampoco han agradado a Ortega Díaz.
En un intento por evitar errores como el registrado en la audiencia del martes, en la cual una de las experticias colectadas en la sede principal del Ministerio Público el 12 de febrero, luego de los ataques que sufrió, estaba mal numerada, los fiscales han llamado a sus auxiliares a estar presentes.
“El escrito de acusación fue elaborado por los auxiliares, pues los fiscales titulares estaban encargados de hacer las entrevistas y supervisar las experticias”, se justifican en el organismo.
En la audiencia del pasado 1 de octubre la jueza 28 de Juicio de Caracas, Susana Barreiros, ya le enmendó la plana a los fiscales al solicitarles le remitiera la experticia química realizada a dos segmentos de tela, varios pedazos de vidrio (supuestamente los restos de una bomba molotov) y un trozo de papel quemado en un borde que fueron hallados dentro de la biblioteca del Ministerio Público, la cual había sido promovida por los acusadores en un principio, pero que después no fue incluida en el catálogo de evidencias.
Otro asunto que comienza a preocupar es la repercusión del caso fuera de las fronteras, en especial luego de que el Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas considerara ilegal la detención de López y exigiera su liberación, entre otras cosas porque estaba siendo llevado a un juicio sin garantías.
Ortega Díaz tachó el dictamen de “injerencia” y aseguró que no era vinculante, lo cual representa una clara contradicción, pues ella el 13 de marzo pasado acudió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, instancia de la que depende del Grupo, a rendir cuentas sobre la actuación de su despacho durante las protestas.
No comments:
Post a Comment