En: http://www.noticierodigital.com/2014/10/javier-ignacio-mayorca-destitucion-de-rodriguez-torres-demostro-que-los-colectivos-infunden-temor/
blog Javier Ignacio Mayorca / 26 oct 2014.
Las destituciones del general Miguel Rodríguez Torres y de casi toda
la directiva de CICPC indican hasta qué punto los colectivos también
infunden temor en el Ejecutivo.
El viernes 24 de octubre el presidente Nicolás Maduro mandó de vacaciones al mayor general (Ejército) Miguel Rodríguez Torres.
El oficial fue hasta ese momento titular de Relaciones Interiores,
Justicia y Paz, y supuestamente uno de los personajes más poderosos del
régimen. En algún momento dijeron que si Maduro renunciaba él podría
sustituirlo.
Este es el cambio en el Gabinete más importante desde la salida de
Jorge Giordani de la cartera de Planificación. En el caso de Rodríguez
Torres, está claro que la decisión presidencial obedeció a razones
políticas y no a una sesuda evaluación del desempeño del oficial para
controlar la criminalidad, una de las dos preocupaciones más importantes
de los venezolanos.
La destitución del general fue un fuerte rumor en septiembre, es
decir semanas antes del asesinato del diputado Robert Serra. Pero se
transformó en un hecho en los días posteriores a la operación policial
en el edificio Manfredir, ocurrida el 7 de octubre. El diputado Freddy
Bernal asumía que podía ser el reemplazo. Filtró datos en ese sentido a
columnistas afines, y a mitad de semana grabó una entrevista con José
Vicente Rangel, divulgada por Televén el domingo 26, en la que
intentaba abordar temas de seguridad ciudadana. Como para que el Primer
Mandatario lo tuviera en su firmamento ministerial.
Maduro, sin embargo, optó por una solución que según fuentes ligadas
al oficialismo no será sustentable por mucho tiempo. Sacó a la almirante
Carmen Meléndez del ministerio de la Defensa y la envió al MRI.
Simultáneamente, transfirió al mayor general del Ejército Vladimir
Padrino desde el Ceofanb hasta el cargo que dejaba la oficial de la
Armada. Con esta decisión, además, quedan momentáneamente fusionados en
un mismo oficial los mandos de las áreas administrativa y operativa del
mundo castrense venezolano.
La remoción de Rodríguez Torres lució precipitada, apurada, urgente.
El enfrentamiento entre CICPC y los referidos colectivos envió
inicialmente un fuerte mensaje al resto de estas agrupaciones. Pero
luego, al ver que habían cometido un error, Rodríguez Torres y el ahora
destituido comisario Sierralta intentaron matizarlo, tal y como lo
explicamos en la entrega anterior.
Sería una equivocación atribuir la decisión de Maduro única y
exclusivamente al caso Odreman. Ya desde el Secretariado Revolucionario
de Venezuela se aclaró que el sargento jubilado de la PM había sido
expulsado de sus filas. El viernes el portavoz de esta plataforma
Hermenegildo Barrera (señalado por la muerte de Juan Montoya) divulgó en
el semanario Quinto Día del 24 de octubre un comunicado que nuevamente marca distancia con respecto al Frente 5 de Marzo.
Sin embargo, la decisión de atacar al grupo de Odreman y a Escudo de
la Revolución podía representar el inicio de un proceso para despojar a
todos los colectivos de su poder de fuego. De allí que se hubiese
anunciado una manifestación en Caracas por parte de estas agrupaciones
para el viernes 24. Algunos de sus promotores desistieron el jueves,
supuestamente al conocer que ya Rodríguez Torres iba a ser destituido.
Este era el fin básico de la protesta.
Nuevamente, queda al descubierto la inconsistencia de las
afirmaciones sobre los colectivos como agrupaciones de acción social que
solo pretenderían mejorar la calidad de vida en sus comunidades. De ser
así, no se comprende tanta precipitación para sacar a Rodríguez Torres
de su cargo. El miedo también invadió Miraflores.
El ahora ex ministro tardó mucho en incorporarse a la retórica
incendiaria que atribuía la muerte del diputado Serra y de su asistente a
una conspiración urdida desde Miami y Bogotá, y ejecutada por macabros
paramilitares con el auxilio de algún diputado de la oposición. Luego
cedió. Más tarde, demostró que no se había aprendido bien el libreto,
cuando disminuyó en 50% el monto que supuestamente habían cancelado a la
banda del PoliCaracas Eduwin Torres para que matara al parlamentario.
¿Fueron $250.000 como dijo él, o los $500.000 dichos por Maduro?
En junta con Alexis Vive, poco y tarde
Rodríguez Torres intentó disminuir las presiones que los colectivos
ejercían sobre el Ejecutivo reuniéndose con alguno de ellos. Alexis Vive
le dio esa tribuna el 15 de octubre. Pero la jugada no rindió
resultados, aunque este encuentro fue convenientemente divulgado por el
aparato de propaganda del ministerio.
Más allá de todas estas truculencias, nuevamente queda la sensación
de que los ciudadanos seguiremos desprotegidos, a merced de los
delincuentes. Hasta el momento, nadie ha podido informar cuál
conocimiento o aptitud especial califica a la almirante Meléndez para
ejecutar las políticas en materia de seguridad ciudadana, si es que
existen. Esto hace presumir la continuidad de las fórmulas militaristas
vistas hasta el momento, cuyos resultados quizá no conozcamos en todas
sus dimensiones, pero que sin duda continuaremos padeciendo.
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