Nicolle Yapur
Un afiche con el rostro del fallecido
diputado Robert Serra es lo primero que ven al salir del ascensor, en el
piso 6, los visitantes del Ministerio de Educación Superior, ubicado en
el edificio del extinto despacho de Ciencia, Tecnología e Innovación en
La Hoyada. El pasillo, adornado sólo por retratos de Nicolás Maduro y
Hugo Chávez, conduce a la modesta oficina de la cartera ministerial que,
a primeras horas de la mañana, se encontraba bastante desolada.
El trayecto para llegar allí, sumado al
tiempo de espera por el ascensor, basta para ojear un folleto de
preguntas frecuentes que ahora entregan en la recepción del edificio. La
primera que destaca es “¿Qué áreas académicas son las prioritarias para
los estudios en el exterior?”, es decir, qué tipo de carreras pueden
optar por divisas preferenciales. Esta interrogante es uno de los
principales motivos que lleva a los estudiantes a la sede del
ministerio, donde las consultas sobre el tema se atienden los lunes,
martes y miércoles hasta el mediodía.
La respuesta en el folleto aniquila de
una vez una primera esperanza: “Los pregrados no tienen prioridad, dado
que el Gobierno Bolivariano ha generado una importante política de
inclusión en el sistema universitario, creando más de 70 nuevas
universidades y la Misión Sucre, con una importante oferta académica en
más de 82 áreas de estudios en nuestras instituciones de educación
universitaria”. Y si quedaban dudas, aclara: “Los pregrados se autorizan
sólo en áreas muy especializadas que no se ofrecen en el país”.
Es la primera vez que un documento
entregado en un ministerio señala expresamente que los estudios de
pregrado no obtendrán divisas preferenciales, salvo en casos
excepcionales. Los de postgrado –maestrías y doctorados– siguen estando
sujetos a una lista publicada en Gaceta Oficial el 17 de abril
de 2012, que comprende ocho áreas y 171 sub-áreas prioritarias del
conocimiento. Sin embargo, este documento ha mostrado ser bastante
flexible en su interpretación, ya que desde principios del mes de
octubre, una oleada de rechazos de solicitudes de adquisición de divisas
para carreras incluidas en el listado sorprendió a los estudiantes
tanto en Venezuela como en el extranjero.
Una de ellas fue R, estudiante de una
especialización en implantes dentales en Buenos Aires, quien recibió la
negativa tres meses después de haber iniciado sus estudios. “Hasta
septiembre la solicitud que introduje en junio estaba en análisis y
debía esperar atenta al portal de Cadivi. Eso me daba cierta
tranquilidad porque pensé que si me la iban a rechazar ya me hubiesen
informado de cualquier error o problema”, relató. Esto no ocurrió. Su
asesora en el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex),
anteriormente Cadivi, le explicó que su solicitud estaba correcta y que
el rechazo se debía a otras causas. “Es que no hay dinero”, afirmó.
El segundo párrafo de la carta de
negación enviada masivamente a estudiantes de distintas áreas
académicas, incluida R, brinda más detalles: “En atención a lo
establecido en el artículo 8 de la mencionada Providencia Nro. 116, el
otorgamiento de la autorización está sujeto a la disponibilidad
establecida por el Banco Central de Venezuela y las prioridades
determinadas por el Ejecutivo Nacional mediante Decreto Nro. 2.320 (…), a
través del cual se establecen los Lineamientos Generales para la
distribución de divisas, siendo que en la actualidad la asignación de
divisas atiende a tales prioridades”.
Estas prioridades, de acuerdo con el decreto 2.320, publicado en Gaceta Oficial
número 37644 el 6 de marzo de 2003, son: 1) Bienes y servicios
declarados de primera necesidad; 2) Producción de alimentos; 3) Insumos y
productos para la salud; 4) Insumos para el sector industrial. Ante
tales necesidades, no sorprende que los estudios en el exterior no
figuren en ninguna de las líneas del decreto.
Prioridades cambiantes
Cristina Andrade ya había comprado el
pasaje, vendido su automóvil y renunciado a su trabajo cuando recibió la
notificación de que su solicitud para el cupo de estudiante había sido
negada, menos de una semana antes de la fecha de su viaje pautado para
el 12 de octubre.
Andrade había aplicado para estudiar
Recursos Humanos y Desarrollo de Talento en Madrid. Este máster está
contemplado dentro del área de Ciencias Sociales, específicamente en la
sub-área Desarrollo humano, de la resolución 3147 sobre las carreras
prioritarias. “A todos los que iban a este curso y al de Comercio
Internacional (también listado como prioritario) les han negado la
solicitud”, dijo.
El texto entregado en la sede del
Ministerio de Educación Superior explica que “las prioridades de
formación son cambiantes y están vinculadas directamente a la Ley del
Plan de la Patria 2013-2019, donde se establecen las líneas estratégicas
para el desarrollo nacional”.
No sólo los postgrados están sufriendo
de recortes en la asignación de divisas. Los cursos de idiomas,
altamente demandados por los estudiantes venezolanos, tampoco han tenido
un buen año. Consultados en instituciones de idiomas informaron que
este año han bajado aproximadamente 60% las aprobaciones de dólares para
los programas que ofrecen.
De todos modos, y al igual que muchos en
su situación, Andrade optó por viajar sin cupo. Esta incertidumbre hace
que apostar todo a estudiar en el extranjero sea una decisión riesgosa.
Pero si se desea aplicar no hay alternativa, ya que para optar por el
cupo de estudiante se debe tener la admisión en la universidad, el
pasaje aéreo y la visa en mano. Además, para este último requisito es
necesario demostrar que se tienen los fondos en bolívares para cubrir el
costo de la matrícula, lo que obliga a estudiantes a vender
pertenencias.
El Ministerio de Educación Superior
sugiere que “es conveniente que los usuarios tengan respuesta a su
solicitud antes de viajar, ya que el hecho de iniciar estudios fuera, o
de encontrarse cursando estudios en el exterior, no es causa obligante
para la aprobación de divisas”. El problema es que el análisis de las
solicitudes ha tardado hasta 4 meses, un proceso que a principios de año
demoraba apenas 10 días hábiles.
El retraso, que se ha venido reportando
desde mayo, es atribuido al proceso de migración de Cadivi al Cencoex,
el cual finaliza en enero de 2015, señalaron fuentes de instituciones
educativas en el exterior. “Las solicitudes de estudiantes serán las
últimas en migrar”, aseguró uno de los consultados.
Alternativas escasas
Una vez negado el cupo de estudiante,
los usuarios tienen 15 días consecutivos para introducir un recurso de
reconsideración o apelación que es analizado estrictamente por el
Cencoex. De acuerdo a la información obtenida en el Ministerio de
Educación Superior, este despacho solo revisa “algunos casos” que son
consultados por el organismo cambiario vía correo electrónico. Un
funcionario indicó que diariamente reciben entre 15 y 20 casos, pero la
decisión final depende de las oficinas en Los Chaguaramos.
De todos modos, R y Andrade no albergan
muchas esperanzas. “La persona que me atiende en Cadivi me dijo que ha
visto pocas reconsideraciones con respuesta positiva”, dijo R. Otra de
las fuentes consultadas señaló que uno de los argumentos utilizados para
apelar las decisiones de Cadivi es el de discriminación, es decir,
cuando se niega una solicitud de un curso para el cual otros estudiantes
ya habían obtenido aprobación este año.
El Cencoex tiene 90 días para emitir su
decisión sobre los recursos de revisión. Sin embargo, las fuentes
aseguran que todo depende de la disponibilidad de divisas.
Tendencia irreversible
El economista Asdrúbal Oliveros
considera que las restricciones en el otorgamiento de dólares para
estudiantes llegaron para quedarse y el motivo es estructural. “Dada la
perspectiva del petróleo, creo que el problema es más de largo plazo”,
señaló.
La cesta venezolana cerró la semana
pasada en 82,72 dólares y mantiene una tendencia a la baja ocasionada
principalmente por el incremento de la oferta de crudo en países
altamente consumidores, como Estados Unidos. Todo indica que la
situación se mantendrá, lo cual eleva las presiones sobre el flujo de
caja venezolano, ya bastante comprometido.
De acuerdo con datos de Cadivi ofrecidos
en una rueda de prensa en enero de este año, las liquidaciones de
divisas para remesas estudiantiles en 2013 sumaron 537 millones de
dólares, 30 millones más que el año anterior.
Oliveros pronostica que, ante este
escenario, la tasa de cambio para las divisas estudiantiles –actualmente
la más baja del mercado cambiario al mantenerse en 6,30 bolívares por
dólar– será elevada, pero esto no mejorará el flujo de asignaciones.
“Aumentarán el precio pero no van a liquidar mucho más”, afirmó.
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