OSCAR ARNAL
| EL UNIVERSAL
sábado 25 de octubre de 2014 12:00 AM
La alternativa democrática
debería aprovechar el momento para construir una verdadera unidad que
haga historia. Muchos pequeños partidos, enfrentados al PSUV siempre
estarán en desventaja. Es lo que ha llamado un líder experimentado: "La
guerra de los enanos".
Sondeos de opinión recientes señalan que si las elecciones fueran hoy el candidato de la oposición ganaría por un margen indiscutible. Sin embargo según los números de "José Antonio Gil" el partido de gobierno mantiene una diferencia de más de 15% de apoyo sobre el primero de los partidos de oposición, donde todos están muy igualados y con una diferencia dentro del margen de error. Mientras tanto "Seijas" en la misma dirección señala que el PSUV se mantiene con 30% de apoyos y los partidos de la oposición sumados en algo más del 20%. Los sufragios que viene perdiendo el gobierno no terminan de ir a los partidos de la MUD, que incluso en pasados comicios, cuando se ha medido cómo si fuera un partido, ha recibido más votos que las organizaciones que la integran. La experiencia de las campañas pasadas ha demostrado que a pesar del gran avance que ha significado la conformación de la alternativa unitaria, siguen los intereses de los partidos y el individualismo afectando los resultados.
Los partidos históricos se atomizaron. Dejaron sus fortalezas ideológicas de lado, la formación de dirigentes, y no mantuvieron un conjunto de reglas claras y estatutos que permitieran su verdadera renovación y la incorporación plural de los venezolanos. Hoy entre las agrupaciones demócratas cristianas, otrora solo copeyanas, comandadas en estos tiempos por Roberto Enríquez, están el Proyecto Venezuela de los Salas, Convergencia de Juan José Caldera, y con ideas afines Primero Justicia con Capriles, Borges y Guanipa, y María Corina Machado con Vente Venezuela. Los socialdemócratas antes representados en AD, hoy liderada por Henry Ramos, están ahora también en Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales y Alianza Bravo Pueblo de Ledezma. Girando en esa órbita Voluntad Popular de Leopoldo López y La Causa R de Andrés Velásquez. El bloque esta conformado por 21 movimientos políticos. Donde ninguno solo suma más de un dígito.
El nuevo partido unitario debería ser una organización abierta de forma total a los independientes, a quienes se les llamaría siempre a participar en primarias abiertas para la elección de los candidatos a todas las instancias y en cada uno de los circuitos electorales. Un partido al estilo de los grandes e históricos del primer mundo, donde impera el bipartidismo. Que plantee como objetivo central la realización de la legalidad en Venezuela. Los países que más se han desarrollado son aquellos donde las leyes y los hechos están casados y siguen en luna de miel. El partido tendría que predicar con el ejemplo. Asegurar la alternancia interna, con elecciones periódicas de renovación de autoridades. Por ello, un nombre a considerar podría ser el de "Partido Legalista de Venezuela". Defendiendo la premisa de que todos somos iguales frente a la ley, gobernantes y gobernados.
Otra de sus banderas vitales tendría que ser la de la autonomía de las regiones. Sería una organización federal, donde las decisiones de las instancias locales serían soberanas. Un partido de cara a las bases y no a las cúpulas. En gran medida la debacle de los partidos históricos se produjo también debido a que no había que trabajar al pueblo sino a las directivas para ocupar cargos. La elección democrática para seleccionar la plataforma de candidatos fue siempre la excepción. Se impuso la "dedocracia".
Si un partido nuevo como Voluntad Popular, nació de unas elecciones abiertas y de base, el partido nacional alternativo, con la fuerza de la unidad podría con creces superar cualquier participación histórica. Este debería ser un tema central a debatirse en la MUD y en el Congreso Ciudadano. Se deberían aprovechar las elecciones primarias que se estiman hacer en los circuitos, en base a los estatutos de la MUD a las parlamentarias, para elegir las autoridades. Profundizar además en la exigencia de liberar a los presos políticos, el Revocatorio y la Constituyente para cambiarlo todo. Y ahora en un CNE transparente.
De ninguna manera, la fortaleza que representa el partido único debe dejar de lado el esfuerzo que han hecho las nuevas organizaciones y las históricas. Todo lo contrario, todos deberían transformarse en escuelas de formación para la democracia, los derechos humanos, las libertades, el pluralismo y las distintas soluciones que plantea el humanismo a los problemas de hoy. Antítesis del marxismo y el neoliberalismo. Los independientes y las organizaciones afines y de la sociedad civil tendrían las mismas oportunidades de participación. En la unión está la fuerza.
Sondeos de opinión recientes señalan que si las elecciones fueran hoy el candidato de la oposición ganaría por un margen indiscutible. Sin embargo según los números de "José Antonio Gil" el partido de gobierno mantiene una diferencia de más de 15% de apoyo sobre el primero de los partidos de oposición, donde todos están muy igualados y con una diferencia dentro del margen de error. Mientras tanto "Seijas" en la misma dirección señala que el PSUV se mantiene con 30% de apoyos y los partidos de la oposición sumados en algo más del 20%. Los sufragios que viene perdiendo el gobierno no terminan de ir a los partidos de la MUD, que incluso en pasados comicios, cuando se ha medido cómo si fuera un partido, ha recibido más votos que las organizaciones que la integran. La experiencia de las campañas pasadas ha demostrado que a pesar del gran avance que ha significado la conformación de la alternativa unitaria, siguen los intereses de los partidos y el individualismo afectando los resultados.
Los partidos históricos se atomizaron. Dejaron sus fortalezas ideológicas de lado, la formación de dirigentes, y no mantuvieron un conjunto de reglas claras y estatutos que permitieran su verdadera renovación y la incorporación plural de los venezolanos. Hoy entre las agrupaciones demócratas cristianas, otrora solo copeyanas, comandadas en estos tiempos por Roberto Enríquez, están el Proyecto Venezuela de los Salas, Convergencia de Juan José Caldera, y con ideas afines Primero Justicia con Capriles, Borges y Guanipa, y María Corina Machado con Vente Venezuela. Los socialdemócratas antes representados en AD, hoy liderada por Henry Ramos, están ahora también en Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales y Alianza Bravo Pueblo de Ledezma. Girando en esa órbita Voluntad Popular de Leopoldo López y La Causa R de Andrés Velásquez. El bloque esta conformado por 21 movimientos políticos. Donde ninguno solo suma más de un dígito.
El nuevo partido unitario debería ser una organización abierta de forma total a los independientes, a quienes se les llamaría siempre a participar en primarias abiertas para la elección de los candidatos a todas las instancias y en cada uno de los circuitos electorales. Un partido al estilo de los grandes e históricos del primer mundo, donde impera el bipartidismo. Que plantee como objetivo central la realización de la legalidad en Venezuela. Los países que más se han desarrollado son aquellos donde las leyes y los hechos están casados y siguen en luna de miel. El partido tendría que predicar con el ejemplo. Asegurar la alternancia interna, con elecciones periódicas de renovación de autoridades. Por ello, un nombre a considerar podría ser el de "Partido Legalista de Venezuela". Defendiendo la premisa de que todos somos iguales frente a la ley, gobernantes y gobernados.
Otra de sus banderas vitales tendría que ser la de la autonomía de las regiones. Sería una organización federal, donde las decisiones de las instancias locales serían soberanas. Un partido de cara a las bases y no a las cúpulas. En gran medida la debacle de los partidos históricos se produjo también debido a que no había que trabajar al pueblo sino a las directivas para ocupar cargos. La elección democrática para seleccionar la plataforma de candidatos fue siempre la excepción. Se impuso la "dedocracia".
Si un partido nuevo como Voluntad Popular, nació de unas elecciones abiertas y de base, el partido nacional alternativo, con la fuerza de la unidad podría con creces superar cualquier participación histórica. Este debería ser un tema central a debatirse en la MUD y en el Congreso Ciudadano. Se deberían aprovechar las elecciones primarias que se estiman hacer en los circuitos, en base a los estatutos de la MUD a las parlamentarias, para elegir las autoridades. Profundizar además en la exigencia de liberar a los presos políticos, el Revocatorio y la Constituyente para cambiarlo todo. Y ahora en un CNE transparente.
De ninguna manera, la fortaleza que representa el partido único debe dejar de lado el esfuerzo que han hecho las nuevas organizaciones y las históricas. Todo lo contrario, todos deberían transformarse en escuelas de formación para la democracia, los derechos humanos, las libertades, el pluralismo y las distintas soluciones que plantea el humanismo a los problemas de hoy. Antítesis del marxismo y el neoliberalismo. Los independientes y las organizaciones afines y de la sociedad civil tendrían las mismas oportunidades de participación. En la unión está la fuerza.
No comments:
Post a Comment