José Suárez Núñez
Las palomas vencieron a los halcones en la última
reunión de la OPEP del 27 de noviembre y mientras el ministro petrolero
saudita, Ali al-Taimi, sonrió satisfecho al concluir la reunión, el canciller
venezolano, Rafael Ramírez, salió molesto y no declaró a los periodistas.
La OPEP es una organización original, que detesta que los medios la identifiquen como cartel, porque en realidad tiene menos del 40% del mercado. Bastó apenas un día de reunión, pues al-Taimi había declarado que esta sería corta, y tenía experiencia en enfrentarse a situaciones de sobreoferta mundial.
Pero eso se explica porque cuando los ministros asisten a estos eventos, ya han pasado 3 o 4 días en pequeñas reuniones de varios países, hasta lograr un consenso y concurren al encuentro con la decisión tomada. Aunque tienen oficinas en Viena el evento se celebra en el hotel Intercontinental de Viena en un salón con una larga mesa y se van sentando por orden alfabético. Para algunos parecía una reacción infantil.
Durante muchos años Irán e Irak tenían el mismo volumen de producción, 3,8 millones de barriles diarios, y era objeto de protesta inmediata cuando le otorgaban un aumento de producción. Usualmente, el que estaba al lado en la mesa se levantaba automáticamente para exigir una cifra similar.
Esto fue incómodo durante la década de los años 80, cuando Irak e Irán se encontraban en guerra. A una propuesta de Irak, se levantaba casi automáticamente el delegado de Irán para oponerse. No se presentan discursos largos o inflamados, como sucede en congresos y parlamentos.
No es una organización multilateral que puede imponer sanciones por el incumpliendo de las cuotas de producción. Ello fue el origen de su constitución en septiembre de 1960 y cada país apela a su soberanía y puede producir más o menos de la cuota, lo notifica y no pasa nada.
Irak estuvo varios años separado de la organización y su producción estuvo sometida a un comité formado por las Naciones Unidas, que restringió significativamente su producción porque cometió un delito muy grave: invadió alevosamente a Kuwait, y eso originó la invasión de las tropas aliadas, encabezadas por Estados Unidos.
Después de los bloqueos de suministro petrolero a Occidente en 1973 y 1978, se agudizaron las diferencias internas entre los productores petroleros del Medio Oriente, y los medios los bautizaron como "palomas" y "halcones". Irán siempre lideró el grupo de los halcones, y Arabia Saudita de las palomas. Irán llegó a bombear hasta 6 millones de barriles diarios, y los sauditas mucho menos, un poco más de 4,5 millones de barriles diarios durante el mando del Sha de Persia.
Ahí se inicia, porque supuestamente Irán era el gendarme del Golfo y fuerte aliado de Estados Unidos, lógico que fuera, desde el criterio occidental porque era el principal cliente de la OPEP.
Además, hay otras circunstancias. Los iraníes se consideran persas y no árabes, aunque hablan el idioma. Pero abrigan la secta musulmana chiíta. Los sauditas son en su mayoría sunitas, encargados de cuidar los sitios sagrados del Corán y simpatizantes de Estados Unidos. Actualmente hay discretas diferencias de los sauditas con los estadounidenses, porque durante la fijación de sanciones contra Irán el gobierno de Arabia Saudita aspiraba a que Teherán fuera aniquilado, para decirlo de alguna manera.
Actualmente puede decirse que Venezuela lidera a los halcones, por su posición activa y militante, y se incorporaron a esa posición México y Rusia, que no son miembros de la OPEP, pero desde muchos años atrás son observadores de la Organización.
Al culminar la reunión Venezuela no logró el éxito de su propuesta de recorte de la producción. Las cifras de la sobreoferta arranca este año, de 1,5 millones a 2 millones de barriles diarios, y se mantendrá el próximo año y quizá hasta el 2016.
La decisión de Arabia Saudita no era la esperada. La verdad es que Venezuela no puede recortar porque su declinación de producción es de más de 500.000 barriles diarios. Los sauditas, fríamente, consideran que durante uno o dos años se congele la situación hasta que el mercado fije los precios, pero esta decisión es acomodaticia, porque los productores de esquisto hacen anuncios de que aumentarán la producción, lo que significará el aumento de la sobreoferta.
Se espera que el gobierno venezolano aprenda esa elección y entienda que el petróleo es un negocio y que la solidaridad tiene sus límites.
Ahora los ciudadanos quieren saber cuál es el plan B del Gobierno, suficientemente aclarado, para discutirlo, apoyarlo o criticarlo. No basta solo que el presidente Maduro diga que "aunque baje el precio a 40 dólares, a los ciudadanos no le faltará nada".
La OPEP es una organización original, que detesta que los medios la identifiquen como cartel, porque en realidad tiene menos del 40% del mercado. Bastó apenas un día de reunión, pues al-Taimi había declarado que esta sería corta, y tenía experiencia en enfrentarse a situaciones de sobreoferta mundial.
Pero eso se explica porque cuando los ministros asisten a estos eventos, ya han pasado 3 o 4 días en pequeñas reuniones de varios países, hasta lograr un consenso y concurren al encuentro con la decisión tomada. Aunque tienen oficinas en Viena el evento se celebra en el hotel Intercontinental de Viena en un salón con una larga mesa y se van sentando por orden alfabético. Para algunos parecía una reacción infantil.
Durante muchos años Irán e Irak tenían el mismo volumen de producción, 3,8 millones de barriles diarios, y era objeto de protesta inmediata cuando le otorgaban un aumento de producción. Usualmente, el que estaba al lado en la mesa se levantaba automáticamente para exigir una cifra similar.
Esto fue incómodo durante la década de los años 80, cuando Irak e Irán se encontraban en guerra. A una propuesta de Irak, se levantaba casi automáticamente el delegado de Irán para oponerse. No se presentan discursos largos o inflamados, como sucede en congresos y parlamentos.
No es una organización multilateral que puede imponer sanciones por el incumpliendo de las cuotas de producción. Ello fue el origen de su constitución en septiembre de 1960 y cada país apela a su soberanía y puede producir más o menos de la cuota, lo notifica y no pasa nada.
Irak estuvo varios años separado de la organización y su producción estuvo sometida a un comité formado por las Naciones Unidas, que restringió significativamente su producción porque cometió un delito muy grave: invadió alevosamente a Kuwait, y eso originó la invasión de las tropas aliadas, encabezadas por Estados Unidos.
Después de los bloqueos de suministro petrolero a Occidente en 1973 y 1978, se agudizaron las diferencias internas entre los productores petroleros del Medio Oriente, y los medios los bautizaron como "palomas" y "halcones". Irán siempre lideró el grupo de los halcones, y Arabia Saudita de las palomas. Irán llegó a bombear hasta 6 millones de barriles diarios, y los sauditas mucho menos, un poco más de 4,5 millones de barriles diarios durante el mando del Sha de Persia.
Ahí se inicia, porque supuestamente Irán era el gendarme del Golfo y fuerte aliado de Estados Unidos, lógico que fuera, desde el criterio occidental porque era el principal cliente de la OPEP.
Además, hay otras circunstancias. Los iraníes se consideran persas y no árabes, aunque hablan el idioma. Pero abrigan la secta musulmana chiíta. Los sauditas son en su mayoría sunitas, encargados de cuidar los sitios sagrados del Corán y simpatizantes de Estados Unidos. Actualmente hay discretas diferencias de los sauditas con los estadounidenses, porque durante la fijación de sanciones contra Irán el gobierno de Arabia Saudita aspiraba a que Teherán fuera aniquilado, para decirlo de alguna manera.
Actualmente puede decirse que Venezuela lidera a los halcones, por su posición activa y militante, y se incorporaron a esa posición México y Rusia, que no son miembros de la OPEP, pero desde muchos años atrás son observadores de la Organización.
Al culminar la reunión Venezuela no logró el éxito de su propuesta de recorte de la producción. Las cifras de la sobreoferta arranca este año, de 1,5 millones a 2 millones de barriles diarios, y se mantendrá el próximo año y quizá hasta el 2016.
La decisión de Arabia Saudita no era la esperada. La verdad es que Venezuela no puede recortar porque su declinación de producción es de más de 500.000 barriles diarios. Los sauditas, fríamente, consideran que durante uno o dos años se congele la situación hasta que el mercado fije los precios, pero esta decisión es acomodaticia, porque los productores de esquisto hacen anuncios de que aumentarán la producción, lo que significará el aumento de la sobreoferta.
Se espera que el gobierno venezolano aprenda esa elección y entienda que el petróleo es un negocio y que la solidaridad tiene sus límites.
Ahora los ciudadanos quieren saber cuál es el plan B del Gobierno, suficientemente aclarado, para discutirlo, apoyarlo o criticarlo. No basta solo que el presidente Maduro diga que "aunque baje el precio a 40 dólares, a los ciudadanos no le faltará nada".
Vía Tal Cual
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