José Machillanda
Los presos políticos hoy en Venezuela aquí y ahora muestran la intolerancia, fundamentalismo y cobardía de un régimen “atemorizao” y “espantao” por el crecimiento de una oposición que se nutre hasta de la deserción de los rojos. Los presos políticos constituyen una expresión dolorosa, primitiva y amarga que afecta al sistema político, que habla mal de la nación, pero sobretodo pone a sufrir a muchas familias, padres, madres y hermanos, al igual que a los amigos, simplemente por la cobardía de un régimen que no termina de entender lo que está establecido en el Capítulo IV de la Constitución vigente y sobretodo el artículo 2 y artículo 68 de esta Constitución.
¡Aquí y ahora! se requiere de una sociedad digna y de un liderazgo capaz. Los presos políticos no son un problema jurídico, tampoco internacional, son un problema ciudadano, son un problema del poder social, es decir, de las fuerzas de consenso, fuerzas productivas y fuerzas de coerción de la República. Los presos políticos seguirán siendo presos políticos si es que, no despierta el poder social, si es que el venezolano no termina de darse cuenta que este es el último paso de un régimen tirano para terminar de subyugar con el vejamen a todas las personas de nuestra sociedad. Por lo tanto… es ridículo decir que frente al gravísimo problema que viven los presos políticos, el problema es de la OEA.
Los presos políticos son una expresión del ejercicio de la infrapolítica del régimen. Es decir, la muestra de la incapacidad, incomprensión e intolerancia de los gobernantes para interpretar las realidades de una sociedad diversa, compleja y antagónica que no ha tenido un liderazgo en quienes hasta hoy han gobernando ni tampoco en el liderazgo de la oposición. Entiéndase, un liderazgo real aquél que surge de la auctoritas, del conocimiento, la doxa y sobretodo, la valentía humana para entenderse como conductor. En los bárbaros que nos gobiernan eso no existe y han venido manejando la República porque creyeron que podían imponer un régimen anacrónico y primitivo por la vía del marxismo.
El líder o el liderazgo de la oposición requieren hacer inmersión en los presos políticos como problema. Problema de la sociedad venezolana que obliga al líder a convenir que tiene que conducir la participación de la sociedad para la defensa de los jóvenes, hombres y mujeres que se encuentran en las mazmorras carcelarias de este régimen. La decisión de actuar por parte del liderazgo democrático mostrará violación de la Constitución por parte del régimen. El liderazgo debe ocuparse de la defensa política que está íntimamente ligada a la protesta social. Protesta social civilizada pero que es la manera de expresarle a quienes gobiernan que están cometiendo un acto de arbitrariedad y más aún, que están violando la Constitución.
El liderazgo con su responsabilidad y conducción permitirá que se muestre que los venezolanos no somos enemigos de nadie dentro de nuestro territorio, somos ciudadanos con derechos como lo establece la Constitución y no podemos permitir que un grupo de gobernantes desviados crean que puedan imponer el militarismo en la política para convertir a la República en un vivac. Ese ha sido el sueño de algunos torpes gobernantes y de los actuales que no han sido capaces de atarse a las normas que proscriben y menos aún a las normas que prescriben, es decir, la ética. ¡Aquí y ahora! el liderazgo y la sociedad deben producir un pronunciamiento categórico.
El liderazgo conduciendo a la sociedad participativa no se detendrá por el temor al calendario electoral. La política es más que lo electoral, la política es la Constitución, es el ejercicio del poder, es la dignidad del venezolano, es la armonía entre los ciudadanos, es el respeto a la condición humana. Por eso… ¡Aquí y ahora! habrá que protestar para que el régimen sepa cuán grande es su arbitrariedad. El gobierno va a tener que comprender de su grave yerro y además de su conducta violatoria a la Constitución porque el liderazgo político democrático y sociedad activa no están dispuestos a tolerarlo pasivamente.
Los presos políticos nos están llamando. Nos están llamando para que, como ellos se activaron con anterioridad, la sociedad se active y entonces, la sociedad junto con sus líderes demos la respuesta a la defensa de los presos políticos aquí y ahora. No hay tiempo para encubrirse, ni para disimular, ni para dar explicaciones, el liderazgo político venezolano, los partidos políticos del siglo XX y los partidos políticos del siglo XXI, además del liderazgo político emergente están obligados YA, a definir el cuerpo de acciones que tienen que ser realizadas por la sociedad para contener la arbitrariedad del tambaleante gobierno de Nicolás Maduro.
El liderazgo político de Venezuela, ese que queremos todos que aparezca, que se muestre y que enseñe su talante, está retado no a ser valiente, sino a ser responsable. A ser prospectivo y a ser autónomo para ejercer su tarea teniendo como foco la política como poder. El poder entendido como una probabilidad y no como influencia ni como presión ni como maniobra. El poder político ejercido por el líder con magnanimidad, con tino y con prospectiva termina por centrarse en el apoyo y fortalecimiento de los ciudadanos y sobretodo el fortalecimiento de los hombres y mujeres que hoy están entre rejas por haber participado, por creer en la democracia y por querer un mejor futuro para Venezuela como República.
“¡Aquí y ahora con los presos políticos!” debe ser el lema de todos los hombres y mujeres que creemos en la Constitución, que invocamos a Dios Todopoderoso para que nos fortalezca como sociedad responsable con el fin de reclamar lo que le corresponde como ciudadanía. Los presos políticos no pueden seguir siendo noticias de periódicos. Los presos políticos son venezolanos, jóvenes, hombres y mujeres que merecen nuestro respeto por valientes y dispuestos a defender la democracia. En consecuencia, hoy y a partir de ahora, todos los demócratas, el liderazgo responsable y el liderazgo político emergente debe encarar definitivamente una gesta cívica, ciudadana, jurídica pero sobretodo en defensa de la dignidad y gentilicio de los venezolanos entendidos como presos políticos.
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO
@JMachillandaP
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