ANDRÉS
VOLPE
Let us never forget that government is ourselves and not an alien power
over us.
The ultimate rulers of our democracy are not a President
and
senators and congressmen and government officials,
but the voters of this country.
Franklin D. Roosevelt
La decisión de la Mesa de la Unidad
Democrática es un grave error. Distanciarse, estableciendo diferencias
incomprensibles en su comunicado, de la convocatoria que hicieron los presos
políticos es contradecir la naturaleza democrática de tal organización. Parece
que han olvidado su naturaleza múltiple, como lo son también las acciones de
hacer oposición, y que los esfuerzos de todos los demócratas por resistir la
dictadura, más aún aquellos que la sufren privados de libertad, suman hacia el
mismo objetivo.
La Mesa de la Unidad Democrática olvida que su existencia
y su legitimidad dimanan de su posición moral frente a una dictadura que ha
humillado y denigrado la dignidad del venezolano, condenándolo a la pobreza
humana de un régimen criminal. La MUD solo existe porque por ahora es la única
organización que representa la democracia que se perdió y que se quiere
recuperar. No obstante, su legitimidad se ve cuestionada cuando hace evidente
que confunde el llamado de unos demócratas a protestar pacíficamente con una
competencia entre partidos políticos. Causa desilusión, entre los que se oponen
a la dictadura, ver que la organización que se ufana en decir que representa la
democracia, ponga a ésta en peligro a causa de desencuentros internos que no
saben resolverse. Más triste aún resulta ver que los criminales de la dictadura
muestran una solidaridad incuestionable entre ellos cuando los demócratas
todavía buscan cómo hablar con una sola voz.
Bien es cierto que el cambio es urgente, como bien
expresó la MUD en su comunicado, pero resulta difícil creer que el único camino
sea electoral. Las elecciones parlamentarias todavía no tienen fecha cierta y
no se ha visto ninguna acción contundente por parte de la MUD para forzar a la
dictadura hacia el establecimiento de un día concreto. Es evidente que el poder
real que tiene la organización democrática es poco frente a la bota militar de
la dictadura. Debido a esto, la MUD debería, ya que tiene la convicción
suficiente para renegar de otras opciones de cambio político, saber que su
única fuerza reside en los individuos que la apoyan, ya que la entienden como
una organización que garantiza el cambio democrático. Por lo tanto, resulta
sorprendente ver que se hayan tomado la atribución de decidir arbitrariamente
cuál es la manera legítima de oponerse a la dictadura, porque esa acción,
aparte de desconocer los múltiples descontentos de los ciudadanos, pone en una
interrogante su propia vocación democrática. La limitación de la lucha por el
cambio democrático y pacífico, canalizándola solo a través de la MUD, es
burocratizar la libertad y el futuro del país.
Leopoldo López y Daniel Ceballos, así como todos los
presos políticos de esta dictadura criminal, son demócratas que creyeron en la
libertad. Su manera de protestar, aunque haya sido la misma de la MUD o no, es
legítima y moral, porque ellos, al denunciar a la dictadura frente al
mundo, merecen nuestro apoyo y, sobretodo, nuestro respeto. Ellos son los que
se encuentran privados de su libertad y sufriendo los ganchos de la dictadura,
porque ellos fueron los que se atrevieron a denunciar sin renuncias. La lucha
democrática en Venezuela es infinita y nunca puede condicionarse a ningún
organismo que pretenda representar un sector de la sociedad. La democracia y la
libertad en Venezuela son principios innegociables y su verdad no depende ni
dependerá de la MUD.
@andresvolpe
Vía El Nacional
Que pasa Margarita
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