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GUILLERMO GARCÍA N.
El tema de una posible dolarización plena en Venezuela ha generado gran debate y controversia, natural y necesario para un tema tan importante en la búsqueda de alternativas y soluciones a la grave situación económica y desequilibrios que se registra actualmente. Yo he venido planteando hace más de un año la posibilidad de dolarizar plenamente la economía venezolana para lograr definitivamente un quiebre total de las expectativas de devaluaciones futuras del bolívar, eliminar la desconfianza y abatir la inflación a un dígito en el mediano plazo, mejorando la calidad de vida de los venezolanos. Cuando se habla de dolarización plena se describe el proceso en el que el dólar se convierte en moneda de uso nacional de curso legal, sustituyendo a la moneda local del país que la adopta.
Como era de esperarse algunos economistas, gobernantes y políticos se han opuesto a un posible esquema de dolarización, algunos con argumentación y postulados económicos, otros con descalificaciones sin sentido. Dentro de sus argumentaciones están: "Venezuela tiene algunas particularidades como país rentístico y petrolero que harían inviable el proceso de dolarización. El elemento crucial en este particular es la dependencia tan marcada que tiene Venezuela a los ingresos provenientes del petróleo y la volatilidad de éstos. En un contexto de dolarización de la economía, la rigidez que este mecanismo impone para enfrentar esa volatilidad es contraproducente"; otros argumentos son: que su implementación haría que el BCV cede la posibilidad de emplear la política monetaria para planificar la economía del país. Que se produciría una pérdida de ingresos para el fisco por concepto de señoreaje. (Ganancia por emisión de papel moneda, bolívares); que el BCV no podría auxiliar al sistema financiero en caso de una crisis, y que dolarizar sería una decisión casi irreversible. Un país que dolariza entrega una parte importante del manejo y establecimiento de política monetaria. De ahí en adelante, la política monetaria y cambiaria la dicta la Reserva Federal de Estados Unidos. No se tendría la posibilidad de acudir a una devaluación para mantener la competitividad de sus productos, por lo que el país perdería permanentemente la capacidad de reaccionar frente a shocks externos; se quedaría sin amortiguadores y que el país no cuenta con los suficientes dólares para dolarizar. Otros utilizan la descalificación y la arrogancia que caracteriza. Uno de ellos refiriéndose a los efectos de la dolarización publicó: "que Venezuela dolarice su economía generaría un impacto instantáneo en nuestro país y casi automáticamente nuestros problemas se acabarían (una combinación entre Merlín y Pare de Sufrir), produciéndose cosas maravillosas al estilo de que la inseguridad se acabará, dos días al año nevará en Caracas y disfrutaremos de la nieve, se acabarán los actos de corrupción, todos viviremos en paz, armonía y amor y hasta podría pasar que su pareja se transformará (en Brad Pitt o Scarlett Johansson dependiendo de lo que le guste)". Cuando se apela a la burla y la descalificación, es porque no poseen una sólida argumentación para debatir y convencer, y piensan que descalificando de tal forma la propuesta la desmeritan. Todo lo contrario. En tal sentido, el destacado y reputado economista Moisés Naím escribió un artículo en el cual refiere esta posición arrogante: "a los economistas les convendría cambiar su arrogancia intelectual por una actitud más humilde y ver qué pueden aprender de otros. La crisis económica que aún vive el mundo y la incapacidad de los economistas para ofrecer soluciones sobre las cuales hay un significativo consenso revela que su instrumental teórico necesita urgentemente una inyección de nuevas ideas, métodos y supuestos sobre la conducta humana. Es difícil que esto ocurra mientras prevalezca la arrogante insularidad intelectual de la elite que actualmente rige de manera férrea y miope las investigaciones económicas".
Dolarizar sí es viable.
Venezuela tiene los activos en dólares necesarios para dolarizar. Los activos no se limitan solamente a las reservas internacionales en el BCV, sino en otros activos que se registran en dólares y que pueden ser utilizados y aplicados para aumentar las disponibilidades en dólares, como para esterilizar y destruir liquidez en bolívares. Por ejemplo, las participaciones accionarias que posee Pdvsa en las empresas mixtas. En este sentido, tengo una propuesta para ser establecida como medida previa a la dolarización y que beneficiará a todos los venezolanos. En próximas entregas me referiré a ella. La dolarización, no es la fórmula mágica para resolver los problemas económicos del país, pero logrará, a corto plazo, una estabilidad monetaria que incluye una reducción drástica de la inflación a nivel de un dígito, tasas de interés bajas, y de la incertidumbre para invertir. Se recuperará el ahorro y el patrimonio de los venezolanos. Dolarizar sí es viable.
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com @asesorfinaciero
Vía El Universal
Que pasa Margaritra
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