27.05.2015
Rusia está dispuesta a frenar cualquier pretensión de imponer la
voluntad de “ciertas naciones” sobre países como Venezuela, dijo el
vicepresidente del gobierno ruso, Dmitri Rogozin.
“Impediremos cualquier esfuerzo de ciertas naciones para imponer su voluntad a otros países soberanos en violación de las normas de integridad territorial y soberanía”, dijo Rogozin, reiterando la alianza que existe entre Moscú y Caracas, durante la instalación de la XI Comisión Intergubernamental de Alto Nivel, en la capital rusa.
El vicepresidente Rogozin, dijo que que su país apoya “la línea política independiente de Venezuela y rechazamos el uso del dictado por la fuerza en asuntos internacionales”.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro desplegó en marzo pasado una campaña internacional contra lo que calificó como una acción injerencista del gobierno de Estados Unidos que sancionó a siete funcionarios del gobierno de Maduro, señalados por la violación de derechos humanos.
Esta decisión ejecutiva del gobierno de Obama agravó las tensas relaciones que mantienen Venezuela y EE.UU. desde 2010.
Por su parte, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, manfiestó “el rechazo absoluto de la imposición de medidas y sanciones unilaterales de potencias extranjeras“, aludiendo a la crisis de Ucrania.
“Impediremos cualquier esfuerzo de ciertas naciones para imponer su voluntad a otros países soberanos en violación de las normas de integridad territorial y soberanía”, dijo Rogozin, reiterando la alianza que existe entre Moscú y Caracas, durante la instalación de la XI Comisión Intergubernamental de Alto Nivel, en la capital rusa.
El vicepresidente Rogozin, dijo que que su país apoya “la línea política independiente de Venezuela y rechazamos el uso del dictado por la fuerza en asuntos internacionales”.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro desplegó en marzo pasado una campaña internacional contra lo que calificó como una acción injerencista del gobierno de Estados Unidos que sancionó a siete funcionarios del gobierno de Maduro, señalados por la violación de derechos humanos.
Esta decisión ejecutiva del gobierno de Obama agravó las tensas relaciones que mantienen Venezuela y EE.UU. desde 2010.
Por su parte, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, manfiestó “el rechazo absoluto de la imposición de medidas y sanciones unilaterales de potencias extranjeras“, aludiendo a la crisis de Ucrania.
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