MARIO
SZICHMAN/ Nueva York/ Especial para TalCual
Los
venezolanos consiguen cada día más bolívares por un magro dólar, aumentando así
sus reservas monetarias. Los ingenuos de siempre prefieren usar la despreciada
moneda norteamericana para pagar renta, comprar una camioneta, o viajar al
exterior
Una de
las grandes profecías enunciadas por el fallecido presidente venezolano Hugo
Chávez Frías data del 2009. Ese año, Chávez dijo que no podía confiarse en el
dólar pues se trataba de “un pedazo de papel carente de respaldo alguno”.
Ni siquiera hoy este corresponsal pondría las manos
en el fuego por el dólar. Y es evidente que en los seis años transcurridos
desde esa profecía el bolívar fuerte, la moneda oficial de Venezuela, ha
aumentado vertiginosamente su cantidad en relación a la moneda
norteamericana.
Ahora, a cambio de un dólar, se pueden recibir entre 350 y 400 bolívares, un montón de billetes. Y la ventaja mayor es que, a diferencia del dólar, los bolívares están al alcance de cualquier habitante del país, sin distinción de clases o de etnias.
Otro beneficio del bolívar es que siempre aparece flamante.
Ahora, a cambio de un dólar, se pueden recibir entre 350 y 400 bolívares, un montón de billetes. Y la ventaja mayor es que, a diferencia del dólar, los bolívares están al alcance de cualquier habitante del país, sin distinción de clases o de etnias.
Otro beneficio del bolívar es que siempre aparece flamante.
Apenas sale de las incansables prensas financiadas
por el Banco Central desaparece de la circulación, como si se lo hubiera
tragado la tierra. Muchos utilizan esos suculentos fajos de billetes para
adquirir productos básicos, o para canjearlos por divisas foráneas, ya sea el
dólar, la libra esterlina, el euro, o el yen. Y no es por falta de patriotismo,
sino por razones prácticas.
En primer lugar, no hay bolsillo o cartera de mujer
que pueda albergar tantos bolívares. En segundo lugar, algunos productos no se
cotizan en bolívares, sino en dólares.
El portal noticioso ipezone.blogspot.com dijo que
“es todavía posible adquirir en Venezuela una reluciente camioneta Ford,
alquilar un apartamento ´chic´en Caracas, y comprar un ticket para volar a
Miami en American Airlines, siempre que no se use la moneda oficial”.
A medida que “la nación sudamericana cae en barrena
en el caos económico, una cifra creciente de productos no solo se hallan de
manera figurativa fuera del alcance del consumidor promedio, sino que
literalmente no pueden ser adquiridos en bolívares”.
Al parecer, la fabulosa emisión de billetes por
parte del Banco Central, no es considerada una apreciación, sino una
depreciación del bolívar. Por alguna razón que solo hubiera podido explicar el
comandante eterno, con su innata sabiduría, cuanto más billetes se imprimen de
una moneda nacional, menos valor tienen.
Claro está, dudar de la palabra de Chávez es casi
como dudar de la Inmaculada Concepción. Pero todos aquellos que descreen del
Ave María, prefieren que les paguen sus mercancías en ese pedazo de papel
carente de respaldo alguno que es la divisa estadounidense.
LOS PELIGROSDE LA DOLARIZACIÓN
Un fantasma está recorriendo Venezuela de manera subrepticia: el fantasma de la dolarización. Si el gobierno del presidente Nicolás Maduro no frena esa macabra tendencia a confiar en divisas extranjeras, el sueño de la Revolución Bolivariana estará cada día más alejado de la mayoría de los venezolanos.
Un fantasma está recorriendo Venezuela de manera subrepticia: el fantasma de la dolarización. Si el gobierno del presidente Nicolás Maduro no frena esa macabra tendencia a confiar en divisas extranjeras, el sueño de la Revolución Bolivariana estará cada día más alejado de la mayoría de los venezolanos.
La empresa que abrió las compuertas del mayor
peligro económico que acecha a Venezuela fue Ford Motor Company. Funcionarios
del sindicato que agrupa a los trabajadores de la compañía dijeron que se había
llegado a un acuerdo para que Ford pudiera vender sus camionetas y SUV solo en
dólares.
Algunas semanas antes, y a la chita callando,
American Airlines anunció que no vendería más pasajes en bolívares para ninguno
de sus 19 vuelos semanales desde Venezuela. Los clientes deben ahora usar una
tarjeta de crédito emitida fuera del país a fin de comprar los pasajes online.
De acuerdo a ipezone.blogspot.com, “virtualmente
todas las aerolíneas extranjeras han hecho el mismo canje, con la aprobación
del gobierno, según La Asociación de Aerolíneas de Venezuela”.
Varios analistas han dicho que la subrepticia
dolarización de la economía venezolana es la manera de impedir que las empresas
multinacionales abandonen el país.
Citan el ejemplo de Clorox, que decidió cesar sus
operaciones citando como problemas básicos el control de las divisas, la
escasez de suministros y la inflación. (En esa época, la inflación era risible:
apenas llegaba al 68 por ciento anual).
EL ÍNDICE DE MISERIA
Steve H. Hanke, profesor de Economía de la universidad Johns Hopkins de Baltimore, ha sido asesor de varios gobiernos en Europa y en América Latina, entre ellos Venezuela, en la década del noventa.
Steve H. Hanke, profesor de Economía de la universidad Johns Hopkins de Baltimore, ha sido asesor de varios gobiernos en Europa y en América Latina, entre ellos Venezuela, en la década del noventa.
Hanke ha creado el llamado “misery index,” o índice
de la miseria, para señalar qué países se encuentran en peor situación a nivel
mundial. En el caso de América Latina, Venezuela se halla al tope, seguida por
Argentina. Al final de su tabla, figura Panamá, con el índice menor de miseria.
Obviamente, Hanke es un firme partidario de la
dolarización de la mayoría de las economías afectadas por el índice que es,
según explica, “una simple suma de inflación, tasas de préstamos bancarios y
desempleo, menos el crecimiento anual per cápita del Producto Bruto
Interno".
El mayor puntaje en el índice de miseria”, dijo
Hanke, “significa que el país, y sus pobladores, son los más miserables. En
realidad, es una tabla donde nadie quiere figurar en primer lugar”.
La tabla es encabezada por el gobierno de Maduro,
con un índice de miseria de 106,03. La causa principal, indicó Hanke, es la
inflación anual, que pronto podría superar los tres dígitos, esto es, más del
100 por ciento anual.
En el caso de Argentina, el principal problema es
la alta tasa bancaria. Al final de la tabla, hay cuatro países cuyas economías
funcionan aproximadamente bien: Ecuador, El Salvador, México y Panamá.
De esos países, solo México no ha dolarizado su
economía, dijo Hanke. El principal problema de México es el desempleo. (Ecuador
dolarizó su economía en el 2000, El Salvador en el 2001, y Panamá hace un
siglo).
EL MAL MENOR
Los admiradores de la Revolución Bolivariana han señalado que la dolarización muy difícilmente afecte a la mayoría del pueblo venezolano, que nunca contó con dinero suficiente para rentar apartamentos chic, manejar camionetas Ford o hacer turismo, ni local ni internacional.
Los admiradores de la Revolución Bolivariana han señalado que la dolarización muy difícilmente afecte a la mayoría del pueblo venezolano, que nunca contó con dinero suficiente para rentar apartamentos chic, manejar camionetas Ford o hacer turismo, ni local ni internacional.
Y además, ahora que el acoso a funcionarios
gubernamentales por parte de medios de prensa foráneos se ha hecho más
estridente, difundiendo presuntas investigaciones relacionadas con la venta de
fármacos sin receta médica, el pueblo observa agradecido que sus representantes
han decidido aferrarse a la patria del sol amada con uñas y dientes. Es como si
fuera de las costas venezolana acecharan las diez plagas de Egipto.
Excepto por el presidente Maduro, que a veces está
obligado a recorrer países foráneos con una comitiva de 560 personas para
defender la soberanía, el resto de los representantes de la nación prefieren
permanecer dentro del territorio nacional, generalmente a unos cien kilómetros
de distancia de las diversas fronteras.
En ocasiones, suelen mojar los pies a orillas de la
extensa costa, por temor a que las fuertes correntadas los arrastren fuera del
mar territorial y sean cazados por alguna cañonera imperial.
La permanencia de tantas personas de alto rango
dentro de los confines de Venezuela es una garantía para todos sus habitantes.
Ellos sí confian en el bolívar, y todos sus magros gastos los hacen en la
divisa patria.
Esos funcionarios, tras haber renunciado a los
viajes, tienen más tiempo para escuchar de los venezolanos las escasas quejas y
agradecer las abundantes bendiciones por la excelente administración de los
recursos naturales y fiscales. Además, esos adalides son la mejor garantía de
que Venezuela es el paraíso en la tierra. Juran que no están dispuestos a
cambiarla ni por Disneyworld.
@mszichman marioszichman.blogspot.com
Vía Tal Cual
Que pasa Margarita
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