Gari Kaspárov (Bakú, 1963) no muestra el
menor atisbo de sorpresa ante “el nuevo paso, dentro de la degeneración natural
de toda dictadura”, que dio el pasado sábado Vladímir Putin al firmar una ley que
contempla la prohibición de las ONG extranjeras “indeseables”. El excampeón del mundo de
ajedrez y referente mundial de la oposición al presidente ruso considera que la
medida es la reacción característica de los dictadores: “No pueden parar,
tienen que acabar con cualquier brote verde”, ha afirmado este lunes en una
conversación con EL PAÍS durante la inauguración del Oslo Freedom Forum (Foro de la Libertad de
Oslo), del que es uno de los fundadores.
“Durante
mucho tiempo, la maquinaria de la propaganda rusa ha estado persiguiendo a las
organizaciones no gubernamentales como enemigos de Rusia, como espías que
trabajan para los intereses de países extranjeros”, explica Kaspárov, para
quien la nueva ley no es más que “una combinación de otras leyes que ya
existían en el país”. Según recuerda el político, antes de esta norma, “ya
había otras que intentaban oprimir el trabajo” de las ONG extranjeras.
La ley
aprobada ahora prevé multas de unos 10.000 euros y penas de prisión de hasta
seis años para quienes colaboren con ONG “indeseables”, aquellas que, según
Putin, supongan una “amenaza” para la capacidad de defensa o de seguridad de
Rusia o que afecten al orden público o la salud pública. La decisión en cada
caso será adoptada por el fiscal y primer vicefiscal de la Federación Rusa.
Sí
sorprende, en cambio, a Kaspárov que Naciones Unidas y los países de la Unión
Europea hayan mostrado asombro ante el nuevo intento de Putin “de ahogar
todavía más a la sociedad civil rusa”. “¿Qué esperaban?”, se pregunta. “Esto es
lo que pasa con los dictadores, te despiertas una mañana, y vives en un país
diferente, aunque lo hacen gradualmente, paso a paso”. Y una vez que Putin ha
dado tantos pasos, “ya no tiene que esconder su intención de asesinar a las
ONG, de hacer que las ONG ya no sigan existiendo”. Los “dictadores”, continúa,
solo saben destruir, porque “su intención no es arreglar el mundo sino seguir
en el poder”.
Para Kaspárov, los países
democráticos están hoy en día “inhabilitados” para hacer frente a los
“dictadores que dirigen gran parte del mundo”, por lo que insta a la sociedad
civil a actuar, para mostrar el sufrimiento de quienes viven “bajo regímenes
dictatoriales” e impulsar el cambio. “La gente en el mundo libre a veces no
entiende qué supone nacer en un país totalitario”, lamenta el activista.
Kaspárov lo resume así: “Es como ser el único chico del barrio que no tiene
Internet ni televisión en casa, pero al que sus padres le dicen lo afortunado
que es de no tenerlo”. Y aunque Kaspárov es consciente de que “construir
sociedades libres” es un sueño en muchos países, no quiere dejar de soñar:
“También era un sueño llegar a la luna, ¿por qué no puede llegar a ser real
tener un mundo libre?”.
Vía El
País. España
Que pasa Margarita
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