Simón Boccanegra
El llamado de Leopoldo López a manifestar este
sábado 30, sin consultarlo con la Mesa de la Unidad, despertó una auténtica
guerra interna entre quienes pelean por lo que aún no tienen: el poder. Hay que
decirlo: si Voluntad Popular tiene representante en la MUD y Lilian Tintori
mantiene comunicación fluida con Chúo Torrealba no había razón para el
madrugonazo. La Unidad no puede ser buena para que mis candidatos sean electos
en primarias pero mala para acordar acciones de calle. No se debe jugar
posición adelantada aplicando el simple "síganme los buenos".Ahora,
la respuesta del resto de la MUD pudo ser mejor, claro, para evitar el ruido
del "dejaron solo a Leopoldo". Algunos de sus integrantes pudieron
lucir menos maniqueos. La Unidad acompaña a López sin salirse de una estrategia
que -esperemos- tienen. En lo inmediato, lo importante es que el propio pueblo
opositor asuma la responsabilidad de ser mayoría en las calles y en los votos.
Pretender endilgar a la dirigencia todo el trabajo y luego, si no sale bien,
quejarse con un "la volvieron a poner", es irresponsable. Este carro
hay que empujarlo entre todos. Los debates estériles, las peleas en las redes,
la polarización dentro de la polarización es pérdida de tiempo. Solos no se va
a llegar ni a la esquina. La Unidad es un reto y una exigencia ante el
autoritarismo. Ya está bueno de que algunos la vean como una camisa de fuerza.
Y ya está bueno de que otros estén cómodos con su lenta capacidad de respuesta.
En el camino a unas elecciones que exigen un caudal de votos de tal magnitud
que sobrepase manipulaciones, ventajismos y descaros del PSUV, (casi) todo
cabe. Pongamos el ojo en la bola.
Vía Tal Cual
Que pasa Margarita
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