Wednesday, January 18, 2012

El índice miseria en Venezuela

En: http://www.eluniversal.com/opinion/120118/el-indice-miseria-en-venezuela

ALEXANDER GUERRERO E. |  EL UNIVERSAL
miércoles 18 de enero de 2012  12:00 AM
Esta semana The Economist nos trae el Índice de Miseria en el Mundo, versión 2011, nada de sorpresas respecto de Venezuela que no hayamos adelantado a principios de la revolución. En ese índice, Venezuela es 2do país en el mundo con mayor índice miseria en disputa con Irán. ¿Qué nos dice ese Índice de Miseria y qué señal nos transmite, particularmente en un país que en 13 años el gobierno ha gastado más de un trillón de dólares de ingreso petrolero, en impuestos y amasado una colosal deuda publica? ¿Cómo conjugamos todo eso en sentido común, además de apelar al análisis económico?

El Índice Miseria fue construido por A. Okun, un economista americano en los años 70 para evaluar el impacto socioeconómico de dos fenómenos económicos de la época conocido como estanflación; un ambiente económico e institucional capaz de mostrar fenómenos contradictorios -en apariencia- en una combinación de inflación con estancamiento, un ambiente económico creador de pobreza. Se pensaba en esos tiempos que algo de inflación generaba crecimiento y reducía el desempleo. El mantra ideológico en lo económico era expandir el gasto del gobierno para crear bienestar; consecuencias no intencionadas, se produjo lo contrario, miseria.

El gobierno ha sido un fiel creyente que la inflación induce crecimiento y este reduce el desempleo, así, en los últimos cinco años nos toca convivir con una fuerte presión inflacionaria con elevado desempleo y desde luego sin crecimiento económico sostenible. ¿Es posible entonces tener simultáneamente inflación y desempleo? Sí, pero a cambio de una creciente pobreza dado el efecto redistributivo negativo de la inflación, es lo que se ha producido en Venezuela; pese a que los números del 2011 aparece un crecimiento positivo en precios, aunque en volúmenes -producidos y consumidos- la economía venezolana acumula cuatro años continuos de contracción económica y caída ingreso per cápita.

Como la inflación es un fenómeno monetario causado por decisiones políticas, el estancamiento (desempleo creciente) que produce es por reacción de los mercados que ante la presión inflacionaria creada por los gobiernos para financiar un creciente déficit fiscal, independiente de las razones políticas con las cuales se transgrede la naturaleza de los fenómenos económicos. En otras palabras, la expansión del gasto público por encima de su "límite natural", coadyuvado por una expansión monetaria para proveer al gobierno ingreso que no posee para expandir el gasto, acompañado de fuerte endeudamiento público, induce en los mercados una reacción lógica de una caída de la inversión privada y el consumo y por lo tanto de una caída del ingreso per cápita. Sume a eso la persecución del sector privado, expropiación y confiscación y robo para que el cuadro de miseria sea completo.

La situación es aún más grave, y lo muestra el Índice de Miseria porque la expansión del gasto público como expresión del colosal incremento en ingreso petróleo como base de la revolución socialista en curso, ha sido acompañada con un voluminoso crecimiento de la deuda pública, la cual muestra ya las dificultades fiscales para pagarla, lo que vemos en el costo financiero (12%, inédito por lo costoso en los mercados de deuda) que se pagó en el 2011 por los 12 mil millones de dólares en deuda del gobierno y Pdvsa.

Al agotarse el ingreso fiscal por caída de la exportación petrolera y estrechez del mercado de deuda en los últimos 2 años, el gobierno reformó la ley del BCV para convertirlo en su financista más barato, dejando en la calle una enorme presión inflacionaria, cuyos mecanismos de represión en Indepabis y en la Ley de Costos y Precios Justos no pueden esconderla. Esto genera otro efecto perverso en escasez. Así tenemos un Índice Miseria en Venezuela suma desempleo e inflación, como en el clásico Índice de Okun, pero incorporamos la escasez para reflejar la situación en los mercados de carencia de bienes para el consumo diario.

Los efectos son aún más crueles en términos socioeconómicos porque ese proceso de expansión del gasto ha ido acompañado de una agenda política legislada y decretada para empobrecer, en una palabra descapitalizar al sector privado, lo cual ha traído un costoso colateral por deterioro y empobrecimiento del capital humano. Ese empobrecimiento se observa en las estadísticas laborales por caída del empleo de mejor remuneración -empresas privadas cerradas, expropiadas y migradas al exterior- y el crecimiento de empleos no calificados (misioneros, buhoneros, supernumerarios empleados públicos) cuyos ingresos promedian salario mínimo. Esta transformación social natural del socialismo es visible claramente en los índices de igualdad que dice que en términos de ingresos somos más iguales pero más pobres por la caída del salario real promedio. Las sociedades más pobres son las más iguales, como Cuba y Corea del Norte, hecho en socialismo.

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