Conozca parte de la vida de María Corina

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María Corina Machado, candidata a las primarias de la MUD, saltó a la palestra pública en el año 2002 cuando encabezó desde la ONG Súmate -de la cual es cofundadora- una estructura considerada como el CNE de la oposición.
También su foto con el entonces presidente de EE UU George Bush, el 31 de mayo de 2005, la posicionó en la política. Actualmente, la diputada Machado es precandidata presidencial, su propuesta la basa en un futuro “capitalismo popular”.
“El capitalismo popular lo entienden clarito los niños, los trabajadores, las madres solteras, los jóvenes que se están graduando en las universidades, y se emocionan ante la posibilidad de tener una Venezuela de propietarios, de emprendedores, en la cual el Estado no sea el amo y señor de todos los bienes y todas las riquezas”, afirma María Corina.
Casi nunca pierde la sonrisa. Con ella respondió cuando fue acusada de traición a la patria, rebelión y conspiración con prohibición de salida del país por tres años, por haber firmado el decreto de Carmona (durante el golpe de abril de 2002). Con rostro adusto afirma: “No firmé ese documento”, y califica de “error garrafal” el decreto base del golpe.
Resalta que lamenta mucho el rechazo que mostró durante su adolescencia a la política. Es la primera de las tres hijas del empresario Enrique Machado Zuloaga y de Corina Parisca Pérez. Después de graduarse en la exclusiva Academia Merici, de las monjas ursulinas, estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello. Luego realizó una especialización en Finanzas en el Iesa.
Machado se casó cuando apenas tenía 23 años con el empresario Ricardo Sosa Branger, de quien se divorció en el año 2001. Tuvieron tres hijos.
“Mi amor de juventud fue Armando Zuloaga Blanco, mi tío abuelo. Lo mataron a los 24 años en el desembarque del Falke, en Cumaná. Entre los 8 y 16 años mi mamá estaba muy preocupada porque yo estaba enamorada de un muerto. Llegué al extremo de investigar dónde estaban todas las personas que lo habían conocido. Incluso llegué a dar con la que fue su novia, Nory Acosta. La encontré en un ancianato y nos hicimos grandes amigas”, revela.
Explica que uno de sus mayores delirios son los chicharrones, los come a donde quiera que vaya. Afirma que le avergüenza: Cantar en público. “Si me dijeras qué me queda de deuda con la fortuna y con Dios, es por qué no me dio la voz de Soledad Bravo”.
En ese instante, la periodista le recuerda que al Presidente también le gusta cantar, a lo cual ella respondió que: “la diferencia (con Chávez) es que yo tengo respeto y vergüenza y no le impongo a los ciudadanos lo que ellos no quieren oír“.
Con información de Últimas Noticias