En: http://www.lapatilla.com/site/2014/09/14/unidad-estupido-unidad-por-carlosvalero08/
Carlos Valero
En el año 1992, Bill Clinton, modesto gobernador de Arkansas se
enfrentaba por la silla de la casa oval a George Bush padre, quien
esbozaba sus éxitos en materia de política internacional, obviando los
problemas cotidianos de las familias estadounidenses. El asesor de
campaña de Clinton, James Carville acuñó la famosa frase, “es la
economía estúpido”, para afianzar la idea de que su candidato debía
concentrarse en temas económicos y sociales. El resultado fue el éxito
de Clinton frente al poderoso Bush.
En la Venezuela que vivimos bien vale el consejo de Carville para la
elaboración del discurso opositor, pero me permito parafrasearlo, usando
el concepto de unidad. Estoy convencido que la forma más eficiente de
enfrentar un gobierno totalitario tramposo es precisamente con esfuerzo
unitario de todos los factores opositores, independientemente de su
ideología o tesis programática.
En el momento de mayor debilidad del oficialismo, la actitud dividida
y atomizada de la oposición pareciera irracional, o provocada por un
ser superior que juega con ella como si fuera un títere. Cualquier
asesor tipo Carville diría a los líderes opositores, concéntrense en
hacer oposición frontal al gobierno en los temas sociales y económicos,
presenten una plataforma unida, mostrando la fortaleza de un liderazgo
colectivo, dedíquense a fomentar medios alternativos de comunicación,
prepárense para las elecciones y también para eventos sobrevenidos,
porque las consecuencias sobre la gente del desgobierno de Maduro son
tan nefastas, que en cualquier momento aparecen millones solicitándole
la renuncia o se produce un sismo interno capaz de dividirlos.
Las consecuencias del colapso del modelo de este gobierno sobre la
vida cotidiana de los venezolanos son tan graves, que no hay un solo
ámbito de la vida que no se encuentre trastornada. Basta mencionar la
tragedia del sector salud, expresada en la carencia de insumos, material
médico quirúrgico, repuestos para los equipos y fuga de talentos hace
que en el país con las mayores reservas de petróleo probadas del
planeta, estén usando hilo elefante de costurera para suturar heridas,
porque no hay suturas apropiadas. En medio de la epidemia de dengue y
chikungunya no hay acetaminofén, ni medicina para los enfermos de
cáncer, hipertensos entre otros. Lo mismo ocurre en el sector
transporte, en alimentos, útiles escolares, artículos de aseo personal,
servicios públicos y en todo sin excepción.
La inflación, con todo y maquillaje, se ubica en 63.4% anualizada. El
BCV no presenta cifras de escasez, pero las filtradas del ente
monetario hablan de 38%, cifra impensable en Bolivia, Ecuador,
Nicaragua, Brasil o Argentina, socios ideológicos de Maduro.
Esta catástrofe gerencial finalmente se está viendo reflejada en los
niveles de aceptación del gobierno. Los números de Maduro y su gobierno
muestran una tendencia negativa que bien podría ubicarlo para finales de
año con una popularidad cercana al 20%.
Frente a este caos, que sin duda es una extraordinaria oportunidad
para los que queremos darle un camino distinto lleno de oportunidades a
nuestro país, la oposición se presenta dividida y sin una estrategia
común.
Dentro de los argumentos a favor del deslinde de la oposición, se
encuentran posturas que establecen que esto serviría para romper la
polarización, otros opinan que permitiría que el ciudadano pueda escoger
la política que más le guste. Hay quienes acusan que hay un grupo de
radicales que hacen llamado a la calle y la protesta, con lo cual se
cometerán los mismos errores del pasado.
Por otro lado, algunos dicen que la actitud conservadora de otro
grupo o partido hace inviable salir del régimen, y por si fuera poco
toda esta variedad de opiniones, hay quienes se atreven a acusar a parte
de la oposición de pactar una especie de nuevo pacto de punto fijo,
para darle gobernabilidad y estabilidad al nefasto gobierno de Maduro.
Algo similar ocurrió con las fuerzas democratizadoras en la España de
Franco, el Chile de Pinochet o en el Perú de Fujimori, sin embargo, la
madurez y el espíritu terminó imponiéndose para alcanzar la democracia.
La verdad es que, aquel que se encuentre libre de errores que lance
la primera piedra. En estos 15 años de lucha existencial contra un
modelo inhumano y primitivo, evidentemente todos hemos cometido errores,
pero la experiencia debería servir por lo menos para un mínimo de
consenso: la unidad es una variable necesaria y suficiente para sacar al
país de este atolladero histórico.
Sin unidad no podremos planificar estratégicamente las elecciones, ni
lograr la acumulación de fuerzas, ni hacer oposición permanentemente en
la calle hablando de los problemas de la gente, ni defender los DDHH,
especialmente de los presos, desterrados y mártires víctimas de este
gobierno. En fin, sólo la unidad permitirá construir un bloque de poder
social sólido capaz de pasarle por encima a las trampas y a la
propaganda del régimen.
Unidad estúpido, unidad. En la oposición todos debemos aprender a
tolerar las diferencias, a lograr estrategias comunes y caminar juntos.
En las manos de los principales líderes está la responsabilidad de no
dejar naufragar la unidad. Me permito citar una frase de Chuo Torrealba:
“quien no esté en capacidad de unir a la oposición no será capaz de
unir al país”.
Carlos Valero
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