JUAN FRANCISCO ALONSO
| EL UNIVERSAL
domingo 26 de octubre de 2014 12:00 AM
Pese a lo convulso que fue el
primer semestre de este año debido a las protestas de febrero pasado, el
cardenal Jorge Urosa Savino se muestra complacido por la repercusión
que han tenido los actos por los 150 años del Natalicio del doctor José
Gregorio Hernández desarrollados a lo largo de 2014.
"Me siento muy satisfecho porque se cumplieron los tres objetivos que nos trazamos en la Comisión Nacional de Celebración: Difundir a lo largo y ancho del país la vida, ejemplo del doctor Hernández; motivar al pueblo católico que ore cada vez más por su beatificación y, por último, incentivar a las personas que tengan conocimiento de algún hecho extraordinario realizado por Dios, a través de José Gregorio. Ha habido una gran difusión y yo quiero agradecer a los medios por ello. También se ha intensificado la oración y sobre todo están llegando muchísimos testimonios de personas que han acudido con fe al doctor Hernández y han obtenido algún favor, los cuales estamos analizando para ver si de entre esos testimonios hay alguno que tenga las características de un verdadero o presunto milagro", afirmó el Arzobispo de Caracas, quien hoy, en el cumpleaños del galeno de Isnotú (Trujillo), presidirá la misa central en la Iglesia de La Candelaria, donde reposan sus restos desde 1975.
En entrevista con El Universal, el purpurado hizo votos porque el ejemplo de "El Venerable" sea seguido por todos los profesionales de la salud, en particular por las autoridades; y le pidió el milagro de contribuir a la reconciliación entre los venezolanos.
-Usted habla de que en estos meses han llegado muchos testimonios de favores concedidos por el doctor Hernández. ¿Cuántos son?
-En este último tiempo más de mil personas que sienten que Dios los ha socorrido a través del doctor Hernández han acudido a la Iglesia para dar su testimonio.
-¿Cree que alguno de ellos sea el milagro que se necesita para la beatificación?
-Estamos analizando dos y vamos a ver qué sale de allí.
-Han transcurrido 28 años desde que San Juan Pablo II lo declaró "Venerable". ¿La beatificación es un proceso muy complicado, en particular la comprobación de un milagro?
-No, la primera parte es simplemente un estudio a partir de la información que uno recibe y allí se determina si el favor tiene características de un milagro. Si hay algo que no tiene características de milagro se responde, se le agradece a la persona el tiempo, porque no todos los favores que se reciben de Dios son milagros. Lo que tiene características de milagro se lo pasamos a algunos médicos para que nos den su opinión y si no hay explicación se remite a la Santa Sede.
-¿Cómo es eso de que no todos los favores se pueden considerar milagros?
-Por ejemplo tú le pides a Dios que te proteja en un viaje de aquí a la Gran Sabana, donde tienes que pasar por tantas carreteras y llegas bien. Tú le das gracias a Dios ¿Pero hubo un milagro allí? No. Un milagro, y esto es bueno resaltarlo, es una cosa que supera a las fuerzas de la naturaleza, es algo que no se puede explicar con causas naturales. Una curación instantánea por ejemplo de una parálisis como la que recibió la religiosa que oró a Juan Pablo II. Milagro tiene que ser una curación instantánea, completa y perfecta. Instantánea es que ocurra de inmediato y no en el transcurso de unos días o semanas, completa es que la persona quede bien y perfecta, es decir que la persona no vuelva a recaer. Por eso es que los médicos de la Santa Sede no aceptan como presuntos milagros curación de cáncer porque el cáncer puede reincidir.
-¿No teme que superadas estas celebraciones la causa del doctor Hernández vuelve a la gaveta?
-No, porque creo que ya hemos agarrado una velocidad que tal vez no se mantenga con la misma intensidad, pero que ciertamente va a continuar. Hay un renovado interés por el doctor José Gregorio Hernández. Hay un mayor afecto, un mayor conocimiento sobre su vida y sobre su actuación como médico y científico.
-¿No es contradictorio que estas celebraciones en homenaje a un pionero de la medicina se den justo en plena crisis sanitaria, cuando el país está azotado por el dengue y otras enfermedades?
-Creo más bien que el ejemplo del doctor Hernández, un hombre que dedicó su vida a curar a los enfermos, a buscar las causas de las enfermedades y diagnosticarlas mejor, nos debe invitar a todos, en especial a las autoridades que tienen que ver con el campo de salud, a trabajar más por la salud de los venezolanos. No creo que sea algo contradictorio, sino que es algo puede motivar a trabajar más.
-Hernández fue un pionero en el estudio de la bacteriología y otras especialidades, y fue uno de los fundadores de la Academia Nacional de la Medicina. ¿No cree que a casi 100 años de su muerte la condición de la sanidad pública y la reaparición de enfermedades que se consideraban erradicadas deben llamar a la reflexión de las autoridades?
-Creo que el doctor Hernández debe ser un estímulo para que las autoridades hagan su trabajo con una mayor eficacia.
-Estas celebraciones también coincidieron con un año convulso, con una ola de protestas que dejaron decenas de muertos, cientos de heridos, miles de procesados y decenas de denuncias de abusos. ¿El milagro que la Iglesia busca no podría ser que el Gobierno y la oposición retomen el diálogo que iniciaron en plena crisis de las protestas y que esta vez arroje resultados?
-El diálogo hay que pedírselo a Dios. Esto del diálogo es sumamente importante, pues el Gobierno no tiene la solución a todos los problemas, más bien hay muchos problemas que se han ido agravando en los últimos meses y es necesario que haya una concertación con distintos sectores para resolver los problemas. Vamos a pedirle a Dios, por intersección de José Gregorio Hernández, que se vuelve a implantar el diálogo que es tan necesario. No podemos vivir enfrentados. El país no puede estar dividido en dos bloques irreconciliables y en eso la devoción a Hernández es providencial. Tenemos que buscar la unión, la concertación y la unión de fuerzas.
Sobre esta convulsión que ha sacudido al país hay algo que me parece que debemos denunciar: Esa violencia salvaje y cruel que ha aparecido con una fuerza nunca vista. Esos asesinatos de bebés por parte de sus padres, asesinatos de padres a manos de sus hijos, descuartizamientos y el asesinato de Robert Serra, con una violencia inusitada. Debemos rechazar esto. La celebración de José Gregorio Hernández, que dedicó su vida a curar a personas, debe llamarnos a sacar del corazón cualquier violencia contra cualquier vecino, porque eso va contra la ley de Dios.
-En los últimos años se han dado varios intentos de diálogo, pero ninguno ha rendido frutos. ¿Por qué?
-Todos los sectores deben entender que es necesario conversar y procurar escuchar las diversas opiniones. El diálogo no es una conversación sobre equipos de béisbol, no es una peña taurina. Una mesa de diálogo debe ser una mesa para resolver problemas, para darle impulso a la vida del país.
-El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, dijo que esa institución está dispuesta a facilitar que se retome el diálogo. ¿Cómo creen que pueden ayudar?
-Nuestro proyecto nacional fundamental es la reconciliación de los venezolanos, que haya encuentro, que haya reconocimiento mutuo, que haya búsqueda de soluciones a los problemas. La gran mayoría de los venezolanos no tenemos esa actitud de enfrentamiento, pero debemos procurar que los líderes tampoco la tengan. Los líderes deben entender que el liderazgo que tienen es para resolver los problemas y eso no se logra con una confrontación permanente.
-¿La CEV ha hecho algo para que ese diálogo se reinicie? ¿Ha llamado a líderes de ambas partes?
-El Nuncio (monseñor Aldo Giordano) está preocupado, lo mismo que la directiva de la CEV y por eso se han hecho muchos intentos por entablar conversaciones con diversos sectores. Ojalá que esos sectores escuchen la voz que estamos levantando por el bien de todos. Aquí no se trata de favorecer al oficialismo o a la oposición, sino a todos los venezolanos.
-Si ustedes están haciendo eso, entonces el Papa está preocupado...
-Por supuesto y él lo ha manifestado en los cuatro mensajes que ha enviado este año a los venezolanos.
"Me siento muy satisfecho porque se cumplieron los tres objetivos que nos trazamos en la Comisión Nacional de Celebración: Difundir a lo largo y ancho del país la vida, ejemplo del doctor Hernández; motivar al pueblo católico que ore cada vez más por su beatificación y, por último, incentivar a las personas que tengan conocimiento de algún hecho extraordinario realizado por Dios, a través de José Gregorio. Ha habido una gran difusión y yo quiero agradecer a los medios por ello. También se ha intensificado la oración y sobre todo están llegando muchísimos testimonios de personas que han acudido con fe al doctor Hernández y han obtenido algún favor, los cuales estamos analizando para ver si de entre esos testimonios hay alguno que tenga las características de un verdadero o presunto milagro", afirmó el Arzobispo de Caracas, quien hoy, en el cumpleaños del galeno de Isnotú (Trujillo), presidirá la misa central en la Iglesia de La Candelaria, donde reposan sus restos desde 1975.
En entrevista con El Universal, el purpurado hizo votos porque el ejemplo de "El Venerable" sea seguido por todos los profesionales de la salud, en particular por las autoridades; y le pidió el milagro de contribuir a la reconciliación entre los venezolanos.
-Usted habla de que en estos meses han llegado muchos testimonios de favores concedidos por el doctor Hernández. ¿Cuántos son?
-En este último tiempo más de mil personas que sienten que Dios los ha socorrido a través del doctor Hernández han acudido a la Iglesia para dar su testimonio.
-¿Cree que alguno de ellos sea el milagro que se necesita para la beatificación?
-Estamos analizando dos y vamos a ver qué sale de allí.
-Han transcurrido 28 años desde que San Juan Pablo II lo declaró "Venerable". ¿La beatificación es un proceso muy complicado, en particular la comprobación de un milagro?
-No, la primera parte es simplemente un estudio a partir de la información que uno recibe y allí se determina si el favor tiene características de un milagro. Si hay algo que no tiene características de milagro se responde, se le agradece a la persona el tiempo, porque no todos los favores que se reciben de Dios son milagros. Lo que tiene características de milagro se lo pasamos a algunos médicos para que nos den su opinión y si no hay explicación se remite a la Santa Sede.
-¿Cómo es eso de que no todos los favores se pueden considerar milagros?
-Por ejemplo tú le pides a Dios que te proteja en un viaje de aquí a la Gran Sabana, donde tienes que pasar por tantas carreteras y llegas bien. Tú le das gracias a Dios ¿Pero hubo un milagro allí? No. Un milagro, y esto es bueno resaltarlo, es una cosa que supera a las fuerzas de la naturaleza, es algo que no se puede explicar con causas naturales. Una curación instantánea por ejemplo de una parálisis como la que recibió la religiosa que oró a Juan Pablo II. Milagro tiene que ser una curación instantánea, completa y perfecta. Instantánea es que ocurra de inmediato y no en el transcurso de unos días o semanas, completa es que la persona quede bien y perfecta, es decir que la persona no vuelva a recaer. Por eso es que los médicos de la Santa Sede no aceptan como presuntos milagros curación de cáncer porque el cáncer puede reincidir.
-¿No teme que superadas estas celebraciones la causa del doctor Hernández vuelve a la gaveta?
-No, porque creo que ya hemos agarrado una velocidad que tal vez no se mantenga con la misma intensidad, pero que ciertamente va a continuar. Hay un renovado interés por el doctor José Gregorio Hernández. Hay un mayor afecto, un mayor conocimiento sobre su vida y sobre su actuación como médico y científico.
-¿No es contradictorio que estas celebraciones en homenaje a un pionero de la medicina se den justo en plena crisis sanitaria, cuando el país está azotado por el dengue y otras enfermedades?
-Creo más bien que el ejemplo del doctor Hernández, un hombre que dedicó su vida a curar a los enfermos, a buscar las causas de las enfermedades y diagnosticarlas mejor, nos debe invitar a todos, en especial a las autoridades que tienen que ver con el campo de salud, a trabajar más por la salud de los venezolanos. No creo que sea algo contradictorio, sino que es algo puede motivar a trabajar más.
-Hernández fue un pionero en el estudio de la bacteriología y otras especialidades, y fue uno de los fundadores de la Academia Nacional de la Medicina. ¿No cree que a casi 100 años de su muerte la condición de la sanidad pública y la reaparición de enfermedades que se consideraban erradicadas deben llamar a la reflexión de las autoridades?
-Creo que el doctor Hernández debe ser un estímulo para que las autoridades hagan su trabajo con una mayor eficacia.
-Estas celebraciones también coincidieron con un año convulso, con una ola de protestas que dejaron decenas de muertos, cientos de heridos, miles de procesados y decenas de denuncias de abusos. ¿El milagro que la Iglesia busca no podría ser que el Gobierno y la oposición retomen el diálogo que iniciaron en plena crisis de las protestas y que esta vez arroje resultados?
-El diálogo hay que pedírselo a Dios. Esto del diálogo es sumamente importante, pues el Gobierno no tiene la solución a todos los problemas, más bien hay muchos problemas que se han ido agravando en los últimos meses y es necesario que haya una concertación con distintos sectores para resolver los problemas. Vamos a pedirle a Dios, por intersección de José Gregorio Hernández, que se vuelve a implantar el diálogo que es tan necesario. No podemos vivir enfrentados. El país no puede estar dividido en dos bloques irreconciliables y en eso la devoción a Hernández es providencial. Tenemos que buscar la unión, la concertación y la unión de fuerzas.
Sobre esta convulsión que ha sacudido al país hay algo que me parece que debemos denunciar: Esa violencia salvaje y cruel que ha aparecido con una fuerza nunca vista. Esos asesinatos de bebés por parte de sus padres, asesinatos de padres a manos de sus hijos, descuartizamientos y el asesinato de Robert Serra, con una violencia inusitada. Debemos rechazar esto. La celebración de José Gregorio Hernández, que dedicó su vida a curar a personas, debe llamarnos a sacar del corazón cualquier violencia contra cualquier vecino, porque eso va contra la ley de Dios.
-En los últimos años se han dado varios intentos de diálogo, pero ninguno ha rendido frutos. ¿Por qué?
-Todos los sectores deben entender que es necesario conversar y procurar escuchar las diversas opiniones. El diálogo no es una conversación sobre equipos de béisbol, no es una peña taurina. Una mesa de diálogo debe ser una mesa para resolver problemas, para darle impulso a la vida del país.
-El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Diego Padrón, dijo que esa institución está dispuesta a facilitar que se retome el diálogo. ¿Cómo creen que pueden ayudar?
-Nuestro proyecto nacional fundamental es la reconciliación de los venezolanos, que haya encuentro, que haya reconocimiento mutuo, que haya búsqueda de soluciones a los problemas. La gran mayoría de los venezolanos no tenemos esa actitud de enfrentamiento, pero debemos procurar que los líderes tampoco la tengan. Los líderes deben entender que el liderazgo que tienen es para resolver los problemas y eso no se logra con una confrontación permanente.
-¿La CEV ha hecho algo para que ese diálogo se reinicie? ¿Ha llamado a líderes de ambas partes?
-El Nuncio (monseñor Aldo Giordano) está preocupado, lo mismo que la directiva de la CEV y por eso se han hecho muchos intentos por entablar conversaciones con diversos sectores. Ojalá que esos sectores escuchen la voz que estamos levantando por el bien de todos. Aquí no se trata de favorecer al oficialismo o a la oposición, sino a todos los venezolanos.
-Si ustedes están haciendo eso, entonces el Papa está preocupado...
-Por supuesto y él lo ha manifestado en los cuatro mensajes que ha enviado este año a los venezolanos.
Urosa descarta cambios radicales en la iglesia
En: http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/141026/urosa-descarta-cambios-radicales-en-la-iglesia
EL UNIVERSAL
domingo 26 de octubre de 2014 12:00 AM
El hecho de que la mayoría de
los obispos que participaron en el Sínodo de la Familia, que este mes se
celebró en El Vaticano, aprobaran darle acogida a los divorciados
vueltos a casar y a los matrimonios gays en el seno de la Iglesia ha
sido interpretado como una señal de apertura en buena parte del mundo.
Sin embargo, el cardenal Jorge Urosa Savino rebajó las expectativas
alertando: "Este Sínodo no es definitivo, habrá segunda parte el año
que viene".
-¿Qué evaluación que hace del Sínodo?
-Hubo una absoluta firmeza en cuanto a lo que es la doctrina sobre el matrimonio, el amor conyugal, la sexualidad, la procreación de los hijos. El gran error del mundo moderno es de exaltar la sexualidad como algo independiente de la familia, los hijos y de todos esos elementos. El Sínodo ha tratado muchos temas, algunos de tipo sociológico como la migración, la vivienda y la pobreza. Ahora en cuanto al tratamiento que se deba dar a las personas en un segundo matrimonio civil, luego de tener uno eclesiástico pues allí hay una corriente muy importante que busca hacerles ver que la Iglesia no los ha excluido, que están en situación irregular, pero que eso no implica que estén condenados. Hay una apertura para tratar de ayudarlos a encontrar a Dios.
-El documento final dice que las parejas del mismo sexo "deben ser acogidas con respeto y sensibilidad". ¿Cómo se dará eso?
-Eso lo dice el catecismo, no es nuevo de este Sínodo. Ahora pensar que la Iglesia va a dar una bendición a los matrimonios homosexuales está excluido totalmente.
-¿Por qué?
-Eso puede ser lo que sea, una unión civil, pero no tiene nada que ver con el matrimonio. El matrimonio es la unión entre el hombre y la mujer, según la Constitución.
-¿No se deben esperar cambios radicales en este tema?
-No los puede haber. No puedes decir que un círculo es un cuadrado. El matrimonio es el matrimonio, las uniones de parejas del mismo sexo son uniones.
-¿Conseguirán incorporar esos grupos que se sienten excluidos?
-El Sínodo promueve una atención pastoral llena de misericordia a esas personas en situación irregular. ¿Cuál será esa atención? Lo veremos el año que viene, porque en este no se entró en ningún detalle. JFA
-¿Qué evaluación que hace del Sínodo?
-Hubo una absoluta firmeza en cuanto a lo que es la doctrina sobre el matrimonio, el amor conyugal, la sexualidad, la procreación de los hijos. El gran error del mundo moderno es de exaltar la sexualidad como algo independiente de la familia, los hijos y de todos esos elementos. El Sínodo ha tratado muchos temas, algunos de tipo sociológico como la migración, la vivienda y la pobreza. Ahora en cuanto al tratamiento que se deba dar a las personas en un segundo matrimonio civil, luego de tener uno eclesiástico pues allí hay una corriente muy importante que busca hacerles ver que la Iglesia no los ha excluido, que están en situación irregular, pero que eso no implica que estén condenados. Hay una apertura para tratar de ayudarlos a encontrar a Dios.
-El documento final dice que las parejas del mismo sexo "deben ser acogidas con respeto y sensibilidad". ¿Cómo se dará eso?
-Eso lo dice el catecismo, no es nuevo de este Sínodo. Ahora pensar que la Iglesia va a dar una bendición a los matrimonios homosexuales está excluido totalmente.
-¿Por qué?
-Eso puede ser lo que sea, una unión civil, pero no tiene nada que ver con el matrimonio. El matrimonio es la unión entre el hombre y la mujer, según la Constitución.
-¿No se deben esperar cambios radicales en este tema?
-No los puede haber. No puedes decir que un círculo es un cuadrado. El matrimonio es el matrimonio, las uniones de parejas del mismo sexo son uniones.
-¿Conseguirán incorporar esos grupos que se sienten excluidos?
-El Sínodo promueve una atención pastoral llena de misericordia a esas personas en situación irregular. ¿Cuál será esa atención? Lo veremos el año que viene, porque en este no se entró en ningún detalle. JFA
No comments:
Post a Comment