Friday, October 17, 2014

Caldera cerró el ciclo de la imagen de los fundadores en el afiche electoral

En: http://konzapata.com/2014/10/caldera-cerro-el-ciclo-de-la-imagen-de-los-fundadores-en-el-afiche-electoral/

Por Johan Rodríguez Perozo @johanperozo.-

Si algún rostro registra claramente la iconografía de la propaganda electoral venezolana de manera recurrente, ese es el de Rafael Caldera. Con el bien ganado título de sempiterno candidato, tuvo el record de presentaciones a la aspiración presidencial. Caldera presentó su nombre como candidato a la Presidencia de la República en seis ocasiones. Las campañas electorales de 1947, 1958, 1963, 1968, 1983 y 1993, sirvieron de marco para la presencia de la imagen de este destacado líder político venezolano. De las seis ocasiones en las cuales compitió por el solio de Miraflores, Caldera ganó en dos elecciones, 1968 y 1993. Tal circunstancia, sin duda alguna, hizo posible que la imagen proyectada del sempiterno candidato, se convirtiera en una de las de mayor reconocimiento en la comunidad nacional.

La propaganda política en Venezuela, al igual que en otras latitudes, se lleva a cabo de manera profusa con ocasión de cada campaña electoral. Decenas de millares de afiches, pancartas, banderas, calcomanías, chapas y cualquier cantidad del llamado material POP, se convierte en marco ideal para la exhibición del rostro e imagen de los candidatos. Técnicamente, a mayor reconocimiento de la imagen y la personalidad del candidato, mayor ventaja con relación a la elaboración del tipo de propaganda de la cual se trate. En el caso de Rafael Caldera, cuya imagen sirve de apoyo al presente trabajo del Museo Electoral de konzapata.com, es de resaltar que se reseña una de las imágenes más promovida en el contexto de las campañas electorales en Venezuela.

La publicidad que sirve de apoyo a esta nota, recoge una de los tantos perfiles gráficos del candidato Caldera. Sin dejar de dar importancia a la campaña correspondiente, en el de Caldera pudiera ser cualquiera de las realizadas en cualquier momento. En todo caso, el aviso cumple con el rito de mostrar la imagen más difundida de candidato alguno. En todo caso la utilidad de la publicidad se relaciona más con la obligación de recordarle al elector que Caldera, una vez más, se encuentra en la prédica electoral solicitando el apoyo para una nueva incursión hacia Miraflores. El aviso publicitario en comento no puede ser más sencillo. A cualquier elector le resultará familiar el llamado a votar verde, dado el reconocimiento público según el cual, la existencia del partido COPEI junto a los símbolos que le caracterizan, lanza en posición vertical y color verde, forman parte del imaginario político y electoral, en la simbología electoral que ha inundado por años la cultura política de los venezolanos. Vota Verde, reza el cartel, con la imagen de Rafael Caldera al centro, con el sugerente slogan de Caldera Presidente. Aunque la opacidad del aviso dificulta la lectura con precisión de la fecha de publicación, pareciera obvio que diseño y formas del anuncio, se corresponden con la época de la campaña en la cual logró por primera vez el triunfo electoral. El semblante de madurez emanado del rostro exhibido en el aviso y la colocación del mismo tipo “cuadro de santo”, delatan el origen de la publicidad y el tiempo de exposición.

Seguramente la imagen de Caldera ha sido la de mayor exposición pública en el contexto político electoral venezolano. Tal afirmación se sustenta, en el reconocimiento de la certeza basada en la dimensión de la publicidad generada alrededor de su imagen. Seis campañas electorales del tipo de evento que se da en Venezuela, no es cualquier cosa. Tomando en consideración además, que a partir de las elecciones del año 1973, es cuando realmente comenzó en Venezuela la transformación de las campañas electorales. Sin embargo, la de Caldera el año 1968 contó con algunos elementos novedosos en la materia. Las que llevó a cabo en tiempos más modernos, tuvieron como base fundamental de sustentación la propaganda difundida a través de la televisión y otros medios masivos de comunicación. La referencia a la forma de colocación del rostro de Caldera en el afiche no resulta caprichosa. Recuérdese que alrededor de la figura de este líder, siempre se tejieron diversas consejas atribuidas a la cultura popular. Una de éstas es aquella según la cual, a Caldera se le rezaba y encendían velas en altares caseros, cual imagen de santo milagroso, dada la imagen cultivada por sus estrecha relación con la iglesia. Especialmente en la región de Los Andes, dichos populares en torno a tales hechos, formaron parte de la explotación de la imagen de Caldera como candidato.

La adusta imagen del líder socialcristiano, acompañada de la característica y enigmática sonrisa, ha estado expuesta al escrutinio del público por varias décadas. No en balde la impronta de Rafael Caldera, al igual que la de líderes de la trayectoria de Betancourt, Villalba y otros, aparece vinculada con el hecho democrático venezolano. Más allá de la figuración como Presidente de la República, se trata de una imagen de presencia permanente en el imaginario colectivo, incluso, de mayor prolongación que muchos de los líderes de su tiempo. De hecho, con la entrega del poder a Hugo Chávez el año 1998, prácticamente es a Caldera quien le corresponde cerrar el ciclo político más importante que haya vivido Venezuela en toda su historia republicana. Caldera y la imagen que le acompañó en el trayecto de su larga carrera política, representó en su momento, el cierre de la presencia en el poder, de la llamada generación fundadora de la Democracia.

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