Pastor Heydra
E N C
O N C
R E T O
1.- Ramírez
Torres: El peso de los militares en el gobierno de Maduro. Contradicciones y
conflictos con otras esferas de poder.
La salida “sorpresiva” del Ministerio de Relaciones
Interiores y Justicia Mayor General ®
Miguel Rodríguez Torres, y la posterior decapitación de la Directiva del CICPC,
liderada por el Comisario José Gregorio Sierralta, son el corolario del caso de
la masacre del Edificio“Manfredi” de “Quinta Crespo” donde murieron cinco
miembros de los colectivos armados revolucionarios pertenecientes a los
componentes “5 de marzo” y “Escudo de la Revolución”, a manos del grupo
especial BAE del CICPC.
El caso fue de mayor trascendencia que el de Robert
Serra, quien fungía de Comisionado presidencial para la paz y el desarme, pero
sobre el mismo solo hablaron familiares y allegados. Minutos antes de morir lo
había hecho José Odremán, quien había culpado de lo que les pasara al Ministro
Rodríguez Torres. Sus razones y conocimiento
tendría.
Los colectivos armados salieron a la palestra en
2001-2002, defendiendo al Presidente Hugo Chávez quien enfrentaba el desarrollo
de la Huelga Petrolera. La idea inicial fue de Freddy Bernal quien como Alcalde
de Libertador los coordinó, al igual que los Círculos Bolivarianos. Estos se
constituyeron en grupos “para militares” al estilo de las camisas pardas o
negras de los años 30 en Europa, los cuales fueron prohijados, protegidos y
financiados desde Miraflores. Chávez les otorgaba una atención particular. Dicen
que los cubanos también habrían contribuido a su organización y
entrenamiento.
Un sector militar, a pesar de ser apegado a Chávez, no
quiso nunca negociar su monopolio constitucional sobre las armas de la nación,
por lo que estos colectivos les eran incómodos y hasta “contranatura”; entre
ellos estarían Diosdado Cabello y Miguel Rodríguez Torres, quienes participaron
en el alzamiento fallido del 4F.
Es posible que esta haya sido una causal para que el
CICPC actuara, obviamente por órdenes de su Ministro de adscripción Miguel
Rodríguez Torres ¿Sabía Maduro de esta operación del Manfredir?. No ha debido
ser así, pues el silencio que se poderó de la cúpula gubernamental sobre la
masacre fue total. Freddy Bernal, Maduro, Diosdado, ni el mismo Rodríguez
Torres hablaron del asesinato de 5 miembros de Colectivos armados por parte del
BAE. Solo lo hizo el jefe del CICPC Comisario José Gregorio Sierralta, quien
los acusó de estar incursos en fechorías.
Era lógico pensar que la “papa caliente” no era el caso
Serra, con ribetes de hurto más que de hecho político, además el Diputado no
tenía entidad para ello; sino el de los colectivos “5M y Escudo de la
revolución”, y que la crisis dentro del gobierno estallaría por allí, ya que
ellos tienen suficiente poder de fuego y movilización como para parar Caracas y
hasta organizar un nuevo “Caracazo”.
De allí que la respuesta del gobierno se hizo esperar
ante la presión silente de los colectivos. Estos amenazaron con una
movilización que nunca realizaron, pero las negociaciones iban en paralelo
trayendo como consecuencia la salida del gobierno del Ministro Rodríguez Torres
y del jefe del CICPC, Comisario Sierralta.
¿En qué quedará esta situación?. La salida de Rodríguez
Torres provocó un enroque, en el cual Padrino López, de su mismo grupo, pasaba
a Defensa, mientras la Almirante Cármen Meléndez, vinculada a los Chávez desde
Barinas lo haria en Min-Interior.
Padrino es de la misma
tesis de Rodríguez Torres, de mantener el monopolio cerrado de las armas
para la FANB. Es posible que la Almirante Mélendez no lo sea tanto y sea más
permisiva con el poder civil. Pero lo cierto es que esos hechos de la muerte de
cinco colectivos a manos del BAE, provocaron unas fisuras que no están
cerradas, y que mantienen latente una escisión entre el mundo civil y el
militar que, el único que pudo mantenerla bajo control fue Hugo Chávez por su
doble condición civica-militar, y su indiscutido liderazgo
2.- Se agudizan
los conflictos internos del chavismo. Crece la “marea socialista”
El anuncio hecho por Nicmar Evans a nombre del Frente
Nacional “Hugo Chávez” y el grupo “Marea Socialista”, de que “el PSUV puede
dividirse, pero el chavismo no”, marca una nueva pauta en la crisis paulatina y
progresiva que viene abriéndose en el seno de ese movimiento político.
En el Frente Nacional “Hugo Chávez” y en la “Marea
Socialista” se agrupan el grueso de la escasa
intelectualidad de ese sector que nació a la sombra de la figura del
Presidente fallecido. Ellos utilizan como vocero principal el portal
“aporrea.org”, y sus críticas apuntan al
proceso de burocratización de su cúpula dirigente; la ausencia del ejercicio de
una democracia participativa; la exclusión de tendencias criticas; la
imposición inconsulta de decisiones de todo género; el aliento y el débil
combate a la corrupción; la necesidad de una auditoria ciudadana sobre fisuras
en el estado que han permitido un desfalco a la nación por parte de
transnacionales, sector bancario, y grandes empresas, con la participación,
cooperación o consentimiento de altos funcionarios gubernamentales.
La “Marea Socialista” se ha convertido en el punto de
encuentro de la disidencia y cuestionamiento a la cúpula dirigente del PSUV.
Vía La Hora / Que pasa Margarita
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