Los refugiados reconocen que el colectivo estaba armado
THABATA MOLINA , NATALIA MATAMOROS
| EL UNIVERSAL
jueves 9 de octubre de 2014 12:00 AM
Del colectivo "Escudo de la
Revolución" que operaba en los sótanos del Centro Manfredir, en la
esquina de Glorieta de Quinta Crespo, solo quedó un portón con agujeros
hechos por balas, un manchón de sangre y las múltiples anécdotas
contadas por los refugiados de la Torre La Oficina y los vecinos de
Quinta Crespo.
Después del operativo policial llevado a cabo por el Cicpc en Centro de Caracas en el que resultaron ultimados Carmelo Chávez, José Miguel Odreman Dávila, Michael Antonio Contreras Bernal, José Ángel Tovar Contreras y Jesús Rodríguez, las operaciones del grupo terminaron con la detención de una cantidad de personas aún no precisada por las autoridades.
"Todo el mundo sabía que ellos estaban armados, porque trabajaban para el Gobierno, pero no eran unos delincuentes como dijo la policía", comentó Xiomara Aguilera, habitante de la torre invadida, quien presenció lo ocurrido el martes.
El comisario Douglas Rico, subdirector del Cicpc declaró a un medio digital que el operativo inicial guardaba relación con el asesinato de una mujer y que los dos primeros fallecidos estarían implicados en este homicidio.
Pese a que en la entrada de la sede del grupo decía claramente que allí funcionaba un colectivo, la tarde del martes el director del Cicpc, comisario José Gregorio Sierralta aseguró que se trataba de una banda delictiva.
Posterior a ese primer hecho, fueron tomados como rehenes tres funcionarios de la División de Aprehensiones de la policía científica, de acuerdo con la versión del Cicpc y del Ministerio Público y fue después que resultaron abatidos los otros tres integrantes del colectivo.
En el lugar, el Cicpc colectó 44 conchas de balas calibre 9mm, una bomba lacrimógena, un distintivo del Cicpc a nombre de Frank González, una chaqueta del Ejército venezolano y otra que decía "Asociación Bolivariana de Escoltas".
Al final del martes, en la sede del Cicpc de la avenida Urdaneta se efectuó una reunión entre la directiva, los jefes de las divisiones y subdelegaciones para hablar sobre lo ocurrido en Quinta Crespo.
Tensión y zozobra
Las adyacencias de la morgue de Bello Monte amanecieron custodiadas por funcionarios de la Policía Nacional pertrechados con sus equipos antimotines, ante las amenazas de ataques contra las dependencias del Cicpc.
Al frente del edificio también había 18 efectivos de la PNB resguardando la zona y durante todo el día en varios puntos estratégicos de Caracas fueron desplegados contingentes de la Guardia Nacional.
Los familiares de los fallecidos que esperaban la entrega de los cadáveres desmintieron las declaraciones de Sierralta.
Isidra Riera, madre de Jesús Rodríguez, dijo que su hijo fue reservista, escolta concejal Eliézer Otaiza y del general Lucas Rincón.
"Desde hace varios meses él vivía en el edificio Manfredir porque no tenía casa. Él le dijo a su esposa que se resguardara y se lo llevaron. Al cabo de unas horas me enteré que estaba en el hospital Pérez Carreño y tenía varios disparos", dijo.
Migdelia Bernal, madre de Michael Contreras, dijo que él era Segundo Comandante del Frente 5 de Marzo que agrupa a 100 grupos colectivos. "Me lo mataron por revolucionario. El creía en una revolución honesta, pero decía que había mucha corrupción. Cómo lo van a tildar de delincuente si él estaba haciendo cursos en el Sebin", expresó Bernal.
"Voy a limpiar la reputación de mi hermano. El no era ningún maleante", dijo Yamileth Dávila, hermana de José Odreman, quien fue abatido hora y media después de haber declarado a los medios de comunicación.
La policía se buscó un problema con el gobierno
En: http://www.eluniversal.com/caracas/141009/la-policia-se-busco-un-problema-con-el-gobierno
"Estoy sorprendida de la actuación del Cicpc y voy a pelear en la Fiscalía para que este caso se esclarezca", dijo la hermana de Odreman.
Después del operativo policial llevado a cabo por el Cicpc en Centro de Caracas en el que resultaron ultimados Carmelo Chávez, José Miguel Odreman Dávila, Michael Antonio Contreras Bernal, José Ángel Tovar Contreras y Jesús Rodríguez, las operaciones del grupo terminaron con la detención de una cantidad de personas aún no precisada por las autoridades.
"Todo el mundo sabía que ellos estaban armados, porque trabajaban para el Gobierno, pero no eran unos delincuentes como dijo la policía", comentó Xiomara Aguilera, habitante de la torre invadida, quien presenció lo ocurrido el martes.
El comisario Douglas Rico, subdirector del Cicpc declaró a un medio digital que el operativo inicial guardaba relación con el asesinato de una mujer y que los dos primeros fallecidos estarían implicados en este homicidio.
Pese a que en la entrada de la sede del grupo decía claramente que allí funcionaba un colectivo, la tarde del martes el director del Cicpc, comisario José Gregorio Sierralta aseguró que se trataba de una banda delictiva.
Posterior a ese primer hecho, fueron tomados como rehenes tres funcionarios de la División de Aprehensiones de la policía científica, de acuerdo con la versión del Cicpc y del Ministerio Público y fue después que resultaron abatidos los otros tres integrantes del colectivo.
En el lugar, el Cicpc colectó 44 conchas de balas calibre 9mm, una bomba lacrimógena, un distintivo del Cicpc a nombre de Frank González, una chaqueta del Ejército venezolano y otra que decía "Asociación Bolivariana de Escoltas".
Al final del martes, en la sede del Cicpc de la avenida Urdaneta se efectuó una reunión entre la directiva, los jefes de las divisiones y subdelegaciones para hablar sobre lo ocurrido en Quinta Crespo.
Tensión y zozobra
Las adyacencias de la morgue de Bello Monte amanecieron custodiadas por funcionarios de la Policía Nacional pertrechados con sus equipos antimotines, ante las amenazas de ataques contra las dependencias del Cicpc.
Al frente del edificio también había 18 efectivos de la PNB resguardando la zona y durante todo el día en varios puntos estratégicos de Caracas fueron desplegados contingentes de la Guardia Nacional.
Los familiares de los fallecidos que esperaban la entrega de los cadáveres desmintieron las declaraciones de Sierralta.
Isidra Riera, madre de Jesús Rodríguez, dijo que su hijo fue reservista, escolta concejal Eliézer Otaiza y del general Lucas Rincón.
"Desde hace varios meses él vivía en el edificio Manfredir porque no tenía casa. Él le dijo a su esposa que se resguardara y se lo llevaron. Al cabo de unas horas me enteré que estaba en el hospital Pérez Carreño y tenía varios disparos", dijo.
Migdelia Bernal, madre de Michael Contreras, dijo que él era Segundo Comandante del Frente 5 de Marzo que agrupa a 100 grupos colectivos. "Me lo mataron por revolucionario. El creía en una revolución honesta, pero decía que había mucha corrupción. Cómo lo van a tildar de delincuente si él estaba haciendo cursos en el Sebin", expresó Bernal.
"Voy a limpiar la reputación de mi hermano. El no era ningún maleante", dijo Yamileth Dávila, hermana de José Odreman, quien fue abatido hora y media después de haber declarado a los medios de comunicación.
La policía se buscó un problema con el gobierno
En: http://www.eluniversal.com/caracas/141009/la-policia-se-busco-un-problema-con-el-gobierno
Los habitantes dicen que el Colectivo Escudo de la Revolución llegó a esa invasión en Quinta Crespo hace un año y corrieron del lugar a la banda de "Los Guaros".
EL UNIVERSAL
jueves 9 de octubre de 2014 12:00 AM
Los habitantes de la Torre
Oficina del Centro Manfredir institucionalizan la actuación de los
colectivos como una alternativa para poner orden a su manera de vivir.
Ayer todos aseguraban que lo ocurrido el martes en Quinta Crespo obedecía a un procedimiento policial irregular.
"La policía se buscó un problema con el Gobierno, porque los colectivos trabajan para ellos. El Cicpc llegó y destrozó cubículos, amenazó a la gente y se llevó a esos hombres y después aparecieron muertos, cuando fueron los colectivos quienes pusieron orden en el edificio", comentó Ruth Flores, habitante de la invasión.
Los habitantes dicen que el Colectivo Escudo de la Revolución llegó a esa invasión hace un año y corrieron del lugar a la banda de "Los Guaros".
Cobraban 400 bolívares mensuales a las 200 familias que viven en la torre por concepto de seguridad y mantenimiento. En el área tenían por lo menos tres cámaras de seguridad y su base de acción era el estacionamiento de los edificios.
"Ellos no vivían aquí, pero todas las noches se quedaba uno haciendo guardia, porque no podían dejar eso solo", dijo otra de las vecinas.
Ayer todos aseguraban que lo ocurrido el martes en Quinta Crespo obedecía a un procedimiento policial irregular.
"La policía se buscó un problema con el Gobierno, porque los colectivos trabajan para ellos. El Cicpc llegó y destrozó cubículos, amenazó a la gente y se llevó a esos hombres y después aparecieron muertos, cuando fueron los colectivos quienes pusieron orden en el edificio", comentó Ruth Flores, habitante de la invasión.
Los habitantes dicen que el Colectivo Escudo de la Revolución llegó a esa invasión hace un año y corrieron del lugar a la banda de "Los Guaros".
Cobraban 400 bolívares mensuales a las 200 familias que viven en la torre por concepto de seguridad y mantenimiento. En el área tenían por lo menos tres cámaras de seguridad y su base de acción era el estacionamiento de los edificios.
"Ellos no vivían aquí, pero todas las noches se quedaba uno haciendo guardia, porque no podían dejar eso solo", dijo otra de las vecinas.
"Estoy sorprendida de la actuación del Cicpc y voy a pelear en la Fiscalía para que este caso se esclarezca", dijo la hermana de Odreman.
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