Saturday, October 18, 2014

La traición de los compadres

En: http://www.eluniversal.com/opinion/141018/la-traicion-de-los-compadres

OSCAR ARNAL |  EL UNIVERSAL
sábado 18 de octubre de 2014  12:00 AM

La entrega de Miranda por Bolívar a los españoles ha generado variadas interpretaciones. El Libertador siempre fue el más grande admirador del Precursor. Muy joven fue enviado en misión diplomática a Londres a buscar apoyo, le habían recomendado no visitarlo, pero fue lo que hizo. Cuando Miranda volvió a raíz de los sucesos de 1810, Bolívar lo hospedó largo tiempo en su residencia. Los realistas no respetaron los términos de la capitulación pactada con Miranda, atropellando a los patriotas. En medio de la confusión, Bolívar estuvo entre los que apresaron a Miranda, antes de que saliera del país, poniéndolo en las manos de Monteverde. Historiadores afirman que a cambio recibió el pasaporte que le permitió salir a Curazao.

Desde muy temprano Páez se subordinó a Bolívar. A pesar de su inmensa influencia entre los llaneros, no fue de los que como Piar o Mariño cuestionaron el liderazgo del Padre de la Patria. El Libertador después de Carabobo y cuando se dirigió a la campaña del Sur, lo encargó de Venezuela. Páez hombre de confianza, terminó encabezando la separación con la Gran Colombia. Otra paradoja, Vargas a quien Bolívar nombra su albacea y quien preparó más tarde sus restos, está entre quienes apoyan al centauro en el momento más aciago para la unión.

Páez consintió que el segundo mejor lancero de la independencia, su compañero José Tadeo Monagas, tomara la presidencia, luego del periodo llamado de la oligarquía conservadora donde se alternó con Soublettte. Terminó el catire Páez preso en un "tigrito" y expulsado del país. Volvió en los estertores de la Guerra Federal, para gobernar casi 2 años, firmar el Tratado de Coche y salir de nuevo al exilio. El propio José Tadeo Monagas anciano regresó con la "Revolución Azul", apoyado por aquellos que lo habían depuesto. Décadas antes, la unión de los hermanos Monagas logró que ambos se turnaran en el poder, hasta que José Tadeo, violando la alternancia, decidió perpetuarse cuando le tocaba otra vez a José Gregorio.

El general Linares Alcántara le pidió a Guzmán, en reiteradas oportunidades, que no lo dejara encargado de la presidencia, ante su inminente salida a París y la insistencia de quien culminaba el septenio. Linares lo acompañó al puerto a tomar el barco y una vez que la nave estuvo lejos, uno de los presentes refirió que Linares expresó: "Si se devuelve lo fusilo". El que murió de sopetón y cuando era claro que pretendía oponerse al regreso de Guzmán fue Linares, y hay versiones que dicen que los guzmancistas lo envenenaron.

Al morir Antonio Leocadio Guzmán, el presidente Crespo decretó las pompas fúnebres y el entierro en el "Panteón". Su hijo Guzmán Blanco, quien se encontraba en París, ni siquiera se presentó a rendir homenaje póstumo al también padre del Partido Liberal. Guzmán Blanco retornó para un último mandato. Antes de marcharse por última vez le dijo a su esposa: "Ana Teresa, nos vamos porque las gallinas están cantando como gallos".

Entre las más conocidas anécdotas, la de Castro y Gómez. El presidente a quien llamaban "el salvador", le dio el título del "salvador del salvador" a Gómez, lo hizo vicepresidente y lo dejo encargado cuando se fue a operar en Alemania. Más nunca Castro pudo volver, y narra Ramón J. Velásquez que "el tirano liberal" había derramado unas "lágrimas de cocodrilo" ante su partida. Gómez llegó al extremo de expulsar a su hijo del poder cuando se enteró que conspiraba desde la vicepresidencia. Se mantuvo en el exilio mientras vivió su padre.

López Contreras sucedió a Gómez e impuso a Medina como presidente al finalizar su mandato. Cuando el que había gobernado bajo la premisa de "calma y cordura" esperaba retornar al poder, Medina se convirtió en uno de sus opositores. Al estallar la "Revolución de Octubre", un día como hoy, creyeron que López había desatado la asonada.

Carlos Andrés Pérez salió de Miraflores a la cárcel, al votar su partido en el Congreso el antejuicio de méritos en su contra. De la generación fundadora, el propio Alfaro fue sacrificado en el apoyo a Salas Römer. En Copei era muy difícil imaginar que Eduardo Fernández y Oswaldo Álvarez, los discípulos del fundador de la Democracia Cristiana, iban a enfrentarlo algún día por la candidatura presidencial.

En definitiva, pareciera que en política el refrán que dice "no hay peor cuña que la del mismo palo" viene a colación. Durante el golpe en Chile, Salvador Allende, quien no localizaba a Pinochet, afirmó "Augusto ya debe estar muerto". Sin embargo fue el protagonista y quien estuvo planeando todo con antelación.

El heredero político de Chávez en vez de estar acusando a la Alternativa Democrática, debería ponerle los ojos a los que desde adentro quieren derrocarlo. La ambición no tiene límites.

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