Por
Danny Leguízamo @DannyLeguizamo.- Abril de 2015. Cumbre de las
Américas. Raúl Castro y Barack Obama se dan un apretón de manos. Lo
inimaginable entre Cuba y Estados Unidos. Son más de 50 años. La
dictadura cubana utilizó el embargo económico para justificar el fracaso
de sus políticas económicas y hoy la medida ha llegado a su fin. Es la
“rendición”, es la “capitulación” de la revolución cubana, han dicho
algunos analistas.El objetivo ulterior “no es la conquista de la democracia, porque Estados Unidos tiene relaciones con países que no son democráticos y eso a ellos no les interesa”, manifiesta Leopoldo Pucchi.
Por su parte, Leopoldo Martinez Nucete lo había advertido en su artículo del 19 de octubre publicado en El Nacional: “Hay consensos bipartidistas imaginables en torno al concepto de que una apertura económica hacia Cuba puede promover un cambio positivo a la interno de la isla”. Y llegó la hora de retirar el embargo. Un embargo que en Cuba lo denominan “bloqueo” y que aderezó innumerables arengas contra el “imperio” en varios países, incluyendo desde luego a Venezuela.
Pero lo cierto es que el fin del embargo, en la práctica, llegó, e incluye diez medidas importantes según recogen los diarios de todo el mundo: flexibilizar restricciones de viaje, envío de remesas a Cuba desde Estados Unidos, ventas y exportaciones comerciales de bienes y servicios, autorización para la importación de bienes desde Cuba, facilitación de transacciones financieras, apertura a Internet y equipos de comunicaciones, negociaciones sobre la frontera marítima del Golfo de México, revisión de Cuba como país patrocinador del terrorismo, y desde luego, la participación de Barack Obama en la Cumbre de las Américas 2015, donde estará cara a cara con Raúl Castro.
Hay radicales de un sector y de otro. Gente que jamás ha querido un acercamiento entre ambas naciones. Ocurre en muchos países. Debe servir de modelo a Venezuela, por ejemplo. Según manifiesta Leopoldo Pucchi, se opusieron abiertamente “el gobernador de Florida, la comisión de política exterior del congreso y Álvaro Uribe”. Pero lo cierto es que la decisión por donde se mire, fue “política con P mayúscula”, como lo expresa Henry Ramos Allup, secretario general nacional de AD. Yoani Sánchez, conocida opositora al régimen de los Castro, manifestó que es “una era termina y espero que esta nueva que comienza sea la del protagonismo de la sociedad civil”.
El Granma, órgano “oficial” del Partido Comunista Cubano, llenó sus páginas con noticias y opiniones al respecto. Desde “debemos aprender el arte de convivir” (declaración de Raúl Castro), hasta un “abordaremos las diferencias directamente en los aspectos que no coincidimos” (de Obama). No es tan fácil leer en el Granma una declaración favorable a un gobierno estadounidense, y en esta oportunidad ocurrió. Los efectos secundarios de la medida comienzan a verse.
También
el Nuevo Herald de Miami reseña que existe un escepticismo en la
oposición radicada en Estados Unidos y otras organizaciones del
legendario exilio cubano. En Venezuela, Nicolás Maduro, reconoció “el
gesto de valentía” de Obama. Esas palabras también eran inimaginables en
un gobernante cuyas arengas contra el “imperio” ocupan de manera
permanente sus discursos y, como en Cuba, son la justificación a muchos
de los fracasos de su gestión.El diálogo ha funcionado. A Cuba le interesa y a Estados Unidos también. Se trata de una relación bilateral que puede traer beneficios a ambas naciones desde el punto de vista económico. Cuba no la está pasando nada bien, la caída de los precios del petróleo en Venezuela –su principal benefactor- probablemente le dio “un empujoncito” a la decisión de Castro. Es una apertura que a largo plazo puede llevar a la conformación de un sistema democrático en la isla, aunque todavía luce lejano. Pero es un paso. De aquella frase “es la economía, estúpido”, ha pasado mucho tiempo y sigue vigente. Por alguna razón Castro aceptó dialogar y no fue precisamente por un gesto democrático. Si algo no abunda en Cuba es precisamente eso, democracia.
De un lado y de otro, reconocen algún fracaso. El presidente de Estados Unidos admitió públicamente que el embargo no sirvió para nada y que es una medida “obsoleta”. Por el otro, el gobierno cubano –que no reconoce ni admite ninguna derrota o error- al celebrar la medida, reconoce también de manera implícita que no sirvieron sus políticas económicas. Que la apertura es necesaria. Se abren hacia una nueva vía. Siguen lejos de las libertades, pero han dado un paso importantísimo. Paso que sirve de ejemplo para mucho y para todos, incluyendo a Venezuela.
Obama, como afirmó ayer Pedro Benitez, tomó una decisión que la historia le va a reconocer. No pensó en las elecciones, miró a largo plazo. Entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos triunfó la sensatez.
No comments:
Post a Comment