Por
Elizabeth Fuentes.- De las muchas intervenciones del Presidente Hugo
Chávez agrediendo a varios obispos y cardenales venezolanos, destaca una
en la Asamblea Nacional donde aseguraba que el Diablo se les había
metido en la sotana: “el diablo no respeta ni sotanas , se les mete por
debajo de la sotana a estos cardenales. Que saque el Cardenal sus armas
trogloditas (se refería al Cardenal Jose Ignacio Velasco)… Ellos se
dicen embajadores de Cristo, perro si Cristo estuviera presente, los
sacaría a latigazos”.Mientras todos los asistentes le reían y aplaudían la gracia, incluyendo al presidente de Ecuador, Rafael Correa, al rostro impertérrito del Nuncio Apostólico, Cardenal Pietro Parolin, no se le movía un músculo y, de vez en cuando, bajaba la mirada como si buscara evadirse de aquella situación tan humillante e irrespetuosa.
El año 2009, apenas recibió su cargo como Nuncio en Venezuela, Hugo Chávez le pidió que le realizara un exorcismo a la sede de la Nunciatura y le aclaró que “la revolución bolivariana estaba dispuesta a tener buenas relaciones con el Vaticano, pero no se quedará callado ante las críticas de la jerarquía católica venezolana…”Créame que hacemos votos por las buenas relaciones con el Vaticano”, pero “no estamos dispuestos a callar ante la arremetida de un grupo de obispos que está sometido a la bastarda burguesía venezolana”
Hoy muchos señalan al Cardenal Pietro Parolín como el As que tenía bajo la manga el Papa Francisco para negociar los asuntos entre Cuba y Estados Unidos, tanto por sus conocimientos en la diplomacia como por sus difíciles años en la Venezuela “socialista”. Y cabe suponer que acercar ambos gobiernos es, lo quieran reconocer o no en Miraflores, un fuerte golpe para el chavismo, descolocado ideológicamente frente a esta nueva realidad. Su mentor, su principal aliado, el padre de la criatura socialista, ha comenzado el camino de regreso con la derrota entre las piernas gracias, entre otros, a la mano de Dios en la tierra.
A diferencia de Rafael Ramírez, el Cardenal Pietro Paolini no es un improvisado. Cuando estuvo en Venezuela, desde el 2009 hasta el 2013, ya contaba con varios aciertos diplomáticos en su haber. En su juventud estudió derecho canónico y diplomacia (habla cuatro idiomas) y se integró a la diplomacia del Vaticano en 1986 a los 31 años, cuando prestó servicio en Nigeria -donde trabajó en las relaciones entre cristianos y musulmanes- y luego en México, donde contribuyó al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ese país y El Vaticano, en 1992.
En 2002 fue nombrado por el papa Juan Pablo II subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados ocupándose en particular de los asuntos de Vietnam y China. Y en 2007, tras el encuentro histórico entre Benedicto XVI y el primer ministro vietnamita, Nguyen Tan Dung, Parolin fue el encargado de hacer el seguimiento para el reconocimiento de la religión católica en ese país. Para 2009, fue enviado a Venezuela con miras a mejorar las relaciones con el cada vez más agresivo Hugo Chávez:
“Un grupo de obispos me acusaron con el Papa. ¡Ay que Chavez se porta mal…¡ Vayan a confesarse ustedes mismos. Espero que el Papa sepa la verdad de lo que aquí esta pasando. Lo que dan es lástima… uno de ellos decáa que yo quería imponer el comunismo tipo cubano…eso es mentira… Que el diablo los reciba, ustedes son el propio demonio, defensores de los más podridos intereses. Son unos verdaderos vagabundos, del Cardenal para abajo. Que ni trabajan…”, arremetió Chávez en uno de los programas de La Hojilla, flanqueado por Mario Silva quien le secundaba en los insultos.
Cuando lo nombraron Secretario de Estado del Vaticano, Monseñor Ovidio Pérez Morales le dijo a BBC Mundo, en relación a su paso por Venezuela: “No fueron los mejores tiempos por la naturaleza de los órganos del Estado, pero él se supo mantener a su altura, con mucha discreción y dignidad, aunque al mismo tiempo con una posición bastante clara”.
“Como representante de la Santa Sede, Parolin mantuvo su posición dentro de lo que le corresponde, pero el gobierno tenía marginada a la Nunciatura en cuanto a contacto regular. Fueron relaciones tensas, sin mayor cercanía, aunque la Iglesia ha mantenido siempre los puentes abiertos”.
Hoy está encargado de mejorar las relaciones entre los gobiernos de China e Israel con la Iglesia Católica y, en Venezuela, forma parte de la Mesa de Diálogo entre el gobierno y la oposición.
Cabe suponer, que desde ayer , se debe sentir muy satisfecho porque, como dicen, la venganza es un plato que se come frío. Aunque los católicos prefieren decir que, ante las agresiones, se debe poner la otra mejilla…
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