José Rafael Revenga
Pocas decisiones, o ausencia de ellas, pueden marcar el rumbo de la
economía global y la fortuna de países netamente consumidores o netamente
exportadores –a menudo con intereses contrapuestos– de petróleo crudo como las
acordadas en la reunión ordinaria de la OPEP el pasado jueves 27/11 en
Viena.
Los 12 miembros de la organización decidieron no decidir en relación a
una rebaja del suministro del crudo al mercado mundial. El único punto aprobado
fue volver a reunirse en Junio y mientras tanto monitorear la fluctuación de
los precios.
No obstante, la decisión de no reducir las cuotas de producción
nacionales, vigentes desde 2008, en el mejor de los casos, hubiera resultado
estéril dado que versa sobre solo uno de cada tres barriles que entran en el
libre juego de oferta/demanda a escala del tablero mundial.
En la dinámica actual, la reducción del suministro puede ser
insuficiente frente a la magnitud de la irrupción de nuevos flujos de crudo
empeñados en acrecentar su cuota de mercado.
Las primeras estimaciones propusieron un recorte de 1 millón b/d para
equilibrar la oferta/demanda a nivel de 90 dólares por barril. Días después, se
empezó a manejar una magnitud más realista: 2 millones b/d lo cual alejo definitivamente
la posibilidad de un acuerdo dado que implicaría, entre otras razones una
reducción de más de 1 millón b/d por parte de Arabia Saudita, los
Emiratos, Kuwait y Qatar. Una medida inaceptable para las naciones afectadas.
Por último, no hay garantía que los propios miembros de la OPEP hubieran
acatado lo que ellos mismos hubieran resuelto. En octubre pasado, el total
producido por los miembros de OPEP superó en casi 1 millón de b/d el
techo máximo prefijado de 30 millones de b/d. La indisciplina se ha mantenido a
lo largo de los últimos cinco meses.
El martes 25/11 hubo una reunión impromptu entre ministros de
Rusia, Arabia Saudita, Venezuela y México. El resultado: no hubo humo blanco en
cuanto a un criterio de reducción del suministro para presentarla a la reunión
formal convocada para el jueves 27/11.
El canciller de Venezuela resumió el desenlace en la siguiente forma:
“Discutimos la situación en el mercado, compartimos nuestros puntos de
vista, necesitamos mantenernos en contacto y acordamos reunirnos de nuevo en
tres meses”.
El ministro de petróleo de Irán, Bijan Namdar Zanganeh, informó:
“Bajo ninguna circunstancia Irán procederá a disminuir su porcentaje del
mercado global ni por un barril”.
A distancia, parecería que el criterio imperante a escondidas es:
“Dejemos que los precios bajen, eventualmente ellos obligarán a los
inversionistas en nuevas tecnologías a reducir, postergar o cancelar sus
proyectos”.
La sorpresa que no ha debido ser tal
La caída, mejor dicho el desplome, de los precios del crudo era un
proceso anunciado pero los principales actores y tomadores de decisión hicieron
caso omiso de numerosas señales anticipatorias de un profundo desequilibrio
naciente.
The Economist difundió en agosto de 2013, doce meses antes del
inicio del tobogán de los precios, un amplio reportaje titulado Thefuture
of oil: Yesterday´s fuel .
El escrito se centra sobre el alcance de la innovación en la tecnología
de extracción que multiplica los yacimientos accesibles dotados de gigantescos
depósitos de petróleo y gas.
La importancia geopolítica es que yacen, casi en su totalidad, fuera del
territorio de las naciones miembros de la OPEP.
El documento también describe otra realidad emergente: la demanda
mundial está por alcanzar un “pico” principalmente debido a un débil
crecimiento durante las próximas décadas y a un impactante y continuo avance en
la eficiencia energética.
Una primera decisión colectiva por parte OPEP hubiera podido ser
eliminar el millón de b/d excedente de los canales de suministro con lo cual
hubiera dado una señal a los mercados de su capacidad para imponer de nuevo la
disciplina necesaria sin, en efecto, modificar formalmente su techo de
producción. Los países más visiblemente indisciplinados son Libia e Irak.
No son los únicos.
La opep informa
El más reciente Monthly Oil Market Report de la OPEP
(12/11/14) alerta que el valor de la “cesta OPEP” perdió 10,92 dólares en el
mes de octubre pasado en relación a la cifra correspondiente a la del
septiembre previo. Eso se traduce en la evaporación de 330 millones de dólares
diarios o sea unos 10.000 millones de dólares mensuales que afectan
directamente las cuentas fiscales de los países afectados.
Esa enorme erosión de los ingresos en divisas extranjeras representa
solo la consecuencia de la caída entre esos dos meses. De no poder detener la
caída, y si esta prevalece durante algún tiempo, es fácil describir los
profundos desajustes en la socio-economía de las naciones más vulnerables.
Es comprensible que en las redes sociales y en las plataformas
comunicacionales de todo tipo se halla desatado un frenesí de especulaciones,
conjeturas, y presiones en base a desinformaciones interesadas con el afán de
incidir en el posicionamiento de los actores del complejísimo y variante mundo
petrolero dentro y fuera de la OPEP.
Los presagios de todo tipo
“Los precios pudieran venirse abajo a 60 dólares/barril si OPEP no
acuerda un corte significativo de su producción”.
Goldman Sachs predijo en octubre que el marcador WTI podía caer hasta 70
dólares el barril. Ahora afirma que puede caer aún más bajo.
Un megafondo de inversiones en “commodities” informa que el crudo puede
llegar a valer hasta 60 dólares/barril.
Otro vocero declara:
“Si no hay una reducción de la cuota, el mercado enjuiciaría la
credibilidad de la organización y su influencia en los mercados globales”.
El ex ministro de Petróleo de Qatar, Abdullah Bin Hamad Al Attiyah,
afirma:
“OPEP no puede equilibrar el mercado por sí sola. Esta vez, Rusia,
Noruega y México deben sentarse en la mesa. OPEP puede proceder a un corte de
la producción, pero ¿qué pasara si el suministro no-OPEP continua creciendo?
¿Entonces, cómo responderá el mercado?
Un vocero de Barclays reconoció el clima imperante antes de la crucial
reunión del jueves 27/11:
“Si la OPEP no recorta la producción para sostener los precios,
¿quién lo hará?”.
A su vez, Goldman Sachs:
“La OPEP ya no actúa como el productor de referencia del mercado y la
oferta de petróleo de esquisto de Estados Unidos está llamada a ocupar ese
lugar”.
El ministro de Energía ruso, Aleksand Novak en Rossia 24:
“Las posibilidades de llegar a un acuerdo en la reunión son escasas. La
situación es bastante difícil. Mucho dependerá de la posición de Arabia
Saudita.
En cuanto a Irán, su volumen de exportación se ha visto reducido a la
mitad debido a las sanciones vigentes aplicadas por el grupo de las seis
naciones negociadoras de las restricciones a su capacidad de energía nuclear.
La reunión prevista para el lunes 24/11 no llega a una solución y es
aplazada hasta julio del 2015. Durante ese periodo Irán se limitará a contar
con solo 1,5 millones de b/d de exportación los cuales con los actuales precios
deprimidos son claramente insuficientes para mantener el ritmo de gastos
fiscales.
El caso Venezuela es más complejo debido a que el canciller Ramírez ha
expresado públicamente que OPEP debería contar con un precio de 100
dólares/barril, lo cual parecería una meta irreal en las circunstancias
actuales.
Para lograrla se requeriría un recorte muy superior a los 2 millones de b/d
por parte de los miembros de OPEP el cual tendría que ser asumido casi
totalmente por los grandes exportadores del golfo lo cual parece poco probable
debido al temor justificado de una erosión de la penetración en los mercados
actuales.
La postura de Venezuela se explica por la necesidad de enfrentar durante
los próximos tres años importantes cancelaciones de sus obligaciones
financieras externas.
Rusia se encuentra profundamente afectada ya que el nivel actual de los
precios del crudo representa una caída de unos 100.000 millones de dólares en
sus ingresos externos. El ministro de Finanzas, Anton Siluanov, añadió, en un
foro celebrado en Moscú el lunes 24/11, que el impacto negativo de las
sanciones internacionales impuestas debido a la política del presidente Putin
en relación con Ucrania restan otros 40.000 millones de dólares en el ingreso
anual de divisas.
Escenario base sin sorpresas para 2015
El "caso Venezuela”: estabilidad en un piso 20 dólares por barril
menos que 2014
El precio del marcador Brent para el petróleo crudo debería girar
alrededor de 83 dólares como promedio para 2015. Este nivel es marcadamente
inferior al correspondiente promedio de octubre del 2014 el cual registro
87 dólares por barril. O sea, se prevé la consolidación de una tendencia
sostenida hacia la baja.
A su vez, el marcador WTI, más directamente relacionado con el
precio de la cesta venezolana, debería promediar alrededor de 78 dólares por
barril durante 2015. En comparación con el promedio estimado de 80 dóalres.
De realizarse ambos pronósticos, el promedio para el crudo venezolano en
2015 no superaría el nivel de los 75 dólares por barril.
Productores no-OPEP aumentan su
producción
Cálculos profesionales indican un aumento de 0,9 millones b/d para el
año próximo, 1 millón de b/d menos que el incremento durante 2014. Esto
colocaría la producción total de dichas naciones en un nivel de 57 millones
b/d.
La producción total de crudo –no incluye condensados y líquidos– de
Estados Unidos alcanzó 8,9 millones de b/d en el mes de octubre presente. Para
2015 se estima que el promedio llegue a 9,4 millones b/d. Esto representa un
salto apreciable de 500.000 b/d.
Obviamente la mayor parte de dicho volumen total se destina a cubrir el
déficit de la demanda doméstica. El incremento de la producción ha desplazado
unos 1.400.000 b/d de crudo importado cuyo volumen ha descendido de 8,9
millones b/d en 2011 a 7,5 millones b/d durante agosto del 2014.
Además, Estados Unidos –como exportador– debe colocar algo más de
500.000 b/d de crudo en el mercado internacional durante el 2015.
Decrece el consumo
Los países europeos miembros de la OCDE, a igual que Japón y los
Estados Unidos, no aumentarán su consumo de crudo durante 2015. Más aún, se
anticipa un decrecimiento marginal.
China recortó la semana antepasada, de manera inesperada y por primera
vez desde julio 2012, la tasa de interés referencial para préstamos a un año,
en 0,4% para colocarla en 5,6%. La tasa para depósitos de un año disminuyó en
0,25%. Representa una medida de estímulo para frenar la tendencia hacia un
menor crecimiento económico, el más bajo desde 1990.
La medida impactó favorablemente el mercado a futuro del petróleo pero
solo de manera marginal. Para 2015 China registra un aumento significativo del
consumo equivalente a un promedio anual de 360.000 b/d.
A escala global, la Agencia de Información de la Energía calcula un alza
en la demanda de 1,1 millones b/d en comparación con 0,9 millones b/d en 2014.
En otras palabras, la tasa de crecimiento de la demanda permanece, de hecho,
estática.
El consumo total mundial de petróleo crudo puede alcanzar los 92,38
millones de b/d en comparación con el correspondiente al 2014 de 91,9 millones
b/d. Habría que añadir los NGL (líquidos de gas natural) y los líquidos
no-convencionales cuya demanda alcanzaría el promedio de 6,03 millones b/d
durante 2015 versus 5,83 millones b/d en 2014.
Consideración final
Hay que encarar una nueva realidad la cual de manera acelerada
trastocará las relaciones entre los principales protagonistas del tablero
mundial del petróleo.
Algunas naciones prevalecerán gracias a sus economías diversificadas,
otras tendrán éxito como monodependientes del producto de exportación y otras
afrontarán todo tipo de dificultades incluyendo la pérdida de mercados, el
atraso tecnológico y la insuficiencia de capitales de inversión. Estas últimas
quedarán relegadas a ser exportadores de segunda clase.
Vía El Nacional
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