En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/02/el-riesgo-de-apostar-unicamente-a-las-parlamentarias-por-virginiazamora/
Virginia Zamora
Algunos factores, sobre todo los cercanos al régimen que hoy acaba
con Venezuela, han tratado de confrontar las diferentes propuestas que
desde la oposición se han planteado como mecanismos para generar un
cambio en Venezuela.
Hay quienes creen en concentrar esfuerzos para ganar la mayoría de
curules en una eventual elección a la Asamblea Nacional en 2015 y desde
allí impulsar los cambios que se requieran –digo eventual porque a la
fecha aun no se conoce con precisión el día en que se celebrarían estas
parlamentarias–. Otros se mantienen desde hace algunos meses organizando
Congresos Ciudadanos en todo el territorio nacional, discutiendo los
principales problemas del país y consensuando posibles soluciones. Y
existe un tercer esfuerzo que contempla recolectar el 15% del Registro
Electoral para convocar así una Asamblea Nacional Constituyente y a
través de ella generar cambios para derrotar a todo un sistema que hoy
acorrala a Venezuela.
Ninguna se contradice, al contrario, son propuestas que se
complementan entre si. La Asamblea Nacional es una fecha ineludible en
nuestro calendario electoral, no acudir a esta elección sería un absurdo
desde cualquier punto de vista crítico al régimen. Sin duda hay que
participar y ganar. En ninguna cabeza cabe la posibilidad de regalar un
espacio más a quienes hoy dominan prácticamente toda la esfera de poder
en Venezuela.
Los Congresos Ciudadanos son fundamentales. Un país que tiene 16 años
confrontado, necesita imperativamente un lugar de encuentro, necesita
espacios donde las diferentes voces puedan ir sonando poco a poco a un
mismo ritmo. Cuando defendemos por encima de cualquier cosa un concepto
tan importante como la democracia, es imperdonable que no la
practiquemos junto a los ciudadanos que al final del cuento lo somos
todos, no todos los ciudadanos son políticos pero si todos los políticos
somos ciudadanos.
La Asamblea Nacional Constituyente es otra alternativa
constitucional, democrática y participativa que permite generar los
cambios profundos y urgentes que amerita un país en el que el 74,7 por
ciento de los consultados –según la última encuesta publicada por el
IVAD– señalan que en Venezuela la Constitución y las leyes son violadas
por el propio gobierno.
Planteadas las tres alternativas que hoy dominan la coyuntura
política, me permito compartir con ustedes también dos datos importantes
que me generan la suspicacia suficiente para atreverme a escribir este
artículo:
Desde el año 2005, el oficialismo tiene el control absoluto del
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). En un trabajo plasmado en el libro
“El TSJ al servicio de la Revolución” un destacado grupo de abogados
plantea una serie de conclusiones sobre el análisis de 45.474 sentencias
dictadas en los últimos nueve años en las salas Constitucional,
Político Administrativa y Electoral y ninguna de ellas ha sido contra el
gobierno además de que en 55 de estos fallos se encontró un patrón de
subordinación en el que el TSJ brinda piso jurídico a las medidas que va
anunciando el régimen.
El artículo 236 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece en el cardinal 21, la facultad que tiene el
Presidente para “disolver la Asamblea Nacional en el supuesto
establecido en esta Constitución”.
Cualquier abogado constitucionalista puede analizar este último dato
que les compartí y decirnos que ese supuesto que establece la
Constitución aplica únicamente en caso de que ocurra “la remoción del
Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva en tres
oportunidades dentro de un mismo período constitucional, como
consecuencia de la aprobación de mociones de censura por parte de la
Asamblea Nacional” y que dicha facultad estaría supeditada a una
actuación primaria y reiterada por parte de los parlamentarios.
Si, tendrían toda la razón salvo que también tomemos en consideración
el primer dato que compartí en el que vemos como la Constitución y las
leyes son interpretadas bajo un patrón de subordinación al Poder
Ejecutivo y cada vez que ha sido necesario, el TSJ ha brindado el piso
jurídico para las medidas que se anuncian desde Miraflores. No sería
descabellado entonces entender que ganando la Asamblea Nacional
únicamente, seguiríamos vulnerables ante todo un sistema opresor que
utilizará cada brazo de poder para eliminar la disidencia.
Sin ánimos de convertirme en una erudita del derecho constitucional
pero si tomando en cuenta estos últimos datos, sin duda es
importantísimo que trabajemos unidos para granar unas elecciones
parlamentarias el año que viene pero es imperativo que con esa misma
unidad trabajemos también en una alternativa que frene los abusos del
poder desmedido y que nos permita como venezolanos, garantizar que
nuestra voluntad popular trascienda cualquier escenario de
interpretación y que la democracia en la que creemos y practicamos
alcance todos los poderes y no sólo el legislativo.
Si tenemos la fuerza para ganar la Asamblea Nacional, usémosla para
generar ese gran Congreso Ciudadano que siente las bases para organizar
el poder de la gente, defender las condiciones justas y convocar el
Poder Constituyente.
Virginia Zamora
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