MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
domingo 6 de noviembre de 2011 12:00 AM
Durante años Chávez impuso su agenda a todo el país. La petrochequera nacional, entregada inconstitucionalmente a sus caprichos, fungió de bisagra para que los medios internacionales hablasen del excéntrico mandatario y surgiese un regimiento de chulos continentales que, bajo la excusa de su afinidad con la revolución chavista, reciben $ millones que deberían utilizarse para atender las necesidades de los venezolanos.
Esta semana el aberrado nicaragüense (que seguramente volverá a ser reelegido hoy gracias a los $ millones obsequiados por Chávez y al apoyo del expresidente Alemán, quien divide a la oposición para que no lo enjuicie Ortega por corrupto) inauguró una planta eléctrica financiada por Venezuela a un costo de $53 millones, que dará electricidad a más de 150 mil familias. Noticia que nos llegó justo cuando Aragua llevaba dos días seguidos sin luz y toda Venezuela sufre de largos cortes y apagones. Hay otras plantas generadoras de 291,2 megavatios, también regaladas por Chávez, que según la agencia EFE "han venido a salvar a Nicaragua de una verdadera catástrofe económica y social". Gracias al Alba impulsada por Hugo Chávez -se regodea Ortega- los nicaragüenses tienen mejores escuelas, hospitales y energía eléctrica.
A propósito de la ostensible irritación del Chávez de estos días, Elizabeth Araujo (Tal Cual 02-11-11) abre su columna con una idea presente en varios analistas: "Digámoslo de una vez: Hugo Chávez se siente acorralado. No sólo está tocado por una penosa enfermedad que lo transformó físicamente y le impide ser el mandón de otros años cuando, vestido de militar, trataba de infundir el miedo en sus adversarios, sino que además se siente atenazado por una equis en su agenda: 7 de octubre de 2012". Narra Araujo que la sucesión de torpezas y atropellos de su proyecto político parece indicarle que su fin está cerca. Los sondeos indican que cada vez menos venezolanos apuestan a reelegirlo. Golpeado por la inseguridad desbocada, desempleo, salud en crisis, escandalosa inflación en alimentos, desabastecimiento, casas que anuncia pero no construye y apagones insufribles, Chávez retorna a la estrategia del terror contra los medios radioeléctricos (cuyo clímax es la impagable multa a Globovisión). Terror con la crueldad aplicada al comisario Henry Vivas y al Dip. Mazuko, ambos presos y gravemente enfermos de cáncer, a quienes los jueces chavistas violan su derecho a la vida. Terror contra los pobres porcicultores del eje Aragua-Carabobo, quienes sacrifican sus animales antes de que se los "expropien". Terror con la ofensiva brutal contra los trabajadores de Guayana y de todo el país. Terror contra los mineros pemones, quienes derrotaron la chatarra bélica rusa de los 19 GN. Obsesión por conquistar el incierto apoyo militar: "Algo grave debe estar pasando con la FAN -dicen analistas- para que Chávez pretenda resolverlo "comprando lealtades" con un aumento del 50% que devorará la inflación". Atiborra su gobierno de militares -partió en dos el MTC con ese fin- creyendo que así garantiza su permanencia en el poder.
Chávez pierde adeptos aceleradamente. Un estudio del Grupo Gumilla revela que "en ninguno de los estratos populares consultados (C, D y E) él registra niveles de apoyo superiores al 36,2%. Más aún: el 58,4% aseguró que lo más importante de un gobierno es que solucione los problemas y no la ideología que tenga apenas un 5,7% no compartió esa opinión". Malas noticias para quien todavía alardea de controlar ideológicamente a los desposeídos.
Para destruir a los partidos, Chávez eliminó en Venezuela el aporte que, proporcional a los votos obtenidos, les otorgan todos los Estados democráticos del mundo. El cínico califica ahora de inmoral que opositores se vean obligados a pagar el costo de las Primarias, mientras calla que él gasta millonarios recursos públicos en sus fines políticos particulares. Chávez hace semanas que responde, no a su propia agenda, sino a la de los precandidatos opositores que le llevan por el camino de la amargura: son jóvenes, están sanos, no se cansan, no tienen rabo de paja, generan esperanza y tres de ellos vienen de exitosas experiencias regionales .
"A pesar de la fortaleza engañosa que Chávez quiere aparentar, ya se cuela por los más variados resquicios un susto intenso y paralizador (... ) Ya saben que está trazada una fecha de caducidad" (A. Gómez en EN 03-11-11). El agudo periodista Juan Carlos Zapata nos da una densa lista de "derrumbes" de la otrora fortaleza chavista: está enfermo, sus bolifuncionarios se caen a dentelladas por el botín, eliminan expedientes y Pdvsa desbanca el país en solitario. En síntesis, en lo interno se descosen las costuras rojas mientras los boliburgueses preparan sus maletas.
Esta semana el aberrado nicaragüense (que seguramente volverá a ser reelegido hoy gracias a los $ millones obsequiados por Chávez y al apoyo del expresidente Alemán, quien divide a la oposición para que no lo enjuicie Ortega por corrupto) inauguró una planta eléctrica financiada por Venezuela a un costo de $53 millones, que dará electricidad a más de 150 mil familias. Noticia que nos llegó justo cuando Aragua llevaba dos días seguidos sin luz y toda Venezuela sufre de largos cortes y apagones. Hay otras plantas generadoras de 291,2 megavatios, también regaladas por Chávez, que según la agencia EFE "han venido a salvar a Nicaragua de una verdadera catástrofe económica y social". Gracias al Alba impulsada por Hugo Chávez -se regodea Ortega- los nicaragüenses tienen mejores escuelas, hospitales y energía eléctrica.
A propósito de la ostensible irritación del Chávez de estos días, Elizabeth Araujo (Tal Cual 02-11-11) abre su columna con una idea presente en varios analistas: "Digámoslo de una vez: Hugo Chávez se siente acorralado. No sólo está tocado por una penosa enfermedad que lo transformó físicamente y le impide ser el mandón de otros años cuando, vestido de militar, trataba de infundir el miedo en sus adversarios, sino que además se siente atenazado por una equis en su agenda: 7 de octubre de 2012". Narra Araujo que la sucesión de torpezas y atropellos de su proyecto político parece indicarle que su fin está cerca. Los sondeos indican que cada vez menos venezolanos apuestan a reelegirlo. Golpeado por la inseguridad desbocada, desempleo, salud en crisis, escandalosa inflación en alimentos, desabastecimiento, casas que anuncia pero no construye y apagones insufribles, Chávez retorna a la estrategia del terror contra los medios radioeléctricos (cuyo clímax es la impagable multa a Globovisión). Terror con la crueldad aplicada al comisario Henry Vivas y al Dip. Mazuko, ambos presos y gravemente enfermos de cáncer, a quienes los jueces chavistas violan su derecho a la vida. Terror contra los pobres porcicultores del eje Aragua-Carabobo, quienes sacrifican sus animales antes de que se los "expropien". Terror con la ofensiva brutal contra los trabajadores de Guayana y de todo el país. Terror contra los mineros pemones, quienes derrotaron la chatarra bélica rusa de los 19 GN. Obsesión por conquistar el incierto apoyo militar: "Algo grave debe estar pasando con la FAN -dicen analistas- para que Chávez pretenda resolverlo "comprando lealtades" con un aumento del 50% que devorará la inflación". Atiborra su gobierno de militares -partió en dos el MTC con ese fin- creyendo que así garantiza su permanencia en el poder.
Chávez pierde adeptos aceleradamente. Un estudio del Grupo Gumilla revela que "en ninguno de los estratos populares consultados (C, D y E) él registra niveles de apoyo superiores al 36,2%. Más aún: el 58,4% aseguró que lo más importante de un gobierno es que solucione los problemas y no la ideología que tenga apenas un 5,7% no compartió esa opinión". Malas noticias para quien todavía alardea de controlar ideológicamente a los desposeídos.
Para destruir a los partidos, Chávez eliminó en Venezuela el aporte que, proporcional a los votos obtenidos, les otorgan todos los Estados democráticos del mundo. El cínico califica ahora de inmoral que opositores se vean obligados a pagar el costo de las Primarias, mientras calla que él gasta millonarios recursos públicos en sus fines políticos particulares. Chávez hace semanas que responde, no a su propia agenda, sino a la de los precandidatos opositores que le llevan por el camino de la amargura: son jóvenes, están sanos, no se cansan, no tienen rabo de paja, generan esperanza y tres de ellos vienen de exitosas experiencias regionales .
"A pesar de la fortaleza engañosa que Chávez quiere aparentar, ya se cuela por los más variados resquicios un susto intenso y paralizador (... ) Ya saben que está trazada una fecha de caducidad" (A. Gómez en EN 03-11-11). El agudo periodista Juan Carlos Zapata nos da una densa lista de "derrumbes" de la otrora fortaleza chavista: está enfermo, sus bolifuncionarios se caen a dentelladas por el botín, eliminan expedientes y Pdvsa desbanca el país en solitario. En síntesis, en lo interno se descosen las costuras rojas mientras los boliburgueses preparan sus maletas.
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