RAFAEL DÍAZ CASANOVA | EL UNIVERSAL
viernes 25 de noviembre de 2011 12:00 AM
Qué duda cabe. El régimen que destruye el país, desde sus inicios, ha tenido como objetivo prioritario la depauperación de la educación. Tan pronto como el año 2000 se promulgó un decreto, el distinguido con el número 1011. Allí se establecieron los primeros cambios en los que el Estado trataba de desplazar la importancia de los padres e intentaba que dicho rol le correspondiese al Estado.
Ante las reacciones de padres y maestros se cambió la estrategia. Desde hace unos seis o siete años se ha regulado el incremento de las matrículas y mensualidades en los colegios privados con lo que se les ha sometido a una tenaza insoportable entre los incrementos de costos producidos por la inflación y la disminución relativa de los ingresos.
En otros niveles de la educación también se han "diseñado" fórmulas que atentan contra la calidad y la independencia de cátedra que es imprescindible en todo sistema educativo eficiente y competente.
Así se llega hasta la aberración de que las universidades nacionales que no son "fieles" al régimen, tienen un presupuesto que se mantiene constante desde hace tres o cuatro años. La tenaza económica en estos casos es peor pues la partida que atiende a los profesores y empleados jubilados crece de manera importante y la atención de sus pensiones y protecciones sociales es cada día más onerosa para cada institución.
A todo esto le debemos añadir los mecanismos de intimidación que se ejercen desde "colectivos" afectos al régimen que llegan a la barbarie y al delito.
No le prestemos menos importancia al adoctrinamiento que se inicia con los libros de texto de la llamada Colección Bicentenaria donde se irrespeta a los maestros de primaria con textos de alabanza al dictador.
Todas estas aberraciones nos llevan a que la calidad de la educación, a todos los niveles, está sufriendo consecuencias difíciles de comprender.
Con la reducción presupuestaria los sueldos de los profesores han llegado a niveles ridículos y la consecuencia inevitable es que cada día hay menos candidatos para llenar las necesidades docentes.
No hablemos del programa de los llamados "médicos comunitarios" que deberían recibir el nombre de médicos comunistarios. Hemos escuchado que comenzaron con una matrícula en el primer año de algo así como 8.250 estudiantes y en este próximo mes se gradúan el mismo número de candidatos. Cuánta eficiencia o cuánta permisividad... No analicemos la forma cómo han estudiado y las exigencias de las materias estudiadas y no estudiadas. Parece que sí han cubierto las exigencias del adoctrinamiento cubano.
Estas y otras condiciones han traído como consecuencias el que la emigración de talentos es pavorosa. El despido de algo así como veinte mil trabajadores de la industria petrolera que sumaban números impensables de años de preparación y experiencia, ha beneficiado las industrias petroleras de un número muy importante de países que potencialmente son nuestros competidores.
La mitad de los científicos de cuarto nivel de instrucción se ha ido a trabajar a otras latitudes.
El gremio médico ha perdido importantísimos y numerosísimos profesionales de todas las especialidades que hoy se ocupan de la salud de nacionales de muchos países. España ha recibido una inyección de médicos y paramédicos de la mejor calidad y todo ello es una contribución del pueblo venezolano.
Los ingenieros y constructores que fueron arteramente acusados por el régimen como depredadores de la construcción de viviendas, hoy dedican sus esfuerzos y competencia a resolver los problemas de construcción en países vecinos. Colombia está muy agradecida de estos aportes.
Si pensamos en delitos de lesa patria, las agresiones a la educación de los venezolanos tienen que estar en el comienzo de la lista. Han sido forzados a emigrar un número impresionante de talentos que Venezuela preparó.
Ante las reacciones de padres y maestros se cambió la estrategia. Desde hace unos seis o siete años se ha regulado el incremento de las matrículas y mensualidades en los colegios privados con lo que se les ha sometido a una tenaza insoportable entre los incrementos de costos producidos por la inflación y la disminución relativa de los ingresos.
En otros niveles de la educación también se han "diseñado" fórmulas que atentan contra la calidad y la independencia de cátedra que es imprescindible en todo sistema educativo eficiente y competente.
Así se llega hasta la aberración de que las universidades nacionales que no son "fieles" al régimen, tienen un presupuesto que se mantiene constante desde hace tres o cuatro años. La tenaza económica en estos casos es peor pues la partida que atiende a los profesores y empleados jubilados crece de manera importante y la atención de sus pensiones y protecciones sociales es cada día más onerosa para cada institución.
A todo esto le debemos añadir los mecanismos de intimidación que se ejercen desde "colectivos" afectos al régimen que llegan a la barbarie y al delito.
No le prestemos menos importancia al adoctrinamiento que se inicia con los libros de texto de la llamada Colección Bicentenaria donde se irrespeta a los maestros de primaria con textos de alabanza al dictador.
Todas estas aberraciones nos llevan a que la calidad de la educación, a todos los niveles, está sufriendo consecuencias difíciles de comprender.
Con la reducción presupuestaria los sueldos de los profesores han llegado a niveles ridículos y la consecuencia inevitable es que cada día hay menos candidatos para llenar las necesidades docentes.
No hablemos del programa de los llamados "médicos comunitarios" que deberían recibir el nombre de médicos comunistarios. Hemos escuchado que comenzaron con una matrícula en el primer año de algo así como 8.250 estudiantes y en este próximo mes se gradúan el mismo número de candidatos. Cuánta eficiencia o cuánta permisividad... No analicemos la forma cómo han estudiado y las exigencias de las materias estudiadas y no estudiadas. Parece que sí han cubierto las exigencias del adoctrinamiento cubano.
Estas y otras condiciones han traído como consecuencias el que la emigración de talentos es pavorosa. El despido de algo así como veinte mil trabajadores de la industria petrolera que sumaban números impensables de años de preparación y experiencia, ha beneficiado las industrias petroleras de un número muy importante de países que potencialmente son nuestros competidores.
La mitad de los científicos de cuarto nivel de instrucción se ha ido a trabajar a otras latitudes.
El gremio médico ha perdido importantísimos y numerosísimos profesionales de todas las especialidades que hoy se ocupan de la salud de nacionales de muchos países. España ha recibido una inyección de médicos y paramédicos de la mejor calidad y todo ello es una contribución del pueblo venezolano.
Los ingenieros y constructores que fueron arteramente acusados por el régimen como depredadores de la construcción de viviendas, hoy dedican sus esfuerzos y competencia a resolver los problemas de construcción en países vecinos. Colombia está muy agradecida de estos aportes.
Si pensamos en delitos de lesa patria, las agresiones a la educación de los venezolanos tienen que estar en el comienzo de la lista. Han sido forzados a emigrar un número impresionante de talentos que Venezuela preparó.
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