Tuesday, November 22, 2011

El desastre encima: sálvese quien pueda

En: http://www.eluniversal.com/opinion/111122/el-desastre-encima-salvese-quien-pueda

HERBERT HUDDE |  EL UNIVERSAL
martes 22 de noviembre de 2011  12:00 AM
Recientemente, el desastre al que nos lleva esta gente se ha acelerado en forma notable, y parece que no va a parar, pues viene a toda mecha. Las últimas perlas son las siguientes: la Ley de Precios Justos, la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios, y ahora nos viene una nueva Ley del Trabajo, en la cual vuelve la retroactividad de las prestaciones sociales. Hagamos un pequeño análisis de esas joyitas, que se unen a otras muchas que se afianzan y se recrudecen, como el control de cambios, las expropiaciones sin ton ni son, etcétera.

Los que manejan un país tienen que ser capaz de ver más allá de sus narices, y deben tener en cuenta cuáles serán las consecuencias de los actos que realizan (lo que un profesor que tuve llamaba "visibilidad de consecuencias"), pues si no es así, impepinablemente lanzarán el país a un barranco. Si, además de su incapacidad, los gobernantes son hiperactivos y hacen bastantes reformas, el resultado es peor, porque si no las hacen, muchas cosas quedan como estaban, pero si se alborotan y comienzan a cambiar cuanta cosa se les ocurre, van a estropearlo todo, y el panorama se vuelve pavoroso. Y eso es lo que está pasando.

Por ejemplo: si producir algo cuesta Bs. 10, y como tú odias a los industriales porque roban al pueblo, etc., y para fregar a esos sátrapas, lo regulas a 8, tu cerebrito debería decirte que ese producto va a desaparecer. Nótese que no es necesario que se regule por debajo del costo; si se pone a 10,40, por ejemplo, debes saber que también va a desaparecer, porque nadie, ni un socialista amoroso por su pueblo, producen algo para ganarse un 4%. Pues bien, el cerebro chavista no da para entender eso; para ellos lo único importante es que ese producto lo hacen unos desalmados explotadores a los que hay que fregar, y punto. Así no se puede gobernar un país, y eso es lo que viene ocurriendo.

Papadiós y sus lumbreras parece que ignoran que el corazón de toda economía que no sea comunista son sus empresas, y sobre todo, sus empresas privadas, pues generan bienes, servicios, empleos, impuestos, y bienestar en general. Así que, como sucede en los países que han alcanzado elevados niveles de vida, hay que cuidarlas y estimularlas, para que con su producción beneficien al país (por supuesto que hay que reglamentarlas y vigilarlas, como hacen también muchos de esos países), y no se deben asfixiar, que es lo que el que te conté y su clan vienen haciendo, y ahora aceleran. Esto es por demás preocupante, porque sus efectos no se notan tan rápido, pero son inexorables, y luego, para revertir la situación, si es que se puede, la cosa será más larga que "Lo que el viento se llevó". De los países comunistas, ni hablemos: más rotundo no pudo ser el fracaso de ese sistema.

¿Qué pasa con las medidas que mencioné al comienzo? Pues la Ley de Precios Justos y la del Trabajo con prestaciones retroactivas hunden a las empresas productivas más de lo que estaban. La de precios justos, sobre todo con la mentalidad de esta gente, va a poner a un bojote de empresas, si no a perder, a ganar tan esmirriadamente, que no va a ser atractivo producir nada en este país. Es el afán de lucro, bien entendido y propiamente regulado, como demostré en varios artículos anteriores, el que produce el progreso de la humanidad, y eso se cercenará con esta ley. Claro que falta ver cómo la aplican, pero de estos genios no puede esperarse sino lo que ya sabemos.

Las prestaciones retroactivas son un absurdo, porque cualquier aumento de la remuneración de los trabajadores, voluntaria u obligatoria, hace que las empresas adquieran, de un solo "pepazo", un pasivo, a veces enorme, que es totalmente distorsionador de las finanzas de la empresa. Nadie puede estar en contra de mejores sueldos y salarios, pero deben hacerse dentro de esquemas lógicos.

Y finalmente, la Ley de Arrendamientos. La comenté en días pasados. ¿A las lumbreras no les entra que si protegen demasiado a los inquilinos y friegan a los arrendadores, el alquiler de viviendas se merma o se acaba? No hay que ser un genio para entender eso. Es más, la historia de Venezuela lo demuestra fehacientemente; deberían haberlo aprendido. En Caracas se construyeron en una época muchos edificios clase media para alquilar, y eso se acabó con una serie de medidas que tomaron los de la cuarta (que también metían la pata, y bastante, pero no tanto como los de la quinta, porque lo de ellos ya es un nuevo récord mundial) para favorecer a los inquilinos, y llegamos a la escasez de oferta que se sufre hoy en día, que ahora se va a agravar hasta desaparecer totalmente.

Así vienen y así siguen, a paso de vencedores. Vaya futurito que nos espera.

Bueno, estimados lectores, no quiero malograrles el día, sino que tomemos conciencia del panorama que se nos viene, que es más feo que pegarle a la mamá. Así que si esto no se para, que Dios nos agarre confesados.

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