CÉSAR TINOCO | EL UNIVERSAL
lunes 28 de noviembre de 2011 12:00 AM
El Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-Lat) mide el comportamiento democrático de los países latinoamericanos a través de la evaluación de las siguientes cuatro dimensiones: I) El cumplimiento de las condiciones formales de la democracia; II) El ejercicio de derechos políticos y libertades civiles de los ciudadanos; III) La calidad institucional y la eficiencia política; y IV) El ejercicio de poder efectivo para gobernar generando mayor desarrollo económico y social. Cada dimensión, así como los 31 indicadores que las conforman, son valorados de 0 a 10, correspondiendo el máximo puntaje al país de mejor desempeño en cada caso, y a los restantes, valores proporcionales.
En su décima edición correspondiente a 2011, publicada el pasado 5/octubre, el estudio colocó a Venezuela en el grupo de "Desarrollo mínimo" junto a Ecuador, Guatemala y Nicaragua. Venezuela, había venido presentando una mejora en el IDD-Lat desde el año 2004 cuando alcanzó el valor mínimo de 1,55 y comenzó a ascender hasta el año 2009 cuando alcanzó el máximo valor de 3,59. Ya para el año de 2010 descendía a 3,35 y ahora en 2011, bajó a 2,47.
En la única dimensión que presentó un leve incremento este año de 2011, fue en la II: Su puntaje subió debido a una mayor participación política de la ciudadanía en las elecciones parlamentarias de 2010. La misma fue de 66,4%, más de dos veces y media mayor que en las elecciones parlamentarias de 2005, cuando alcanzó tan solo el 25,26% del censo electoral. Sin embargo, tal incremento se vio opacado por la mala evaluación en la percepción que se tiene acerca de su grado de respeto de las libertades civiles básicas (libertad de expresión, asamblea y asociación) y en el impacto que sobre tales libertades tiene las ya innegables inseguridad y violencia urbanas.
En la Dimensión III, Venezuela salió mal parada, entre otras variables, en la percepción de corrupción (uso incorrecto del poder para el beneficio propio), en el grado de autonomía que tenemos los ciudadanos para exigir transparencia y ejercer control sobre la información que el Gobierno posee y por la existencia de violencia política materializada en acciones de intolerancia.
En la Dimensión IV, Venezuela salió mal evaluada, entre otras, en la métrica del PIB per cápita que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, es un indicador apto para caracterizar un nivel de vida digno. También salió mal parada en la brecha de ingreso que es uno de los indicadores más importantes en lo que respecta a la eficiencia de los sistemas democráticos para promover la equidad y constituye una muy buena medida resumen de la desigualdad social.
El caso es que en los últimos dos años, mientras el precio del petróleo sube, nuestro país presenta una democracia enferma con una serie de valores en descenso (de 3,59 a 3,35 a 2,47) que son el reflejo de la incapacidad de la administración chavista para proporcionarnos bienestar a los ciudadanos de éste país, hecho a su vez que explica el incremento de ciudadanos que participaron en el último acto electoral y que votaron en contra del chavismo: 51,27% versus 48,13%.
Por si les interesa, IDD-Lat (1) es una elaboración conjunta de la Fundación Konrad Adenauer (2) y de la consultora Polilat (3), especializada en la prestación de servicios e información relacionados con la situación política, social y económica del continente americano desde una perspectiva latinoamericana.
En su décima edición correspondiente a 2011, publicada el pasado 5/octubre, el estudio colocó a Venezuela en el grupo de "Desarrollo mínimo" junto a Ecuador, Guatemala y Nicaragua. Venezuela, había venido presentando una mejora en el IDD-Lat desde el año 2004 cuando alcanzó el valor mínimo de 1,55 y comenzó a ascender hasta el año 2009 cuando alcanzó el máximo valor de 3,59. Ya para el año de 2010 descendía a 3,35 y ahora en 2011, bajó a 2,47.
En la única dimensión que presentó un leve incremento este año de 2011, fue en la II: Su puntaje subió debido a una mayor participación política de la ciudadanía en las elecciones parlamentarias de 2010. La misma fue de 66,4%, más de dos veces y media mayor que en las elecciones parlamentarias de 2005, cuando alcanzó tan solo el 25,26% del censo electoral. Sin embargo, tal incremento se vio opacado por la mala evaluación en la percepción que se tiene acerca de su grado de respeto de las libertades civiles básicas (libertad de expresión, asamblea y asociación) y en el impacto que sobre tales libertades tiene las ya innegables inseguridad y violencia urbanas.
En la Dimensión III, Venezuela salió mal parada, entre otras variables, en la percepción de corrupción (uso incorrecto del poder para el beneficio propio), en el grado de autonomía que tenemos los ciudadanos para exigir transparencia y ejercer control sobre la información que el Gobierno posee y por la existencia de violencia política materializada en acciones de intolerancia.
En la Dimensión IV, Venezuela salió mal evaluada, entre otras, en la métrica del PIB per cápita que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, es un indicador apto para caracterizar un nivel de vida digno. También salió mal parada en la brecha de ingreso que es uno de los indicadores más importantes en lo que respecta a la eficiencia de los sistemas democráticos para promover la equidad y constituye una muy buena medida resumen de la desigualdad social.
El caso es que en los últimos dos años, mientras el precio del petróleo sube, nuestro país presenta una democracia enferma con una serie de valores en descenso (de 3,59 a 3,35 a 2,47) que son el reflejo de la incapacidad de la administración chavista para proporcionarnos bienestar a los ciudadanos de éste país, hecho a su vez que explica el incremento de ciudadanos que participaron en el último acto electoral y que votaron en contra del chavismo: 51,27% versus 48,13%.
Por si les interesa, IDD-Lat (1) es una elaboración conjunta de la Fundación Konrad Adenauer (2) y de la consultora Polilat (3), especializada en la prestación de servicios e información relacionados con la situación política, social y económica del continente americano desde una perspectiva latinoamericana.
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