En: http://www.lapatilla.com/site/2011/11/08/jose-vicente-carrasquero-con-chavez-no-habra-desarrollo/
José Vicente Carrasquero
En 1998 el hoy presidente Hugo Chávez recibe un mandato preñado de oportunidades para el país. Le tocaba sustituir una clase política que ya había sido previamente liquidada por Rafael Caldera en las elecciones de 1993.
Con la fe de la gente depositada en una persona que representaba para la mayoría de los venezolanos el cambio para mejor, nos embarcamos en un proceso político que ha devenido solamente en eso: un proceso político. El mismo presidente hoy, siete de noviembre de 2011, dijo de pasada “…nos dejamos enganchar mucho con la batalla política…” Y en realidad no hacen más que eso. Mirarse el ombligo. Lo mismo que llevó a los partidos tradicionales al vertedero de la historia: la política como un fin en sí misma. Sin el propósito de servir a la gente. Envés, con el objetivo de vivir de los sueños, las esperanzas y las expectativas de ese pueblo que los mantenía en el poder.
Chávez no vino a cambiar esa forma de hacer política. Cuando se revisan los muy magros resultados de su gestión, el balance es absolutamente negativo en una cantidad de indicadores que afectan fundamentalmente la calidad de vida de los venezolanos. Venezuela puso la marcha en reversa y todavía no se detiene.
Y me atrevo a decir que la responsabilidad de este retroceso continuo recae únicamente en la persona del presidente Hugo Chávez. Y es así porque su ideario y su mente se encuentran ubicados en el siglo XIX. Y su objetivo parece ser, llevarnos a esos momentos de confrontación permanente. A estadios donde perdimos vidas, recursos y tiempo dirimiendo diferencias políticas por medio de montoneras y golpes de estado.
No hay en el presidente mentalidad de futuro. Estoy convencido de que no puede responder una simple pregunta: ¿cuál es su visión de Venezuela en el año 2018? Eso para ponérsela fácil. Por lo pronto le puedo contar que a partir de sus políticas yo veo al país en siete años, sumido en el atraso, con una infraestructura muy por debajo de las necesidades del país. Con una economía que dependerá en un 98% del sector primario, es decir de la minería. Con una población parroquial, poco educada e incapaz de enfrentar los restos del momento globalizador que ineluctablemente enfrenta el planeta a pesar de los esfuerzos de Bono y otros ilusos por el estilo. (por cierto, ¿qué sería de Bono sin globalización? La combate pero de ella vive)
Venezuela se encuentra en este momento en una encrucijada. O tomamos el camino de poner en marcha políticas destinadas a sacarnos del subdesarrollo y apartarnos del rentismo, o nos dedicamos a vivir pobremente de lo que la industria petrolera pueda producir, sometiéndonos al vaivén de la oferta y la demanda sobre la cual no tenemos mayor control. En otras palabras, o tomamos las riendas de nuestro destino o nos abandonamos a los avatares de la incertidumbre.
La política de Chávez, sobre todo en lo económico, gira alrededor de mantenerse él y sus amigos en el poder. El inefable Aristóbulo Isturiz lo informó así cuando dijo que si desmontaban el control de cambio los tumbaban. En otras palabras, estos negligentes ponen su deseo de estar en el poder por encima de las necesidades de los venezolanos. El control de cambio no ha evitado la fuga de capitales. Por el contrario, nunca como ahora se fugan tantas divisas del país. Los venezolanos somos unos minusválidos cuando se nos compara con cualquier latinoamericano que puede usar su tarjeta de crédito en cualquier parte del mundo sin más restricciones que su límite de crédito y su capacidad de pago.
Con venezolanos que se forman para venerar a un líder decimonónico en una cultura de valores pretéritos y no ajustados a la realidad mundial, se tiene que decir que el país está irremisiblemente condenado al peor de los subdesarrollos como ya lo indican cantidad de indicadores internacionales.
¿Es Chávez capaz de llevarnos al desarrollo? Definitivamente no. Lo denuncia su discurso lleno de etiquetas y lugares comunes y vacio de planes y acciones concretas, con infinitas referencias al XIX. Acaba de descubrir que se pueden construir edificios en laderas y pendientes. ¿Cuántos años de retraso representa ese descubrimiento? ¿Es esa una propuesta para proyectarnos en el futuro como una potencia mundial? Definitivamente, lo que se puede es sentir vergüenza cuando algún vendedor de espejitos todavía es capaz de sorprender a nuestro presidente con antiguallas.
Chávez es incapaz de reconocer la importancia de la iniciativa privada. Le teme al crecimiento de una economía fuerte que dependa poco del estado. No es capaz de manejarse en un ambiente en el cual varios le puedan competir el poder. Es un caudillo del pasado que no está acorde a las necesidades de desarrollo del país. No saldrán de Chávez y mucho menos de Giordani o cualquiera de sus adláteres los planes necesarios para conducir a Venezuela por la senda del desarrollo. Sobre todo, porque no son capaces de imaginarse un país desarrollado.
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