Monday, January 9, 2012

Abuelos

En: http://www.eluniversal.com/opinion/120109/abuelos
FÉLIX R. CHACÓN |  EL UNIVERSAL
lunes 9 de enero de 2012  12:00 AM
En Venezuela ser abuelo significa contar con licencia para combinar shorts de cuadros con camisas a rayas y medias largas de rombos con zapatos de suela trenzados. Implica que se ha alcanzado un estado tal de conocimiento y de entendimiento de la moda, la geometría y la coordinación de colores, que les permite vestirse como lo hacen. Sin embargo, también significa muchas otras cosas.

Como por ejemplo, que los abuelos son una de las bases de nuestra sociedad, padres a tiempo extendido que llenan los vacíos dejados por sus hijos en la crianza de sus nietos. Además, son la grasa que lubrica el engranaje de la relación familiar, y el de la relación padres-hijos.

El abuelo aconseja, orienta, sirve de apoyo a la familia en los momentos más duros, a pesar de que ya no es el mismo de tiempos pasados. Ahora aunque aquejado por la edad y las dolencias, parece inclusive estar motorizado por un tipo de energía superior que le permite olvidar sus propios problemas para abordar los de toda la familia.

Los abuelos en Venezuela son una especie de salmón, tienen que nadar contra muchas corrientes. La del tiempo que es obvia, la de tratar de hacer su papel como abuelo consentidor sin irritar a los padres, la corriente de los yernos y nueras. Y la más fuerte de las corrientes, la de las abuelas, encargadas de mantenerlos en línea en todos aquellos ámbitos que le atañen, que son casi todos.

Nada que traiga mejores recuerdos que un abuelo venezolano decir a su hijo, "pero chico no lo trates así, que le puede hacer un pote de Nutella", "déjalo, apenas son las dos de la madrugada", "cómprale el más caro de una vez", o "él tiene que estudiar lo que quiera, a mí sí me gusta ese curso de DJ profesional".
Los cuentos de los abuelos venezolanos son legendarios. De los mejores, cuando le preguntan al nieto, ¿y tu novia no era catirita? Obviamente en presencia de la morenita de turno. Algunos abuelos deberían llevar de apellido alterno, Black&Decker, lo arreglan todo. Otros no componen nada, son del tipo 2.0 y no son compatibles con destornilladores, alicates, testers, seguetas, llaves de tubo, picos o palas. De temer, lo abuelos cocineros de fines de semana.

Hay abuelos para todos los gustos. Tiernos como se supone que deben ser. Comprensivos, sabios, bochincheros, y hasta cascarrabias. Los hay pícaros, dicharacheros, bailarines, muy serios, y descarriados también. Pero hoy día en Venezuela, los hay, por sobre todo, gravemente preocupados por la suerte de sus hijos y nietos, de su familia.

Muchos abuelos de hoy, tienen un peso extra sobre sus espaldas. Cargar con la persecución de un régimen. Ver cómo su familia es desmembrada gracias a la práctica política de un hombre enfermo de poder.

Crecer sin abuelo, en cierta forma, es crecer sin memoria, pero cuando es por causas naturales, pareciera que la memoria queda impregnada en la familia para siempre. Donde no hay abuelos el sentido de ser nieto se va perdiendo.

Hay muchos nietos venezolanos regados por el mundo. Mucho abuelo dejado atrás. Muchos abuelos, hijos y nietos bravos por sus preferencias políticas. Muchos hijos y nietos desempleados que no pueden ayudar a sus padres y abuelos.

Otra razón más para cambiar al abuelo más atípico de Venezuela.

Damos gracias a Dios por el abuelo de mis hijos.

No comments:

Post a Comment