DIEGO J. GONZÁLEZ CRUZ | EL UNIVERSAL
lunes 9 de enero de 2012 12:00 AM
En la Gaceta Oficial N° 39.511 del 16-09-2010 aparece la única referencia oficial conocida sobre el "Acuerdo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la República Popular China sobre cooperación para financiamiento a largo plazo". Allí se designan las instituciones que manejarán el acuerdo: por China, el China Development Bank (el prestamista), y por Venezuela, el Banco de Desarrollo Económico y Social, Bandes (el prestatario). También se nombran las partes para el comercio petrolero: China National United Oil Corporation (el comprador) y Petróleos de Venezuela S.A. (el vendedor). La República es la única responsable de ese acuerdo, no Pdvsa, ni el Bandes. Por lo tanto, debe acogerse a la Constitución en materia de deuda (art. 312).
El pago de la línea de crédito se detalla en el artículo V del acuerdo: "(... ) el Vendedor, en nombre de la República, venderá petróleo crudo al Comprador para el año 2010 no menos de 200 mil barriles diarios (b/d); para el año 2011 no menos de 250.000 b/d, y a partir de 2011, hasta el pago final, 300.000 b/d (... )".
Insisto: el acuerdo es entre las dos repúblicas; hay dos entidades financieras que lo manejarán; y el préstamo lo pagará Venezuela con petróleo crudo (es decir, no mejorado; esto es importante destacarlo). En parte alguna aparece con qué calidad de petróleo se pagará el préstamo, ni a qué precio.
Más recientemente, The John L. Thornton China Center at Brookings publicó un extenso trabajo sobre el Banco Chino envuelto en el préstamo. Dice que es el negocio más grande que haya efectuado ese banco a escala mundial, y que las líneas de crédito están garantizadas con suministro de petróleo. El primer préstamo (2008) fue por $4.000 millones, a pagar en tres años; el segundo, también por $4.000 millones, igual en tres años; y el tercero (2010) por $20,6 millones, pagaderos en diez años. Aclaran que China está nerviosa por el destino de los préstamos a Venezuela, y cuál será su cuota de participación en los mismos.
Como si fuera poco, se filtró un informe oficial que habla de extender el préstamo chino a $116.000 millones. Además, el Presidente de Venezuela anunció en cadena nacional que a partir de 2014 se le entregarán a China un millón de barriles diarios de petróleo. Surge la pregunta elemental: ¿dispondrá el país de esa cantidad?
La producción hoy, según el presidente de Pdvsa, declarada en el controversial punto de cuenta que se hizo público, es 2.600.000 b/d. Ninguna producción adicional, aparte de la dirigida a compensar la declinación anual, se vislumbra durante el año que le queda a este régimen, ni durante el primer año del gobierno democrático. Si se le entregaran 1.000.000 b/d a los chinos, y si se mantienen los compromisos políticos, por supuesto que los números no cuadran, ni siquiera para continuar entregando a China los 430.000 b/d de hoy. Los compromisos para atender las refinerías en Venezuela y el resto del mundo suman 3.035.000 b/d: en Venezuela, 1.303.000 b/d; en EEUU, 1.089.000 b/d; en Cuba y el resto del Caribe, 384.000 b/d; y en Europa, 259.000 b/d. Producción global para atender 21 refinerías.
Esta es la razón elemental por la que Pdvsa tiene que comprar cada año millardos de dólares en crudo y productos derivados para cumplir con esos compromisos (en 2010 fueron $36.849 millones). La entrada de dólares por el petróleo a la nación, y en especial al Fisco, en 2013 y 2014 serán menores que hoy.
El nuevo gobierno democrático tendrá que revisar esos acuerdos. Las entregas a China implican dejar de cumplir con Citgo, el principal cliente, y más de 6.000 abanderados de la marca en EEUU. De allí los planes del Gobierno de salir de esas refinerías y esos mercados, pues cada vez será más difícil comprar más de 30.000 millones de dólares en crudos y derivados cada año para cumplir con esas obligaciones.
Una pregunta flota en el aire: ¿por qué tiene el presidente de Pdvsa que pedirle permiso al Presidente de la República, en un punto de cuenta, para realizar los pagos de regalías e impuestos, así como para cubrir parte de los costos de producción y de refinación? Ramírez le explica al Presidente que es una deuda extra que no puede asimilar la estatal, porque en 2011 ésta implicaba una entrega diaria a China de 430.000 b/d, "lo que requiere una solución estructural", pues se trata de $18.430 millones para 2011, que no ingresaron a la caja de Pdvsa. A confesión de parte, relevo de pruebas.
El pago de la línea de crédito se detalla en el artículo V del acuerdo: "(... ) el Vendedor, en nombre de la República, venderá petróleo crudo al Comprador para el año 2010 no menos de 200 mil barriles diarios (b/d); para el año 2011 no menos de 250.000 b/d, y a partir de 2011, hasta el pago final, 300.000 b/d (... )".
Insisto: el acuerdo es entre las dos repúblicas; hay dos entidades financieras que lo manejarán; y el préstamo lo pagará Venezuela con petróleo crudo (es decir, no mejorado; esto es importante destacarlo). En parte alguna aparece con qué calidad de petróleo se pagará el préstamo, ni a qué precio.
Más recientemente, The John L. Thornton China Center at Brookings publicó un extenso trabajo sobre el Banco Chino envuelto en el préstamo. Dice que es el negocio más grande que haya efectuado ese banco a escala mundial, y que las líneas de crédito están garantizadas con suministro de petróleo. El primer préstamo (2008) fue por $4.000 millones, a pagar en tres años; el segundo, también por $4.000 millones, igual en tres años; y el tercero (2010) por $20,6 millones, pagaderos en diez años. Aclaran que China está nerviosa por el destino de los préstamos a Venezuela, y cuál será su cuota de participación en los mismos.
Como si fuera poco, se filtró un informe oficial que habla de extender el préstamo chino a $116.000 millones. Además, el Presidente de Venezuela anunció en cadena nacional que a partir de 2014 se le entregarán a China un millón de barriles diarios de petróleo. Surge la pregunta elemental: ¿dispondrá el país de esa cantidad?
La producción hoy, según el presidente de Pdvsa, declarada en el controversial punto de cuenta que se hizo público, es 2.600.000 b/d. Ninguna producción adicional, aparte de la dirigida a compensar la declinación anual, se vislumbra durante el año que le queda a este régimen, ni durante el primer año del gobierno democrático. Si se le entregaran 1.000.000 b/d a los chinos, y si se mantienen los compromisos políticos, por supuesto que los números no cuadran, ni siquiera para continuar entregando a China los 430.000 b/d de hoy. Los compromisos para atender las refinerías en Venezuela y el resto del mundo suman 3.035.000 b/d: en Venezuela, 1.303.000 b/d; en EEUU, 1.089.000 b/d; en Cuba y el resto del Caribe, 384.000 b/d; y en Europa, 259.000 b/d. Producción global para atender 21 refinerías.
Esta es la razón elemental por la que Pdvsa tiene que comprar cada año millardos de dólares en crudo y productos derivados para cumplir con esos compromisos (en 2010 fueron $36.849 millones). La entrada de dólares por el petróleo a la nación, y en especial al Fisco, en 2013 y 2014 serán menores que hoy.
El nuevo gobierno democrático tendrá que revisar esos acuerdos. Las entregas a China implican dejar de cumplir con Citgo, el principal cliente, y más de 6.000 abanderados de la marca en EEUU. De allí los planes del Gobierno de salir de esas refinerías y esos mercados, pues cada vez será más difícil comprar más de 30.000 millones de dólares en crudos y derivados cada año para cumplir con esas obligaciones.
Una pregunta flota en el aire: ¿por qué tiene el presidente de Pdvsa que pedirle permiso al Presidente de la República, en un punto de cuenta, para realizar los pagos de regalías e impuestos, así como para cubrir parte de los costos de producción y de refinación? Ramírez le explica al Presidente que es una deuda extra que no puede asimilar la estatal, porque en 2011 ésta implicaba una entrega diaria a China de 430.000 b/d, "lo que requiere una solución estructural", pues se trata de $18.430 millones para 2011, que no ingresaron a la caja de Pdvsa. A confesión de parte, relevo de pruebas.
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