PERO
NO HAY GARANTÍAS DE QUE LA MUD TRIUNFE DICE THE ECONOMIST
Venezuela padece un inestable equilibrio
y el régimen se está derrumbando día a día
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MARIO SZICHMAN
Nueva York/ Especial para Tal Cual
Si hay que medir la situación de Venezuela en
porcentajes, todos están en contra del gobierno presidido por Nicolás Maduro. A
raíz de la caída en los precios del crudo, que comenzó en junio, ya han
disminuido en un 30 por ciento los ingresos fiscales. El presidente ordenó
disminuir los gastos gubernamentales en un 20 por ciento. Aunque prometió que
las medidas de austeridad no afectarán a los programas sociales, es obvio que
el financiamiento de esos programas disminuirá al menos en un 20 por ciento,
porque hasta ahora el chavismo no ha impuesto un régimen de apartheid. A nadie
se le ha ocurrido separar a los chavistas de los antichavistas en las infinitas
colas de los supermercados. Y como en esas colas todos los gatos son pardos, un
20 por ciento de corte en los gastos significa un 20 por ciento de corte en los
subsidios a las mercancías. Por lo tanto, todo aumentará de precio, y la
escasez se repartirá de manera democrática.
El otro problema es que el gobierno tiene cada vez menos dinero en sus arcas. Aunque todos los funcionarios chavistas sean tan austeros como San Francisco de Asís, y al parecer, no todos lo son, la caída en los ingresos fiscales es brutal. Hasta junio, el barril de petróleo se cotizaba a más de 100 dólares. En la actualidad, el precio es inferior a los 70 dólares el barril. Con cada dólar de merma en la cotización del crudo, hay una pérdida de 700 millones de dólares anuales en ingresos a las arcas del estado. La consultoría Ecoanalítica calculó que las arcas fiscales recibirán este año 43.000 millones de dólares. Hace dos años, esos ingresos se estimaban en 77.000 millones de dólares. En un país donde la inflación anual es de un 63 por ciento, y la contracción del producto bruto interno se estima en un tres por ciento, lo único que aumentará será la escasez de productos esenciales. La revista The Economist dijo que la revolución bonita vive en tiempo prestado. El asunto es si ese tiempo será prestado durante semanas, años o décadas. El régimen vive desde hace bastante en terapia intensiva. Y ya que seguimos hablando de porcentajes, el petróleo representa un 96 por ciento de su recaudación fiscal en divisas extranjeras. The Economist dijo que Venezuela está hundida "en una profunda recesión". La inflación enfila hacia una tasa de tres dígitos, más de un 100 por ciento anual. Recientes encuestas indican que más de dos terceras partes de los potenciales votantes consideran que Maduro debería irse del Palacio Miraflores antes de cumplir su mandato de seis años. Y alrededor de un 25 por ciento de quienes desearían la renuncia de Maduro son chavistas. Por lo tanto, todo parecería indicar que en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 la coalición opositora Movimiento de Unidad Democrática debería barrer el piso con el PSUV, el partido de gobierno. Pero existe un problema: la MUD tiene serias dificultades para triunfar, señaló la publicación. "Está casi tan dividida como el PSUV".Y para completar el cuadro, dijo la revista, "Apenas una cuarta parte del electorado confía" en la coalición opositora. Con un 25 por ciento de los votantes no se derrota al PSUV. PARÁLISIS POR TODAS PARTES Si bien la MUD ha perdido papel protagónico, es cierto que el oficialismo muestra numerosas fisuras. Pero curiosamente, la inmovilidad que está drenando las filas opositoras puede ser una buena táctica para el chavismo. Cualquier medida enérgica que adopte el gobierno podría tumbarlo, ya se trate de unificar el control de cambios, cortar subsidios, o ir a la bancarrota. Todos recuerdan que el 27 de febrero de 1989 el gobierno de Carlos Andrés Pérez se puso el país de sombrero al ordenar el alza en el precio de la gasolina, que incrementó drásticamente los precios del transporte público. De ahí que es preferible no actuar. Puede ser la muerte lenta, pero continúa siendo la vida. Para el chavismo, durar es perdurar, y perdurar significa eternizarse en el poder. Habrá posiblemente eclosiones, pero el gobierno aprendió a controlarlas. Los disturbios de los primeros meses del año fueron sofocados, y lo mismo ocurrió con la presunta rebelión de los colectivos. Parece que hubieran transcurrido años desde que los colectivos creyeron haber tocado el cielo con las manos porque Maduro despidió temporalmente de su cargo al ministro del Interior y Justicia, el general Miguel Rodríguez Torres, tras morir cinco de sus integrantes en un tiroteo con la policía. El presidente anunció en esa oportunidad, en la tercera semana de octubre pasado, que se asignaría al general otra tarea. Inclusive fijó un plazo perentorio, pues la tarea de Rodríguez Torres era tan meritoria que resultaba imposible prescindir de su persona. Maduro le comunicó a Rodríguez Torres: "agarre 15 días de descanso, tiene 15 años sin descanso para que vaya a una nueva misión que le voy a dar estratégica". Al parecer Maduro se confundió, y quiso informar al destituido funcionario que se agarrara 15 años de descanso, pues tenía 15 días sin descanso, pero lo cierto es que tras ese triunfo, los colectivos fueron por la presa mayor. Sin embargo, su intento de hacer renunciar al presidente de la Asamblea Legislativa, Diosdado Cabello, no tuvo gran éxito. La pujanza de los colectivos se disolvió como la manteca en una sartén caliente. Su tarea seguirá confinada a lo que hacían hasta ese momento, que, según The Economist consiste en "intimidar a opositores políticos", mientras otros "presuntamente participan en labores de extorsión y de narcotráfico". Al final del día, los diferentes grupos armados alineados con el chavismo continúan realizando sus labores específicas. Seguramente los disidentes del PSUV también serán controlados, y de esa manera, el gobierno de Venezuela continuará su tiempo de prestado viviendo de prestado. En estos días el ministro de Finanzas Rodolfo Marco viajó a China, a Irán y a Rusia, a pedir prestado. Tal vez algo consiga. The Economist dijo que "el régimen ha sobrevivido a muchos conflictos internos". Su instinto para sobrevivir es innegable. La oposición deberá hacer mucho más de lo que ha venido haciendo hasta ahora si desea triunfar en diciembre de 2015.
Vía Tal Cual
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