En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/04/vicente-diaz-libertad-para-leopoldo/
Vicente Díaz
Conocí a Leopoldo multándolo. La Alcaldía que encabezaba había
violado las normas de campaña electoral. Presenté la violación en la
Comisión de Participación Política y Financiamiento del CNE (COPAFI),
que me ha tocado presidir desde el año 2006. Leopoldo me solicitó una
audiencia para exponer su caso. Al final el Consejo desestimó el caso y
no fue sancionado.
En todos estos años fue el único funcionario público que pidió ser
escuchado por la Comisión de Rectores encargados del tema. Lo conocí
defendiendo sus derechos y utilizando la vía institucional para hacerlo.
Me pareció un joven político apasionado por lo que hacía, y muy
inteligente.
Luego de eso me tocó muchas veces reunirme con él por razones
diferentes. Yo había estado absolutamente enfrentado al carácter de
inhabilitación política que en la práctica han asumido las
inhabilitaciones administrativas que sanciona la Contraloría. No es
posible que se le suspenda el derecho constitucional al sufragio pasivo
(derecho a ser elegido) que sólo se debe perder como pena accesoria a
una condena penal definitivamente firme.
Leopoldo fue objeto de ese procedimiento (cabe decir aquí que muchos
funcionarios afectos al gobierno también) y se le impidió postularse al
cargo de Alcalde Metropolitano. Defendí su derecho a postularse, y el
de todos los que estaban en esa misma condición. Fui testigo de su
extraordinaria batalla por sus derechos, que no era otra cosa que la
defensa del cabal cumplimiento de la Constitución. Siempre por la vía
institucional sin dejar de comprender la dimensión política que suponía
la presión cívica en la calle y en los medios de comunicación.
Leopoldo cambió de partido dos veces, supongo que buscando caminos.
Finalmente decidió capitalizar su trabajo político de años fundando su
propio partido; también a través de la COPAFI. Voluntad Popular se
inauguró de manera inédita: ha sido el único partido que eligió su
primera directiva mediante el voto popular con el apoyo técnico y
logístico del CNE. El PSUV lo ha hecho en varias oportunidades, pero VP
es el primero en hacerlo a la primera, siempre un riesgo para un partido
en pleno alumbramiento.
En todos estos años nos hicimos amigos. Nos reunimos infinidad de
veces, como lo he hecho con innumerables jefes políticos a quienes he
aprendido a respetar y en muchos casos admirar. Reuniones para hablar de
las garantías electorales, de los derechos políticos de los
venezolanos, de la pobreza, de la economía. De la ruta electoral no como
una opción sino como la única opción legítima, deseable y viable para
hacer vigente la alternabilidad política en el país.
Actualmente Leopoldo está preso. Promovió una política en la calle,
La Salida que, según su propio manifiesto de lanzamiento, procura la
sustitución del actual gobierno por medio de la activación de
mecanismos constitucionales, antes del vencimiento de su período. No
comparto esa política por varias razones: abre un período de
inestabilidad política que atenta contra el desarrollo económico y
potencia la pobreza, impide que el pueblo asuma a cabalidad las
consecuencias del proyecto político en el poder y, finalmente, porque
todos los intentos de hacer eso desde la caída de la dictadura han
fracasado, con la sola excepción del juicio a Carlos Andrés decidido por
el propio bloque en el poder.
Pero La Salida podía ser indeseable o inconveniente pero no era
ilegal. Era un llamado político a emprender acciones políticas en el
marco de la Constitución, según se desprende de cada proclama voceada
por sus convocantes. Leopoldo fue apresado a raíz de los acontecimientos
en los que derivó una marcha para protestar frente a la fiscalía. Esas
marchas son rutina en cualquier país democrático del mundo. Incluso el
policía las protege, como ha sucedido infinidad de veces en el país. Al
final de esa marcha hubo acontecimientos confusos, lamentables y
violentos que culminaron con el asesinato de dos jóvenes venezolanos,
dirigentes sociales uno del chavismo y otro de la oposición. Estos
acontecimientos deben ser investigados y castigados los responsables
sean quienes sean. La violencia política hay que desterrarla de la vida
nacional.
Si esa investigación debe incluir a Leopoldo, aún sin indicio alguno
de inclinación por acciones violentas de su parte, que así sea. Lo que
es inaceptable es que la investigación e incluso el juicio se hagan con
Leopoldo recluido. Él es inocente hasta que un juicio justo,
independiente y donde tenga todas las oportunidades de defenderse se
lleve a cabo públicamente y frente al país, y lo condene. Hasta tanto
Leopoldo debe estar libre.
Las guarimbas y demás actos violentos, así como la represión brutal e
indiscriminada deben ser condenadas por todos los venezolanos. 43
venezolanos perdieron la vida por la represión o por acciones vinculadas
a las propias guarimbas. Eso no puede repetirse nunca más. Como tampoco
deben repetirse jamás cuatros de febrero, veintisietes de noviembre o
doces de abril. Todos ellos acontecimientos de violencia política
lamentables y vergonzosos. Qué pena da ver venezolanos reivindicando
algunos de ellos.
Por cierto, el protagonista de dos de ellos, que luego aprendió
también que el único camino es electoral, fue apresado y luego liberado
por medida de gracia. Eso le permitió a Hugo Chávez alcanzar la
presidencia. A pesar de protagonizar la intentona golpista más
contundente y violenta de la historia venezolana, fue preso
respetándosele todos sus derechos. Al contrario de Leopoldo, nunca
estuvo en situación de aislamiento e incomunicación. Puedo dar fe del
aislamiento de Leopoldo porque yo mismo he hecho diversos esfuerzos para
visitarlo. Todos infructuosos.
Eso no está bien. Es una violación de sus derechos humanos.
Leopoldo debe ser liberado ya. Su juicio debe ser transparente, imparcial y público.
El presidente Maduro tiene una historia personal de lucha en partidos
que fueron víctimas de la violencia de Estado y de la violación de los
derechos humanos. En honor a esa historia debería ser el primero en
exigir que cese el aislamiento de Leopoldo López y su inmediata
liberación.
@vicentedz
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