En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/04/jose-domingo-blanco-mingo-hay-que-llamar-a-maria/
José Domingo Blanco (Mingo)
A ella, definitivamente, le sobra guáramo. Porque, la verdad, es que
los representantes de este desgobierno le han dado con todo -textual y
literalmente hablando- y sin embargo, ella aguanta. Se planta,
aguerrida, y no se deja doblegar. Sigue dando la cara. Esa misma cara
que un día en la Asamblea recibió los golpes propinados por otra
diputada -como ella, pero puesta a dedo y no por elección popular- que
intentó callarla a punta de puños y odio. Pero, nada. No lo han logrado
hasta ahora: a María Corina no han conseguido sacarla de la pelea. Se
enfrenta a las infamias… Y sigue denunciando -donde la dejan- las
marramucias, triquiñuelas y entuertos que inventa este desgobierno,
empeñado en imponer en las instituciones a la gente que le conviene.
María Machado –como le gusta llamarla a los gobierneros de turno
pensando que la vejan y perjudican- no se calla, no se detiene, no se va
del país. Enfrenta las denuncias, las imputaciones, las acusaciones y
hasta los puños. Y eso es tener guáramo –que, por cierto, le falta a más
de uno de los que dicen llamarse de oposición. ¿Qué sentirá María
Corina cuando se planta frente a este inmenso monstruo despersonalizado
en que se ha transformado el Estado?
Hace escasamente una semana, la tuve en el programa de radio. Siempre
llega puntual y perfumada. Sencilla y sin alardes. Es bonita María
Corina, si me permiten la confidencia. Habla con magnifica dicción,
remarcando cada una de sus palabras, como para que no queden dudas, ni
se produzcan confusiones con lo que va decir. En su discurso maneja un
justo equilibrio razón/emoción. Ese día quería denunciar y oponerse a
las postulaciones de Sandra Oblitas y Tibisay Lucena para ocupar –una
vez más- los cargos directivos en el CNE. Por cierto, unas postulaciones
a las que deberíamos estar oponiéndonos todos los venezolanos. Y remató
la entrevista solicitando la renuncia de Maduro, como la ha venido
reiterando. Lo curioso del asunto, y que hasta ahora sigue generándome
mucha suspicacia, es que justo después de la entrevista, la imputaron
por conspiración. ¿Qué raro que dejaron de lado el invento del
magnicidio? ¿Se habrán dado cuenta de que es absurdo insistir en que
María Corina quiere matar al Presidente en vista de la cantidad que se
invierte para garantizarle la vida y rodear de seguridad a Nicolás? Una
actitud como esa, sólo me hace pensar que este desgobierno le tiene
miedo –mucho miedo- a María Corina y a todo lo que ella pueda
significar. No conformes con eso, después de la imputación, se lanzaron
la “Operación Cielo Soberano” para pesquisar en aviones privados y
comerciales, irregularidades, drogas e ilícitos. ¿O estarían realmente
buscando a María Corina?… No pude evitar pensarlo.
El asunto es que María Machado no se les escapó ni se fugó del país.
Por el contrario, el miércoles se presentó ante su inescrupuloso
acusador a escuchar los cargos por los cuales se le señala. Cargos y
acusaciones sacadas de la nada ¿Qué sentirá María Corina cuando tiene
que enfrentarse a estas cosas? Y digo que tiene guáramo porque hay que
ver por todo lo que ha pasado. El día que la entrevisté se lo pregunté:
¿no tienes miedo de que te pase algo? La han pateado, la botaron de la
Asamblea, anda sola, dando la cara y la pelea… y ahora, para este
régimen es conspiradora. Antes, incluso, fue tildada de asesina. Unas
situaciones que a cualquiera le hubiera enfriado el guarapo. Otros, ya
habrían tirado la toalla. Y sin embargo, ella sigue enfrentada a este
Goliat de mil cabezas que es el Estado: un Estado que hiede a corrupción
por los cuatro costados.
Los venezolanos tenemos la particularidad de no saber escoger a
nuestros mandatarios. Un defecto que, por cierto, venimos arrastrando
desde hace ya algunas décadas. Escogemos al más charlatán, al más
chabacano, al más dicharachero, al más gracioso, al más grosero; pero
nunca seleccionamos al que realmente puede dar la talla. Desechamos al
candidato que está preparado, para escoger al payaso sin preparación o
al zagaletón de poca monta cuyo único mérito sobresaliente en el
curriculum es haber transitado por una academia militar, saber jugar
dominó y trancar el juego con la cochina. Escogemos al popular por sobre
el gerente. Es cierto que en política es clave ser popular, pero es aún
más cierto, que ya hemos pasado por las manos de mandatarios populares,
improvisados y sin experiencia que, por falta de conocimientos y
preparación, han hundido al país en terribles crisis. Mamarrachos
cegados por el poder que, en su afán de omnipotencia, no se rodean sino
por parásitos aduladores de oficio que sólo están esperando su tajada.
En Venezuela, ya no necesitamos a un chófer de autobús, ni a
exencapuchados de la UCV, mucho menos golpistas con ideales
trasnochados. Necesitamos gerentes, preparados, inteligentes, de
comprobada y exitosa trayectoria, probos; pero, sobre todo, deseosos de
ver al país –al país entero, no sólo a una parcela- encaminado al
desarrollo. Quizá no podamos tentar a algunos de esos empresarios
exitosos para que lo intenten en la política, mucho menos forzarlos para
que asuman las riendas de la nación. Sólo pregunto: ¿no será María
Corina la persona que estamos necesitando? Su valentía, merece respeto.
Inteligente es. Preparada, también… ¿no será ella a la que debemos
escoger? Entonces: ¿llamamos a María?
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
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