En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/04/william-anseume-maria-corina-perseguida/
William Anseume
No creo que en la historia venezolana haya existido alguna mujer más
temida por un gobierno que María Corina Machado. Ahora la acusan de ser
una conspiradora, antes de magnicida, de traidora a la patria y pare de
contar.
Habría que preguntarse cuál es el trasfondo del miedo que desde el
poder absoluto se le tiene a esta valerosa mujer. María Corina mueve
masas fervorosas en procura de un escape de esta calamitosa situación
política, económica, social, cultural, moral, ética que vivimos los
venezolanos y eso preocupa a las más altas esferas gubernamentales. A
Maduro y también a Diosdado, más a este último que siempre le ha tenido
ganas, esto en cuanto a quitársela de en medio.
¿Qué hay realmente detrás de todo esto? Para mí un terror
gubernamental a que Machado alcance mayores dimensiones a las inmensas
obtenidas en cuanto a proyección política hacia la presidencia; desde
luego, pero muy especialmente se evitaría, apartándola, el arrase
popular que ocasionaría una nueva candidatura suya a la Asamblea
Nacional, donde Cabello no querría volver a verla ni en un ínfimo
cuadrito, a pesar de haber sido la diputada más votada en aquella
elección.
Las acciones para despojar de la inmunidad parlamentaria y de su
curul a María Corina son deleznables. Y éstas generadas con la intención
inocultable de evitar que se lance nuevamente a la Asamblea, donde
volvería a arrasar, solo representan el miedo, casi infantil, viseral,
medio misógino, desde uno de los cúmulos de poder más fuertes de nuestra
historia, hacia una mujer que los espanta con su voz, con su presencia,
con su accionar.
Ver a María Corina golpeada, perseguida, atacada por estas figuras
monstruosas solo la fortalece, sobre todo porque su valentía es
incalculable, como la de Leopoldo, como la de Ledezma; son esas figuras
que nos hacen sostener ideas de regeneración de esta podredumbre a la
que nos han arrojado desde que el finado (muy fino término para
mentarlo) indicó el rumbo al despeñadero, muy bien secuenciado por sus
secuaces orientados desde Cuba. Se le quiere limitar el accionar
político, acallarla a como dé lugar, como ha ocurrido con la censura
permanente a los diferentes medios de comunicación, con las
expropiaciones de los mismos, con las ventas simuladas para evitar la
divulgación, así como con todo aquel que quiera manifestar algo
contrario a las ideas políticas gubernativas, como con los estudiantes
que pagaron con la vida su derecho a manifestar su disconformidad con lo
que creen negativo para su futuro, aquello que se los cancela: este
gobiernito limitante de todo.
Cierro este artículo como aquel que le dediqué a esta insigne figura
femenina de nuestra política actual en El Universal, del 02 de junio de
2014: “Necesariamente, María Corina tendrá su sitial, porque le
pertenece, por luchadora, por valiente, por corajuda, por deambular por
el mundo llevando la palabra de los venezolanos que queremos nuestra
patria y vivir en ella bien, no con dádivas, no con esperpentos
mendicantes”.
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