La empresa estatal se perjudicó
al perder su misión comercial. Experto petrolero Luis Soler califica de
gravedad estratégica desprenderse de activos de la industria
“Entre el año 2011 y el 2014, las refinerías
venezolanas han arrojado pérdidas patrimoniales por el orden de los 14.500
millones de dólares, es decir, han dilapido, prácticamente, lo que el país
tiene hoy en reservas internacionales”.
El señalamiento corresponde al experto petrolero
Luis Soler, miembro de la asociación civil Centro de Orientación en Energía
(COENER), quien, al ofrecer un diagnóstico sobre la situación de Petróleos de
Venezuela (PDVSA), indicó que se han registrado cifras muy pobres no solo en el
ámbito operacional, sino también en materia financiera y de seguridad.
“Desde el punto de vista financiero, los márgenes
de refinación que se están obteniendo están por debajo de lo que complejos
similares en el mundo pueden hacer – por ejemplo, en lugar de procesar 6
dólares por barril de ganancia, están arrastrando 5 dólares por barril
procesado en pérdidas, una diferencia de 11 dólares -; en tanto que en lo que
corresponde a la seguridad, la accidentabilidad de las refinerías venezolanas
se ubica entre 6 y 10 veces el promedio mundial”, expresó el consultor en el
área del crudo.
Soler, quien es ingeniero mecánico con maestrías en
ingeniería química, considera que los problemas que afectan a nuestra industria
de los hidrocarburos radican en el cambio de misión del holding estatal a causa
de las políticas gubernamentales que han modificado los objetivos de la
corporación.
“De una empresa comercial, cuyo objetivo era
generar el máximo valor a su accionista que es la nación venezolana, para que
el Estado invierta ese valor generado en beneficio a la nación, se ha
convertido en una empresa netamente de carácter social, que cuando le queda
tiempo se dedica a ciertas funciones petroleras. Eso ha desvirtuado el objetivo
de la empresa. Como empresa del Estado, del país, tiene una función de
responsabilidad social, pero ese no era el foco, el foco era comercial”,
manifestó quien ejerciera diversos cargos técnicos, gerenciales y
directivos en PDVSA y sus filiales en el área de refinación, desarrollo de
negocios en la Faja del Orinoco, además de Gerente de Planificación Estratégica
de la casa matriz.
Soler indica que al cambiar los objetivos, se
genera una cascada de decisiones en todos los niveles que conducen a considerar
al ente petrolero como una organización con fines políticos. “Ha descuidado sus
operaciones, descuidado sus niveles de seguridad, descuidado los índices de
rentabilidad, tanto que hemos llegado a escuchar decir a sus directivos cosas
absurdas como aquella de: ¿quién ha dicho que PDVSA tiene que ser rentable”,
ironizó.
CHALMETTE FUE REMATADA A PRECIO DE
GALLINA FLACA
El ingeniero Luis Soler destaca que desde hace un
tiempo, Petróleos de Venezuela ha venido desprendiéndose de activos altamente
valiosos para el futuro de la empresa y del país, activos que generan
rentabilidad en divisas y que, además, ocupan una función estratégica como lo
es el asegurar el mercado.
“La justificación del Gobierno Nacional de vender
el 50 % por ciento de la participación de PDVSA en la refinería de Chalmette –
cerca de Nueva Orleans, en Luisiana, Estados Unidos - nos parece fútil. Cuesta
creer eso de que no es un activo estratégico cuando todos los planes apuntan
que vamos a desarrollar la Faja Petrolífera del Orinoco”, enfatizó el
declarante.
“Un argumento esgrimido por el Ejecutivo para dicha
negociación es que el dominio sobre la refinería – adquirida en su totalidad
por la firma norteamericana PBF Energy; la otra mitad accionaria fue comprada a
Exxon Mobil – es que no está alineada con las políticas comerciales del
país. Yo creo que las políticas comerciales no deben depender del gobierno de
turno, pues la nación, a la larga, no puede desprenderse de un activo que le
garantiza acceso a un mercado tan importante como lo es el de refinación
de la costa del golfo de EEUU, único capaz de refinar los crudos extrapesados
venezolanos en suficiente volumen como para garantizarle salida a esos crudos,
aparte de lo que hagamos en el país”, explicó Soler.
“El precio al cual se pactó la venta de la
refinería de Chalmette es de 322 millones de dólares, una refinería que es
mucho más compleja que la de El Palito, que es casi como la refinería de
Cardón, es decir, estamos vendiendo la mitad de Cardón, por decir algo, por 160
millones de dólares”, dijo el ingeniero, agregando: “el negocio de refinación
es un negocio cíclico que tiene altibajos, y los ciclos son largos; por eso,
valorizar una refinería debe tomar en cuenta estos ciclos de precios del crudo,
los precios del producto, y de márgenes de refinación; la refinería no es un
activo de producción, es un activo de manufactura y, por lo tanto, se valora en
base a lo que produce con lo que le cuesta la materia prima que es el crudo”,
aclaró.
El analista acotó que PBF Energy ha sido un
“comprador inteligente” para formular una oferta por Chalmette y apoderarse del
complejo por una “bagatela”, subrayando que dicha compañía era una
inversionista financiera que había aprovechado un momento de debilidad en el
mercado de refinación.
LO QUE ES BUENO PARA EL PAVO NO LO ES
NECESARIAMENTE PARA LA PAVA
Para Luis Soler, Exxon Mobil tenía motivos muy
distintos a los de Venezuela para vender el referido activo. “Exxon vende a ese
precio porque Exxon tiene una visión financiera del negocio, Exxon no responde
a sus accionistas, le interesan solo los resultados a corto plazo; para Exxon
desprenderse de Chalmette no significa nada si su rentabilidad es marginal para
su negocio global. Para nuestro país, en cambio, el valor estratégico es
inmenso porque involucra una capacidad de 100 mil barriles diarios que se
pierden de colocación de crudos extrapesados de la Faja en el principal mercado
del mundo y cuyo valor de reemplazo en EEUU no baja de 2 a 3 millones de
dólares. Es decir, hemos vendido por 160 millones de dólares algo que se
cotiza, por lo menos, 10 veces más en su valor de reemplazo. Entonces, en
nuestra opinión, esto fue rematado a precio de gallina flaca”, sentenció el
connotado expositor.
Para mayores detalles, Soler afirmó que el
presidente de PBF Energy estimaba recuperar su inversión en dos años y hasta
mejorar la operación procesando más crudo pesado barato, eliminando cuellos de
botella, reactivando una planta de crackeo paralizado y otras acciones.
“Los crudos pesados – de menos de 22 grados API –
son una rareza en el mundo, apenas, el 10 % de la producción mundial, y
son pocas las refinerías capaces de procesarlo – Chalmette; Citgo, en la costa
del golfo de EEUU; Jose, en Venezuela -; tenemos un mercado competido pues, en
este momento, esas refinerías están siendo vistas con validez por otros
competidores nuestros en el rubro que son Canadá, con sus crudos de Alberta, y
México; ambos perciben que el único sitio donde pueden colocar esos crudos
pesados es en la costa del golfo de EEUU, porque en Europa no se procesan,
salvo pequeños volúmenes, ni en Asia”, informó el ponente.
¿ES REPARABLE LA PÉRDIDA PATRIMONIAL?
En opinión del ingeniero Soler la situación es
reversible si el país adopta la decisión estratégica de recuperar activos
cuando se presente la oportunidad en el mercado. “Tener el cuerpo negociador
listo, tener la decisión política lista y tener el dinero en el bolsillo listo
para ejecutar la compra. Si entramos en un proceso de discutir, y vamos a pasar
dos años en eso, la oportunidad se nos va”.
“El negocio petrolero es muy complejo y necesita
toda su fuerza laboral, ejecutiva y de dirección dedicada a eso, dejándole al
Estado sus otras funciones, las funciones sociales. Para eso existen
ministerios e institutos autónomos que pudieran asumir esas tareas con mucha
más eficiencia global para la nación - me refiero a la Misión Vivienda, a la
Misión Alimentación, entre otras - , que no deben ser emprendidas por una
empresa petrolera. No digo que no se hagan pero están mal ubicadas, y PDVSA
tiene que dedicarse a sus negocios”, concluyó el ingeniero Luis Soler.
Vía Tal Cual
Que pasa Margarita
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