Leopoldo
López Gil ha enviado una misiva al líder opositor preso, a la que ha tenido
acceso ABC, en la que le ruega que abandone la protesta que comenzó el pasado
24 de mayo porque ya ha dado «suficientes frutos»
El celebrar el Día del Padre me ha hecho pensar mucho
en ti, también en mi padre a quien mucho quise y admiré. Cuando escribía esta
carta sentí que estaba hablando con él, que él se dirigía a ti. No me extrañó
oír su voz hablándome de la lucha de su familia por una mejor Venezuela.
Le oí
relatar los horrores de las cárceles gomeras, las penurias de la abuela, de sus
hermanos, los escapes de los esbirros y la soledad del exilio. Lloré al
recordar cuanta lucha significó y cuan fútil parecen hoy a quienes no tienen en
su alma un sueño idealista.
Hoy la
patria pareciera haber retrocedido al abrazar con fuerza la barbarie venezolana
que tan bien describió Rómulo Gallegos. Solo que peor pues aquella era
auténtica y la de ahora es extraña por ser importada.
La codicia, el apetito voraz por el poder y el dinero han hecho de
nuestro pobre país un charco tan oscuro que el petróleo luce cristalino
por comparación.
Esta tierra siempre ha tenido la suerte de generar hombres de
valor y principios, hombres que desde nuestras gestas emancipadoras
acometieron sus tareas con compromiso y desinterés como lo exige el verdadero
amor a la patria.
Tú eres
uno de esos hombres, siempre presto a la construcción de sueños, atreviéndote a
convertir las ideas en realidades.
Haces eso
con tal dedicación que muchos siguen tu ejemplo y tu llamado.
Enfrentas las adversidades con tal valentía que muchas veces te toman
por Quijote. No, no eres ningún Quijote, eres un Alonso Quijano.
Por ser tú un hombre con los pies en la tierra te pido hoy como tu padre
un regalo, te pido que depongas esa muy ejemplar demostración de entrega como
es la huelga de hambre y regreses a la normalidad biológica en la injusta
y absurda condición de prisionero del régimen tiránico.
Tú eres
padre como yo, Venezuela pudiera verte como tal también, tu obligación tal como
nos enseñaron nuestros preceptos religiosos te obligan a quererte y cuidarte a
ti mismo como lo harías con tu hermano prójimo.
Tu sacrificio dio suficientes frutos, otro centenar de jóvenes se
manifestaron en similar sacrificio. El mundo volteó la mirada a Venezuela y se
conmovió con nuestra realidad. Basta ya de ese sacrificio, pues hoy
ya peligra tu salud y sería irresponsable no voltear la mirada a tu propia
condición.
Díjole
Sancho Panza a don Alonso cuando le despedía: «No se muera, tome mi consejo y
viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida
es dejarse morir sin más ni más...». A esto vamos a agregarle que, a diferencia
del Quijote, tú no enfrentas molinos imaginarios, por lo contrario el enemigo,
nuestros enemigos son reales y duros y requerirás de mucha fuerza para
enfrentarles con éxito.
Mi consejo, que aspiro tomes como un pedimento de padre y abuelo, es
una rotunda y humilde súplica por tu salud.
Por razones harto conocidas no estoy al lado tuyo, ni estaré en esa
celebración, pero una vez más te digo cuanto te quiero y admiro. Te
respaldaré siempre, cualquiera que sea el sendero por ti escogido. Te
recuerdo tu compromiso con tu familia y el país, tienes que tener fuerza y fe.
Te
bendice, tu padre.
Vía ABC. España
Que pasa Margarita
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