Judith Sukerman
Desde que el CNE anunció la fecha de las elecciones Nicolás Maduro ha dado declaraciones amenazantes y destempladas que solo pueden ser producto de la sorpresa y el miedo.
Es obvio que esa no era la fecha que Nicolás quería, ni siquiera la que esperaba, lo madrugaron con la noticia, la determinación de la fecha fue producto de la presiones.
Los 100 huelguistas, encabezados por Leopoldo López, y el apremio de organismos internacionales hicieron posible que el CNE anunciara que será el 6 de Diciembre, el día en que se dé inicio a los cambios que requiere el país.
Todas las encuestadoras coinciden en afirmar que el gobierno está en los niveles más bajos de popularidad y que las preferencias de los electores están por encima del setenta por ciento a favor de los candidatos de la alternativa democrática. A eso se suma el estruendoso fracaso que resultaron ser las primarias del PSUV realizadas el pasado domingo, manifestación clara del desagrado existente entre los militantes del partido de gobierno por la pésima gestión de Nicolás.
En las elecciones parlamentarias se unirán el voto castigo y el voto consciente.
De consolidarse ese triunfo, a partir de Enero, el gobierno se enfrentará a un órgano legislativo autónomo e independiente, que ejercerá funciones de control sobre él y la administración pública nacional, para de una manera efectiva y real evitar que sigan cometiéndose los atroces actos de corrupción de los cuales hemos sido testigos todos los venezolanos.
Una asamblea nacional que decretará la amnistía, liberando a tantos venezolanos injustamente presos por pensar diferente y trayendo de vuelta a los exiliados políticos.
Cuando la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional respondan a sus conciencias y a los intereses ciudadanos – y no al cumplimiento de órdenes del partido oficialista- el gobierno no podrá seguir firmando convenios internacionales que signifiquen pérdidas de nuestros recursos a cambio de solidaridades y complicidades en entes supranacionales.
El presupuesto nacional deberá ajustarse a la realidad y no podrá Maduro, seguir ocultando y falseando cifras. Los Ministros que no cumplan sus responsabilidades con honestidad y transparencia, podrán ser destituidos. Volveremos a ver el desarrollo del país al dársele a la descentralización la importancia que le concede la constitución nacional.
Las misiones militares extranjeras serán las que convengan a los intereses nacionales y no las que favorecen a un régimen desfalleciente.
Con el cambio de dirección en la Asamblea Nacional, será posible la designación de los miembros de los poderes judicial, electoral y ciudadano basada en los méritos, capacidad y honorabilidad de los postulados, procurando siempre su independencia partidista.
Los cargos serán ocupados por los mejores talentos del país y no por obedientes militantes del PSUV, en cuanto se venzan los períodos de los actuales funcionarios.
Con una mayoría democrática, se derogarán y reformarán leyes que violan nuestra constitución, las que limitan el desarrollo del país y la libre empresa. Se legislará con visión incluyente, en materias pendientes como lo es la seguridad social y la seguridad ciudadana, procurando la generación de empleo, avance social y bienestar para todos los ciudadanos.
Eso, entre muchas otras potestades que tienen atribuidas los diputados de la Asamblea Nacional de acuerdo a lo previsto en la Constitución Nacional.
Con la elección de diciembre no cambiaremos el gobierno, pero si se pondrá control a los vicios que lo carcomen.
Nicolás Maduro tiene miedo, porque se siente perdido!
Nicolás Maduro tiene miedo, porque se siente perdido!
@judithsukerman / judithsukerman@yahoo.com
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