EL UNIVERSAL
martes 30 de junio de 2015 07:26 AM
Caracas.- Con velas en las manos y estampitas, que llevaban la imagen del médico trujillano, caraqueños y devotos provenientes de otras entidades del país se dieron cita este lunes en la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, en Caracas, para conmemorar los 96 años de la muerte del doctor José Gregorio Hernández, quien falleció el 29 de junio de 1919.
La jornada se convirtió en una nueva oportunidad para agradecer por los favores obrados por Hernández, quien ostenta la condición de venerable dentro de la Iglesia Católica, y para unir las voces de los feligreses por la canonización del médico de los pobres, quien contribuyó en su momento al desarrollo de los estudios de Medicina en el país.
En nombre del doctor fueron realizadas dos eucaristías, la primera de ellas dirigida por Monseñor Fernando de Castro, quien señaló que Hernández "era un hombre con mucho carisma y pasión por su trabajo, un hombre que amaba ayudar a la gente, yo creo que merece ser beatificado", mientras que la segunda la presidió el cardenal Jorge Urosa Savino.
En el templo de La Candelaria se congregaron devotos de Hernández como Patricia Pérez, quien destacó que hace un tiempo estaba enferma y al pedirle al médico un milagro lo recibió. "El día que fui al hospital para chequearme estaba sana, por eso hoy estoy aquí".
Además de Pérez, el carabobeño Miguel Pineda también asistió a la eucaristía para conmemorar la partida física de ese hombre que admira y respeta por la manera sensible en la que se comportaba con el pueblo. "Soy un devoto, creo que es un santo que hace milagros y esperamos que el vaticano, ahora con el Papa Francisco, podamos recibir la gran noticia de la beatificación".
En tanto, Miguel Marín, proveniente del oriente del país, acotó que fue a la misa porque desde pequeño es creyente de Jesucristo y de Hernández. "Me gusta venir a la iglesia y orar, pedir por la paz en Venezuela y del mundo".
Marín acotó que desde que el doctor Hernández estaba vivo ya hacía milagros por medio de su profesión: "Había una joven que no podía caminar y él la operó y con su conocimiento la ayudó a que volviera a hacerlo".
José Gregorio Caribas, otro creyente, agregó que todos los años asiste a la misa en la iglesia de La Candelaria para escuchar la eucaristía en homenaje al médico. A él "le rezó mi mamá para que yo me sanara cuando era niño y finalmente recibí el milagro".
La gratitud de Caribas se expresa no solo en la asistencia al templo caraqueño o a la tierra natal del doctor, Isnotú, estado Trujillo, sino también en la entrega gratuita de volantes que llevan una oración al médico en su reverso y una foto con la fecha de nacimiento y muerte en la parte delantera.
"Yo me siento agradecido porque estoy sano, de hecho mi nombre se debe al milagro que él hizo en mí. Por eso ahora estoy buscando pruebas de esos milagros que permitan su beatificación como santo. Pido mayor celeridad a la iglesia para que pueda concretarse esto", expresó.
Ante la insistencia de personas que le atribuyen la realización de milagros, la Iglesia Católica venezolana inició en el año 1949 el proceso de beatificación y canonización, conducido ante el Vaticano, en su momento, por el arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo.
Luego de iniciar el proceso y completados los primeros casos, José Gregorio Hernández fue nombrado "Venerable" por el Papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986; después comenzó el siguiente paso, la recolección de los milagros, que lo llevará a la beatificación. Sin embargo, hasta el momento, no se ha cumplido con éxito.
El 11 de noviembre de 2014, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron un acuerdo para solicitar la beatificación del Venerable ante el Vaticano.
La jornada se convirtió en una nueva oportunidad para agradecer por los favores obrados por Hernández, quien ostenta la condición de venerable dentro de la Iglesia Católica, y para unir las voces de los feligreses por la canonización del médico de los pobres, quien contribuyó en su momento al desarrollo de los estudios de Medicina en el país.
En nombre del doctor fueron realizadas dos eucaristías, la primera de ellas dirigida por Monseñor Fernando de Castro, quien señaló que Hernández "era un hombre con mucho carisma y pasión por su trabajo, un hombre que amaba ayudar a la gente, yo creo que merece ser beatificado", mientras que la segunda la presidió el cardenal Jorge Urosa Savino.
En el templo de La Candelaria se congregaron devotos de Hernández como Patricia Pérez, quien destacó que hace un tiempo estaba enferma y al pedirle al médico un milagro lo recibió. "El día que fui al hospital para chequearme estaba sana, por eso hoy estoy aquí".
Además de Pérez, el carabobeño Miguel Pineda también asistió a la eucaristía para conmemorar la partida física de ese hombre que admira y respeta por la manera sensible en la que se comportaba con el pueblo. "Soy un devoto, creo que es un santo que hace milagros y esperamos que el vaticano, ahora con el Papa Francisco, podamos recibir la gran noticia de la beatificación".
En tanto, Miguel Marín, proveniente del oriente del país, acotó que fue a la misa porque desde pequeño es creyente de Jesucristo y de Hernández. "Me gusta venir a la iglesia y orar, pedir por la paz en Venezuela y del mundo".
Marín acotó que desde que el doctor Hernández estaba vivo ya hacía milagros por medio de su profesión: "Había una joven que no podía caminar y él la operó y con su conocimiento la ayudó a que volviera a hacerlo".
José Gregorio Caribas, otro creyente, agregó que todos los años asiste a la misa en la iglesia de La Candelaria para escuchar la eucaristía en homenaje al médico. A él "le rezó mi mamá para que yo me sanara cuando era niño y finalmente recibí el milagro".
La gratitud de Caribas se expresa no solo en la asistencia al templo caraqueño o a la tierra natal del doctor, Isnotú, estado Trujillo, sino también en la entrega gratuita de volantes que llevan una oración al médico en su reverso y una foto con la fecha de nacimiento y muerte en la parte delantera.
"Yo me siento agradecido porque estoy sano, de hecho mi nombre se debe al milagro que él hizo en mí. Por eso ahora estoy buscando pruebas de esos milagros que permitan su beatificación como santo. Pido mayor celeridad a la iglesia para que pueda concretarse esto", expresó.
Ante la insistencia de personas que le atribuyen la realización de milagros, la Iglesia Católica venezolana inició en el año 1949 el proceso de beatificación y canonización, conducido ante el Vaticano, en su momento, por el arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo.
Luego de iniciar el proceso y completados los primeros casos, José Gregorio Hernández fue nombrado "Venerable" por el Papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986; después comenzó el siguiente paso, la recolección de los milagros, que lo llevará a la beatificación. Sin embargo, hasta el momento, no se ha cumplido con éxito.
El 11 de noviembre de 2014, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron un acuerdo para solicitar la beatificación del Venerable ante el Vaticano.
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