Friday, June 19, 2015

La batalla que terminó con la hegemonía militar de Francia

EN: Recibido por email



 

CÉSAR CERVERA / MADRID

El fracaso militar de Napoleón Bonaparte terminó con sus aspiraciones de retomar el sueño imperial. Seis días antes de la derrota, el Congreso de Viena firmó su acta final, donde las naciones vencedoras, Reino Unido, Austria, Rusia y Prusia, se unieron para sepultar las ideas revolucionarias extendidas por el francés y para restablecer las fronteras a su antojo



El 26 de febrero de 1815, Napoleón Bonaparte dejó atrás su exilio en la isla de Elba (situada al oeste de Italia), donde había sido recluido tras la derrota en Leipzig, para iniciar un fugaz intento por recomponer el Imperio francés: los Cien Días. Una vez recuperado su lugar en Francia, donde el Rey Luis XVIII se vio obligado a huir por aclamación popular, Napoleón se alzó por segunda vez Emperador y se dirigió, a la vista de la nueva coalición formada contra él por Austria, Rusia, Reino Unido y Prusia, en dirección a los Países Bajos. El 12 de junio se dispuso a tomar Bruselas al frente de un ejército de 124.000 hombres, pero sus enemigos no estaban dispuestos a rememorar la pesadilla otra vez y salieron a su encuentro.

Las tropas de los aliados, dirigidas por el Duque de Wellington y el prusiano Blücher, con un total de 196.000 hombres, se desplegaron para neutralizar al general galo en los Países Bajos. El prusiano se dirigió hacia Ligny (en la provincia de Namur), mientras Wellington esperó a Napoleón atrincherado en Mont-Saint-Jean, muy cerca de Waterloo, para impedir su entrada en Bruselas. Tras dividir sus fuerzas para derrotar primero a Blücher, en lo que supuso su gran error estratégico, el Emperador francés ordenó avanzar contra las líneas defensivas preparadas por Wellington y situar a su artillería en primera línea para desgastar las posiciones enemigas. Para protegerse de la artillería francesa, Wellington reclamó a sus hombres echarse cuerpo a tierra, lo que hizo creer a los franceses que se trataba de un repliegue. Al estimar que se retiraban, 5.000 jinetes franceses comenzaron una carga contra la infantería inglesa, que, dispuesta en cuadros con tres filas de bayonetas, rechazaron fácilmente el ataque francés y obligaron a la caballería a huir en desbandada.

A la caída de la tarde, la situación francesa comenzaba a ser desesperada. Napoleón ordenó un ataque entre Hougoumont y La-Haye-Sainteen el flanco derecho del centro británico. El intento fue vano, fracasando la última esperanza de Napoleón de romper las líneas aliadas aquel día. La infantería francesa fue aniquilada, mientras que la Guardia y la caballería tuvieron que replegarse. Así, la primera consecuencia de la batalla también es la más obvia: la hegemonía militar de los ejércitos napoleónicos se había esfumado definitivamente.
 
El ocaso de Napoleón Bonaparte
Tras la batalla, las tropas aliadas se adentraron en Francia en busca de Napoleón. El 1 de julio, Von Blücher ocupó Versalles y una semana después se restauró la corona de Luis XVIII. En un último intento desesperado, Napoleón trató de huir en barco hacia América, pero fue capturado por los británicos que hicieron oídos sordos a sus peticiones de asilo. De esta forma, el otrora dueño de Europa fue desterrado a la remota Isla de Santa Elena, a cientos de kilómetros de África,donde pasó sus últimos seis años de vida.
Cautivo de los ingleses y rodeado de un pequeño grupo de seguidores, Napoleón Bonaparte empezó a sufrir un dolor en el costado derecho idéntico al que su padre tuvo poco antes de su muerte, posiblemente a causa de un cáncer de estómago. El dolor, que algunos expertos también han apuntado a que pudo ser causado por envenenamiento, fue consumiendo poco a poco a Bonaparte. El 5 de mayo de 1821 a las 17:49 horas falleció Napoleone di Buonaparte a los 51 años de edad. Según las personas que estuvieron presentes en su lecho de muerte, sus últimas palabras fueron: «Francia, el ejército, Josefina».
Aunque Napoleón pidió en su testamento ser enterrado en París, los ingleses no quisieron alimentar el mito y ordenaron que el cuerpo no saliera de Santa Elena. Hubo que esperar hasta 1840 para que, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados a Francia.
 
Vía ABC. España
Que pasa Margarita
 
 

No comments:

Post a Comment